Pura resistencia, Ledecky rinde a Par¨ªs
La norteamericana se consolida como la mejor fondista de siempre y suma su 14? metal al ganar los 800m libres en un duelo memorable con Titmus. Es la nadadora ol¨ªmpica con m¨¢s medallas de oro, nueve
Katie Ledecky es el ¨²ltimo baluarte de Estados Unidos en la nataci¨®n. Cuando la gran potencia de la nataci¨®n atraviesa la peor crisis de su dilatada y hegem¨®nica historia en pruebas de l¨ªnea, la nadadora de Washington dio otra exhibici¨®n de aguante en la final de 800 metros libres disputada este s¨¢bado en los Juegos de Par¨ªs. La m¨¢s resistente que ha existido demostr¨® que tambi¨¦n es la m¨¢s longeva en su vigencia competitiva. A sus 27 a?os, en un arrebato de orgullo, nad¨® los primeros 300 a ritmo de r¨¦cord mundial. Impuso una cadencia demoledora a su gran rival, la australiana Ariarne Titmus, m¨¢s veloz en distancias cortas y medias pero incapaz de pisar el acelerador durante tantos largos. A falta cuatro piscinas, Ledecky comandaba la prueba por una distancia insalvable de un metro y medio. En su estela se debat¨ªan las dem¨¢s como n¨¢ufragos aferrados a un madero. Titmus, Madden y Quadarella lucharon por la plata.
El ¨²ltimo toque fij¨® el cron¨®metro en 8 minutos 11,04 segundos. Lejos de su r¨¦cord del mundo, los 8m 4,79s que grab¨® en los Juegos de R¨ªo, en 2016. Una marca m¨¢s para su colecci¨®n de los 30? mejores tiempos de siempre en 800 libre, y una medalla ol¨ªmpica m¨¢s para sumar a su colecci¨®n de 14, nueve de ellas de oro.
No hay una deportista estadounidense con m¨¢s medallas ol¨ªmpicas que Ledecky. En todo el mundo solo le superan su paisano Michael Phelps, con 28 medallas, 23 de oro; la gimnasta sovi¨¦tica Larisa Latynina con 18, nueve de oro; la esquiadora noruega Marit Bj?ren, con 15, ocho de oro; y el gimnasta sovi¨¦tico Nicolai Adrianov, con 15, siete de oro. La suya es una colecci¨®n inaudita. Dif¨ªcil de explicar en t¨¦rminos fisiol¨®gicos y mucho m¨¢s desde el car¨¢cter. Nada erosiona m¨¢s la voluntad de los nadadores que la preparaci¨®n de las pruebas de m¨¢s de 200 metros porque conllevan los entrenamientos m¨¢s demandantes. A los 24 a?os, la mayor¨ªa abandonan. Solo el profesionalismo, con la apuesta de patrocinadores, les facilita aumentar su perseverancia. Pero el dinero no es suficiente. Ledecky, que proviene de una familia acomodada de Washington y es licenciada en Ciencias Pol¨ªticas, ha elegido seguir nadando en Jacksonville. All¨ª se instal¨® hace un par de a?os, tras licenciarse. La entrena Anthony Nesty, el t¨¦cnico de los Gators, el equipo de la Universidad de Florida, y hace un par de d¨ªas confes¨® que su intenci¨®n es seguir compitiendo para llegar a los Juegos de Los ?ngeles, en 2028.
¡°Es una locura que todav¨ªa me haga ilusi¨®n competir en Los ?ngeles¡±, dijo. ¡°Eso no ha cambiado. Ya veremos. Ir¨¦ a?o a a?o. No siento que me encuentre cerca del ocaso de mi carrera. Me encantar¨ªa seguir. Al ver c¨®mo los franceses han tratado a sus deportistas aqu¨ª, creo que ser¨ªa impresionante estar en el lugar de los deportistas estadounidenses si recibimos esa clase de apoyo en nuestro pa¨ªs¡±.
La barrida de Tokio
Ledecky asegur¨® su segundo oro en Par¨ªs tras conquistar el 1500 el pasado jueves. Lo logr¨® en 800, una prueba de resistencia neta a la que se lanz¨® su gran adversaria en el estilo libre, la australiana Ariarne Titmus. La concurrencia fue significativa porque Australia lideraba el medallero con siete oros y Estados Unidos se rezagaba con 5. Ledecky debi¨® soportar el embate para salvar a su equipo ante una adversaria que le ha comido la moral en distancias m¨¢s cortas. Desde que surgi¨® como una librista formidable, en los Mundiales de Gwangjou, antes de la pandemia, Titmus se impuso en todas las pruebas de medio fondo. Se cruz¨® con Ledecky en 200 libre una vez, en los Juegos de Tokio, y la americana acab¨® sexta, completamente barrida. M¨¢s memorables fueron sus duelos en 400 libre, un territorio com¨²n. Hasta tres veces lucharon por el oro en 400 y Titmus se qued¨® con los tres. M¨¢s potente, y tal vez mejor dotada para el nado libre, hizo un ejercicio de autoridad sin concesiones. La muchacha de Launceston, de 23 a?os, fue campeona mundial, campeona en los Juegos de Tokio y campeona en Par¨ªs, en el bautismo de Ledecky en la piscina de La D¨¦fense. Un golpe dur¨ªsimo para la autoestima de la estadounidense, que tard¨® tres carreras en recuperar sensaciones.
¡°Despu¨¦s de mis tres primeras pruebas, tras las preliminares de 1500 sent¨ªa que en cada una de ellas hab¨ªa nadado m¨¢s r¨¢pido de lo que la realidad del cron¨®metro me dec¨ªa¡±, cont¨® Ledecky. ¡°Intent¨¦ ser positiva. He tenido altibajos todo el a?o. Por eso me alivi¨® tanto el tiempo en la final de 1500. Por fin sent¨ª que hab¨ªan encajado todas las piezas¡±.
¡°Sent¨ª que mis parciales eran muy regulares¡±, explic¨®. ¡°Ese es mi objetivo. Ser consistente en cada 50. As¨ª me concentro. Soy muy concreta. La gente dice que pienso demasiado las cosas pero lo cierto es que soy bastante simple. En mi cabeza oigo una voz que me ha hablado durante todos estos a?os. Una voz positiva que me alienta y me ofrece trucos para seguir adelante en cada 50. En cada entrenamiento. Mentalmente en Par¨ªs emple¨¦ todos los trucos mentales que he usado en mi vida como nadadora: hacer la cuenta regresiva de los 50 que me quedan, pensar en mi familia, mis amigos, mis entrenadores...¡±.
Titmus vendi¨® cara su piel. Su marca en Par¨ªs, 8m 12,29s, le habr¨ªa dado el oro en Tokio. Acab¨® agotada, agarrada a la corchera para no hundirse. Lo dio todo. Pero Katie Ledecky decidi¨® defender su fort¨ªn. Es la reina eterna del fondo.
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