Ndikumwenayo se sobrepone al estr¨¦s y logra la medalla de bronce en la final de 10.000 del Europeo

Thierry Ndikumwenayo habla muy bajito, pero a la vez, en realidad, lo hace muy alto, en la zona mixta, unos minutos despu¨¦s de haber logrado su primera gran medalla como espa?ol, el tercer puesto en la final de los 10.000m del Europeo de Roma. ¡°Necesitaba esta medalla¡±, dice aliviado mientras da peque?os sorbos a una botella de agua. El atleta nacido en Burundi y nacionalizado espa?ol en 2022 no tiene el car¨¢cter volc¨¢nico de Jordan D¨ªaz, que saltaba y se lanzaba hacia la grada para chocar las manos con su gente la noche anterior. Este joven de 27 a?os, callado, reservado, apret¨® los pu?os, se hizo las fotos con la bandera y se march¨® del Ol¨ªmpico.

El corredor de 1,60m luch¨® contra sus rivales y contra su conciencia. El domingo fall¨® en la final de los 5.000 y desde entonces todo el mundo le dec¨ªa que no pod¨ªa reservarse tanto, que ten¨ªa que tirar antes. ¡°Pero si tiras lo ¨²nico que consigues es hacer de liebre a los dem¨¢s y que despu¨¦s te ganen todos¡±, explica con una l¨®gica aplastante tras ver lo que le pas¨® al brit¨¢nico Patrick Dever, uno de los favoritos, que se desfond¨® despu¨¦s de acelerar la carrera y termin¨® sexto, fuera del podio, como el gran favorito a la medalla de oro, el sueco Andreas Almgren, el l¨ªder europeo del a?o, que solo pudo ser cuarto.

El triunfo fue para Dominic Lobalu, el joven que naci¨® en Sud¨¢n del Sur, que fue acogido en Kenia y que finalmente se escap¨® del equipo refugiado en Suiza porque sospechaba que le estaban enga?ando. Ahora ha comenzado a competir por el pa¨ªs de la cruz blanca y su estreno en el Europeo ha sido sobresaliente: el triunfo en los 10.000m y un bronce en la final de 5.000m en la que Ndikumwenayo solo pudo ser quinto. Un resultado que fue una pu?alada. El Tigre, como a ¨¦l le gusta llamarse, se despertaba en mitad de la noche angustiado por esta decepci¨®n y presionado por la revancha de este mi¨¦rcoles. ¡°Ten¨ªa mucho estr¨¦s¡±, se lamenta.

Llamada a su madre

La carrera sali¨® muy lenta. El primer 1.000 lo pasaron al mismo ritmo (3m07s) que en la final femenina del d¨ªa anterior, cuando la italiana Battocletti aplast¨® a sus rivales. El grupo no reaccion¨® hasta el paso por el 5.000 (14m30,41s, todav¨ªa m¨¢s lento que la final B, que se hab¨ªa disputado antes y en la que venci¨® Jes¨²s Ramos a Eduardo Menacho). Aquello no iba con Ndikumwenayo ni con su compatriota Abdessamad Oukhlenfen, que termin¨® octavo y que tampoco asom¨® por la cabeza hasta las ¨²ltimas vueltas. Nadie cre¨ªa en el Tigre, demasiado rezagado, aparentemente sin un final muy explosivo (¡°esto es algo que tengo que mejorar¡±, dir¨¢ despu¨¦s), pero en la ¨²ltima vuelta mantuvo el ritmo de los mejores, fue progresando y en la recta final bati¨® a Algren y se col¨® entre los tres primeros, por detr¨¢s de Lobalu (28m00,32s) y el franc¨¦s Yann Schrub.

Ndikumwenayo cumpli¨® en la zona mixta y despu¨¦s cogi¨® su tel¨¦fono y llam¨® a su madre, que siempre le anima desde la distancia, feliz por la carrera de uno de sus nueve hijos, el valiente que dej¨® su hogar en Kiryama (Burundi) siendo casi un adolescente, para entrenar en Alicante con Lloren? Solbes, un t¨¦cnico que acog¨ªa a atletas de pa¨ªses desfavorecidos. Luego, en 2020, sin compa?¨ªa en plena pandemia, decidi¨® marcharse a Castell¨®n para estar cerca de su club, el Playas de Castell¨®n, que le ayud¨® a prosperar y le puso a Pepe Ortu?o, un veterano entrenador, para convertirlo en un campe¨®n.

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