Nadal honra el ¨²ltimo baile ante Djokovic, que le apea del torneo individual en Par¨ªs 2024
El serbio se impone con claridad por 6-1 y 6-4 al espa?ol, que ofrece una heroica resistencia al final en el duelo entre los dos mitos
El ¨²ltimo baile fue el baile de Djokovic ante Nadal. El serbio golpe¨® al espa?ol por 6-1 y 6-4 en la segunda ronda del cuadro individual de los Juegos, en la abarrotada pista central de Roland Garros. Nole fue un cicl¨®n casi todo el mediod¨ªa, hasta que la eterna resistencia del balear cuando asoma la derrota ofreci¨® un desenlace digno del choque entre dos mitos. Con 4-0 en contra en el segundo set, Nadal aprovech¨® la relajaci¨®n del serbio y se meti¨® de lleno en la pelea (4-4) ante la pasi¨®n desatada de la Philippe Chatrier, que se frotaba los ojos ante semejante resurreci¨®n. Necesit¨® Djokovic volver a apretar el acelerador para abrochar el triunfo y decantar a¨²n m¨¢s a su favor el hist¨®rico duelo directo de enfrentamientos: 31-29. Los gigantes no se encaraban desde hace dos a?os, precisamente en esta arcilla, en los cuartos de Roland Garros, cuando el espa?ol venci¨® en cuatro sets camino de otra cima. El deseo de ese ¨²ltimo vals hab¨ªa empujado estos d¨ªas a Nadal a forzar la m¨¢quina al m¨¢ximo a los 38 a?os, despu¨¦s de una dura semana en Bastad, lesionado en el muslo derecho y con el dobles junto a Carlos Alcaraz por delante (se enfrentan este martes hacia las 16.00 a los holandeses Griekspoor y Koolhof). Par¨ªs, Djokovic, Roland Garros, los Juegos Ol¨ªmpicos... todo val¨ªa la pena, y se dejar¨ªa la piel en ello.
El classico ??
— Paris 2024 (@Paris2024) July 29, 2024
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Antes de la guerra comparten sonrisa ante la c¨¢mara. Es solo un segundo. Luego cada p¨²gil sale corriendo a su rinc¨®n del ring. Apenas ceden otro instante para saludar al p¨²blico hasta que Djokovic arranca el motor al saque. El serbio vuela en los tres primeros puntos y el espa?ol reacciona elevando el riesgo en busca de las l¨ªneas. Son dos viejos enemigos que se conocen mucho y son muchas las lecciones y las cicatrices de tantos a?os cara a cara. Nole alcanza la primera pausa en ventaja. El peloteo prolongado no ser¨¢ en esta ocasi¨®n un aliado de Nadal, m¨¢s lastimado en su carrocer¨ªa y menos fresco de piernas y de mente. El balear precisa golpes ganadores, terminales, una receta dif¨ªcil de cocinar porque Nole es el hombre que responde a todo. El rey de Par¨ªs rebusca en su repertorio de tiros cruzados, pero el druida serbio sabe cambiarle el paso, variar el ritmo del intercambio, intercalar una dejada que hiere a su rival. A la primera oportunidad rompe el servicio y comienza a mandar en el encuentro con pu?o de acero.
Nadal ni se acerca a la siguiente dejada. En el traslado lateral puede defenderse, pero cuando se trata de esprintar hacia delante, acelerar de cero a 100, se le ven los costurones de un f¨ªsico castigado. Ah¨ª echa de manos la explosividad perdida y que ya no volver¨¢. Djokovic repite jugada para el 3-0. Sabe c¨®mo hacer da?o.
La monta?a es demasiado elevada para Nadal. ?ste no es un enemigo cualquiera. La pista central de Roland Garros descubre la debilidad de quien ha sido un tit¨¢n y no deja de abrazarle. ¡°?Rafa sigue siendo el rey!¡±, clama un espectador. Pero abajo el juego es el que manda y Djokovic no tiene piedad. Es ¨¦l quien lleva la iniciativa de la mayor¨ªa de los puntos, quien decide por d¨®nde se mueve el partido. Nole agita al balear de derecha a izquierda, de atr¨¢s a delante, y en sentido contrario. Y no falla un golpe, certero cuando apunta a la esquina, como si en lugar de una raqueta empu?ara un rifle con mirilla. Ni siquiera necesita su mejor versi¨®n. Nadal cabecea con una doble falta. Tampoco la cinta blanca de la red le consuela en un golpeo ajustado. Solo el orgullo le salva de un rosco en un primer set que Djokovic se merienda en 39 minutos por 6-1.
En tiempos de penurias, Nadal celebra el punto de rotura salvado. Prueba a resistir el intercambio algo m¨¢s, pero la bola pesa demasiado a ese lado y choca contra la red. Djokovic se atornilla en el eje de su campo y desde ah¨ª dirige las operaciones. Izquierda, derecha, izquierda, derecha... El punto cae por inercia, cuando el espa?ol se queda sin ox¨ªgeno en medio de la batalla. Por unos momentos Nadal siente en sus carnes la sensaci¨®n de inferioridad que durante tantos veranos sufrieron quienes se cruzaron en su camino de arena. A un tiro a la cruceta del espa?ol responde el serbio estirando sus muelles y enviando un misil rasante a un rinc¨®n imposible. Indefenso, Nadal aplaude la genialidad.
Puede que Djokovic hubiera concedido antes una tregua, pues tal era su superioridad, ante otro rival. No es buen negocio ante Nadal porque desde que se enfrentaron por primera vez hace 18 a?os sabe que nunca dejar¨¢ de pelear. Y as¨ª sigue, aunque con el esfuerzo justo, porque no necesita m¨¢s. Es Djokovic al ralent¨ª, a medio gas, sin despeinarse. Pocas veces se hab¨ªa visto una versi¨®n tan vulnerable de Nadal. Solo cuando la orilla est¨¢ cercana, con 4-1 y servicio, a punto del remate, Djokovic afloja unos segundos, falla un par de golpes, comete una doble falta, se conf¨ªa, y Nadal dice que esperen, que a¨²n no est¨¢ muerto, que en todo caso tendr¨¢n que matarle. Reacciona la Chatrier adormilada bajo el sol y el balear quema sus cartuchos. Es ahora o nunca. ?l es el campe¨®n de 14 copas de los mosqueteros. De repente recobra la energ¨ªa y conecta varias derechas pegadas a las l¨ªneas. Hasta luce fresco de cabeza para inventarse una dejada en medio los ca?onazos. ¡°?Rafa!, ?Rafa!¡±, es el grito.
Nadie es capaz de explicarlo. ?Pero si estaba fundido! ?Pero si parec¨ªa un adulto contra un ni?o! ?C¨®mo demonios ha pasado este hombre de 38 a?os de un 4-0 al 4-4 y servicio? Seguramente solo hay una respuesta: porque es Rafael Nadal, el indestructible. Djokovic ha abierto la puerta, esa que sab¨ªa que deb¨ªa cerrar de un portazo. Por ah¨ª se cuela un devorador, alguien que juega con el alma. Y levanta un 15-40, otra vez dominador desde el fondo de la pista, resistiendo el empuje de Nole, y solo entrega su saque cuando Nole le llama a la red. Otro se hubiera entregado a su suerte, deseando que acabara ese sufrimiento abrasador, pero Nadal rema y rema hasta que la luz se apaga. Si ese era el ¨²ltimo baile contra Djokovic en Roland Garros, ¨¦l lo honr¨® hasta su ¨²ltimo aliento.
¡°No puedo vivir cada d¨ªa pensando si es el ¨²ltimo o no¡±
“Simple, un jugador ha sido mucho mejor que el otro. Durante una hora ha sido duro de digerir lo que estaba pasando, aunque lo he hecho. No he sido capaz de jugar al nivel que necesitaba para crearle problemas, no he tenido la calidad de bola necesaria y tampoco tengo las piernas de hace 15 años”, analizó Nadal la severa derrota contra Djokovic. “No es el momento de venirse abajo”, añadió, “sino de aceptar una derrota dura. En la mentalidad no voy a fallar”.
El balear también se refirió a las dudas sobre su futuro: “No puedo estar pensando todo el día si es mi despedida de París. Vengo de dos años muy difíciles, con muchos problemas físicos. No he sido capaz de tener una continuidad, me he dado un tiempo extra para ver si era capaz de recuperar muchas cosas, pero ese tiempo no lo puedo vivir cada día pensando si es el último o no. Aunque para muchos tenga poco sentido, llevo dos años sufriendo, me he operado de una cadera, he estado mucho tiempo de recuperación, me voy sintiendo mejor físicamente, pero si siento que no soy competitivo voy a tomar la decisión de irme. Yo intento hacer lo que puedo para disfrutar”.
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