Cheptegei, cl¨ªnico y preciso, se impone en un 10.000m at¨®mico en los Juegos Ol¨ªmpicos de Par¨ªs
Un trallazo del ugand¨¦s a 300m decidi¨® la final ol¨ªmpica, en la que los 13 primeros bajaron de 27 minutos y en la que el espa?ol Thierry Ndikumwenayo dej¨® el r¨¦cord nacional en unos incre¨ªbles 26m 49,49s, que solo le valieron para ser noveno
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Se hablar¨¢ de las zapatillas, de los entrenamientos, de las cargas de carbohidratos, de los geles, de los entrenamientos digestivos. Se hablar¨¢ de la tecnolog¨ªa. Pero para entender completamente una final de 10.000m que rompi¨® todas las barreras y todos los mecanismos de lo que se conoce como atletismo de fondo, habr¨¢ que hablar, sobre todo, del suicida sacrificio de tres et¨ªopes, Selemon Barega, Yomif Kejelcha y Berihu Aregawi, que, relev¨¢ndose solidarios en cabeza impusieron un ritmo de 2m 40s el kil¨®metro, el infierno. Gracias a ellos, liebres generos¨ªsimas que nada pidieron a cambio, nada menos que los 13 primeros clasificados bajaron de los 27 minutos, un l¨ªmite extraordinario. Y los nueve primeros bajaron de 26.50, lo que en la historia solo hab¨ªan conseguido 35 atletas. Y tres rebajaron su r¨¦cord nacional, incluido el espa?ol Thierry Ndikumwenayo, quien, con una marca de 26m 49,49s, mejor¨® la mejor de las suyas en 37s y dej¨® el r¨¦cord de Espa?a al nivel de las estrellas, casi un minuto justo menos que los extraordinarios 27m 48s con que Mariano Haro, muerto hace tan poco, dej¨® el r¨¦cord nacional al ser cuarto en M¨²nich 72.
Con esa marca, el atleta espa?ol habr¨ªa ganado todas las finales ol¨ªmpicas y mundiales de la historia. En Par¨ªs 2024, en una pista violeta m¨¢gica, temperatura ideal, ambiente extraordinario de p¨²blico hambriento del gran atletismo, solo le vali¨® para ser noveno, a un paso del diploma de finalista, de la beca, de la tranquilidad. Nunca un puesto tan frustrante, un noveno puesto en una final ol¨ªmpica, se pag¨® tan caro.
Se hablar¨¢, sobre todo, de Joshua Cheptegei. En sus piernas, el fondo se ha asentado en la edad at¨®mica, definitivamente.
Nunca Joshua Cheptegei, de 27 a?os, hab¨ªa corrido con tal precisi¨®n de cirujano del coraz¨®n, con tanta limpieza, ton tal claridad de ideas. Con un gramo de malignidad se podr¨ªa a?adir que m¨¢s que cirujano fue forense, por la facilidad con la que realiz¨® la autopsia de la estrategia et¨ªope. Con su victoria, el atleta ugand¨¦s se lo llev¨® todo: el t¨ªtulo ol¨ªmpico que le faltaba (fue campe¨®n de los 5.000m en Tokio), y tambi¨¦n el r¨¦cord ol¨ªmpico, 26m 43,14s, borrando el nombre del mito Kenenisa Bekele (27m 1,17s), para unir al r¨¦cord mundial, 26m 11s, que bati¨® en ins¨®litas condiciones de pandemia y liebre electr¨®nica, en Valencia sin p¨²blico el 7 de octubre de 2020. Y, sobre todo, se tom¨® la revancha de la final de Tokio de los 10.000m, en la que la estrategia et¨ªope, carrera lenta y a tirones, le permiti¨® triunfar a Berega por delante de ¨¦l.
En Par¨ªs, la historia fue diferente. 9.600m de ballet et¨ªope, y 300 de tormenta y s¨¢lvese quien pueda. Una danza veloc¨ªsima (se pas¨® el 5.000m en 13,23s), coreografiado por espl¨¦ndidas piernas, liger¨ªsimas en el bosque y en el bote sobre la pista color lavanda. Regularidad metron¨®mica, en el ritmo y en la regularidad de los relevos: 1.000m, Barega (2.42), 2.000m (Kejelcha, 5.22), 3.000m, Barega (8.02), 4.000m (Kejelcha, 10.43), 5.000m, Aregawi (13.23), 6.000m, Barega (16.04), 7.000, Kejelcha (18.45)¡ Le sigui¨® una peque?a fase de confusi¨®n, de miradas, de acorde¨®n del bosque: reagrupamiento de piernas, estiramiento, y Ndikumwenayo, el espa?ol que naci¨® en Burundi hace 27 a?os y que en su debut con la camiseta nacional fue bronce en los Europeos de Roma, persiguiendo siempre, acerc¨¢ndose y alej¨¢ndose, sucesivamente, siempre buscando el puesto de finalista, tenaz en su zancada, sus espl¨¦ndidas y largas piernas, una belleza.
R¨¦cord de Espa?a
¡°He venido tranquilo, como si fuera esto un mitin¡±, dice el atleta, que vive en Valencia desde hace a?os. ¡°As¨ª que no me he puesto nervioso pensando que era mi debut ol¨ªmpico. Solo cuando ha empezado la carrera, me he dicho, ahora empiezan los Juegos. ¡°Y, claro, estoy supercontento de haber batido el r¨¦cord¡±.
Entr¨® a tocar los nervios un canadiense inquieto, Mohammed Ahmed, que pas¨® por la cabeza en el 8.000 (21.33), antes de que Aregawi, el m¨¢s joven de los et¨ªopes, el m¨¢s fresco, el mejor sprint, no lanzara la aceleraci¨®n definitiva a falta de 1.000, y la mantuvo hasta el toque de la campana. Ah¨ª se acab¨® el baile. Empez¨® la guerra. A 300m, a la salida de la pen¨²ltima curva, como surgido de la nada, Cheptegei cambi¨® el ritmo con tanta fuerza que en dos zancadas dej¨® sin aire a Aregawi. Y continu¨® y continu¨®, y vi¨¦ndole llegar, tan feliz, la afici¨®n dio las gracias porque en su debut en el marat¨®n de Valencia (2h 8m 59s) lo pas¨® tan mal que se le quitaron las ganas de correrlo en Par¨ªs, como era su idea. Corri¨® los 10.000 y lanz¨® al fondo hacia una nueva ¨¦poca.
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