La odisea hacia el ¨¦xito internacional de un deporte con solo 30 jugadoras profesionales
El baloncesto en silla de ruedas femenino vive un a?o hist¨®rico: la selecci¨®n participar¨¢ por primera vez desde Barcelona 92¡ä en unos Juegos Paral¨ªmpicos y un equipo con cinco jugadoras disputar¨¢ la m¨¢xima categor¨ªa. Hablan las protagonistas
?Por d¨®nde empezar? Se trata de un c¨²mulo de felices primeras veces: la selecci¨®n femenina de baloncesto en silla de ruedas estar¨¢ en Tokio 2021, su primera clasificaci¨®n para unos Juegos Paral¨ªmpicos (estuvieron en Barcelona ¡¯92 en calidad de anfitrionas); por primera vez, un equipo con un quinteto femenino podr¨¢ disputar la Divisi¨®n de Honor, la m¨¢xima categor¨ªa de una disciplina en la que, en el campeonato nacional de clubes, juegan juntos mujeres y hombres. Y donde, normalmente, abundan ellos y escasean ellas. Poco a poco, cuentan las entrevistadas, este deporte adaptado va dando pasos de gigante para que, gracias a cada ¨¦xito, su visibilidad aumente y chicas de toda edad y condici¨®n puedan acercarse a ¨¦l y encontrar lo que busquen al practicarlo: salud, diversi¨®n, compa?eros, valores, y, llegado el caso, una disciplina competitiva y profesional.
As¨ª que, ?por d¨®nde empezar?
Beatriz Zudaire (Pamplona, 2000) estaba, en su silla, sentada a pie de pista, viendo un partido de LEB Plata (la tercera categor¨ªa de la canasta nacional) del Basket Navarra. Entonces, se le acerc¨® el ¨¢rbitro y le pregunt¨®: ¡°?Y t¨² por qu¨¦ no juegas?¡±.
¨DHab¨ªa ido a preguntar a todas partes qu¨¦ deportes adaptados hab¨ªa en Navarra. Tuve que elegir entre, creo recordar, tiro con arco, atletismo y nataci¨®n. Escog¨ª nataci¨®n. La verdad es que lo tom¨¦ con mucho ¨ªmpetu. Mi talento era la pura necesidad que me herv¨ªa dentro de hacer alg¨²n deporte.
Gan¨® medallas nadando. Campeonatos nacionales e internacionales. Pero era un deporte solitario. Ella quer¨ªa jugar a baloncesto, ese hab¨ªa sido siempre su deseo. Por eso no olvida el nombre de aquel ¨¢rbitro: Juanma Uru?uela.
¨DMe dio una tarjeta. Un tel¨¦fono de alguien en Vitoria que me ayudar¨ªa.
Ah¨ª cambi¨® su vida. Padres recorriendo 200 kil¨®metros cada d¨ªa que ella entrenaba. Dice Zudaire que la primera vez que se sent¨® en la silla deportiva sinti¨® algo especial. Su entrenador necesit¨® que los padres de su jugadora lo contemplaran con sus propios ojos: era un talento natural, c¨®mo botaba, su visi¨®n de juego. Zudaire, base, ha sido elegida en el quinteto ideal de su categor¨ªa esta temporada y es una de las integrantes del UCAM Murcia, el primer equipo con cinco mujeres que disputar¨¢ el a?o que viene la Divisi¨®n de Honor. Estar¨¢, tambi¨¦n, en la expedici¨®n de Espa?a a Tokio. ¡°Mis padres se volvieron los m¨¢ximos seguidores del baloncesto en silla; viajaban conmigo all¨¢ donde fu¨¦ramos por Europa a jugar. Cuando conseguimos la clasificaci¨®n a los Juegos se acercaron llorosos y me dijeron: ¡®Ha merecido la pena todo esto¡±.
Cuenta Zudaire que, de ni?a, con el diagn¨®stico de la enfermedad degenerativa que padece, las malas noticias se fueron sucediendo. Y que con 11 a?os pidi¨® a sus padres acudir al psic¨®logo. ¡°Ese terapeuta me acompa?¨®, me ayud¨®, me ense?¨® a ser quien soy. Y, cuando yo estaba en segundo de bachillerato, falleci¨® en un accidente de tr¨¢fico. En ese mismo instante decid¨ª que quer¨ªa estudiar Psicolog¨ªa, para prestarle a otros la ayuda que ¨¦l me brind¨® a m¨ª¡±.
Esa, sacarse la carrera de Psicolog¨ªa mientras jugaba al b¨¢squet, fue una de las razones principales que hizo que, cumplidos los 18, cuando le toc¨® elegir en qu¨¦ club continuar su andadura, Zudaire se decantara por el UCAM Murcia. All¨ª, Sonia Ruiz (Murcia, 1981), presidenta y baloncestista a la par, ha construido justo el club que cualquier jugadora de baloncesto en silla habr¨ªa deseado, el que necesitaba para regresar y asentarse en su ciudad de nacimiento: ¡°Tenemos convenios con la Universidad Cat¨®lica de Murcia y un centro integral de empleo para que, quienes vengan, puedan estudiar o compaginar los entrenamientos con otro trabajo. Y todo el mundo sabe que priorizamos dar oportunidades a mujeres talentosas: el a?o pasado vinieron un par de jugadores muy prometedores a probar. Sin embargo, se me puso a tiro Isa L¨®pez, ?y tuve que disparar! Ah¨ª la tienes ahora. Compa?era tambi¨¦n de selecci¨®n espa?ola¡±, relata sonri¨¦ndose al auricular Ruiz.
Ella debut¨® con el combinado nacional en 2003. ¡°Recuerdo que para el Eurobasket de Hamburgo ¨¦ramos solo 13 chicas seleccionables. No ten¨ªamos dinero para concentraciones, ten¨ªamos que jugar habiendo entrenado juntas un par de d¨ªas a lo sumo¡±. Ruiz cuenta que aquello las fortaleci¨® como grupo, que tomaron una decisi¨®n: se juntar¨ªan en la casa de una de las compa?eras en un pueblo de Toledo y pedir¨ªan la cesi¨®n durante unas horas diarias de una cancha municipal para entrenar. ¡°Nos hicimos como hermanas. Y la conjura surti¨® efecto y fuimos consiguiendo mejores resultados deportivos y compitiendo incluso contra las grandes potencias de esta disciplina, como Pa¨ªses Bajos y Gran Breta?a¡±.
Cambi¨® el panorama. Ahora hay 30 jugadoras con ficha profesional seleccionables. Vicky P¨¦rez (Madrid, 1988), otra de esas hermanas de la canasta, vivi¨® la transici¨®n. La jugadora del Amiab de Albacete de peque?a despuntaba en la prol¨ªfica cantera del Estudiantes. Pero se lesion¨® la rodilla. Una bacteria le infect¨® la articulaci¨®n tras la primera cirug¨ªa. Se sucedieron las operaciones. Tres, cuatro veces abierta y despu¨¦s cicatrizada la larga incisi¨®n. Nunca se recuper¨® del todo. Pero esa derrota no pudo con ella: eligi¨® perseverar, seguir adelante. ¡°Quer¨ªa ser jugadora, disputar unos Juegos. Y, seg¨²n parece, este verano voy a cumplir mi sue?o, aunque sea de una forma ligeramente distinta a como imagin¨¦¡±. P¨¦rez cuenta al tel¨¦fono c¨®mo tuvo que ¡°desaprender¡±, redescubrir su cuerpo y todos los gestos que hab¨ªa interiorizado para el baloncesto, y c¨®mo con entrenamiento lo logr¨® (¡°lleg¨® un momento en que ten¨ªa que ver v¨ªdeos antiguos m¨ªos para recordar c¨®mo jugaba a pie¡±, dice).
Un proceso, ese de aprender, de entrenarse espec¨ªficamente para el b¨¢squet en silla, que, seg¨²n explica, va poco a poco siendo m¨¢s f¨¢cil para quienes se quieran adentrar en este deporte hoy. ¡°Hay que tener en cuenta que aqu¨ª no hay categor¨ªas inferiores como tal: no hay benjamines, alevines, infantiles¡ Uno puede tener desde peque?o una enfermedad que haga que deba practicar deporte adaptado, o puede de pronto sufrir un accidente que te prive de movilidad a los treinta y tantos. Y, por ende, tampoco hay clubes que tengan categor¨ªas formativas como tal en las que se pueda ir creciendo¡±. La respuesta, dice P¨¦rez, est¨¢ en lo que se conoce como escuelas, agrupaciones que re¨²nen a personas con alguna discapacidad para jugar a baloncesto un par de veces por semana. Y en el salto, todav¨ªa pendiente, que deben facilitar a aquellas a quienes les pique el gusanillo. ¡°Se est¨¢ atrayendo a bastantes chicas, la base de la pir¨¢mide se expande. Pero falta mucho¡±. Crece el n¨²mero de escuelas, se abren por toda Espa?a, pero hay, cuenta P¨¦rez, pocos clubes que luego apuesten por jugadoras.
En el baloncesto en silla de ruedas no hay categor¨ªas inferiores como tal. Uno puede comenzar a practicarlo en cualquier momentoVicky P¨¦rez
?Por d¨®nde empezar a jugar al baloncesto en silla? Las escuelas que han creado nuevas jugadoras a pesar de la pandemia
El virus que lo puso todo patas arriba tambi¨¦n refren¨® ese crecimiento de jugadoras de baloncesto en silla del que hablaba P¨¦rez. La mayor parte de las escuelas cerraron durante la pandemia. Pero no todas. Serena Nevelcu estaba viendo un partido de hockey adaptado cuando alguien se le acerc¨®: ¡°?T¨² no quieres practicar alg¨²n deporte?¡±. Tambi¨¦n para ella, fruto de un azar, surgi¨® un flechazo con la canasta. Conoci¨® a Miguel Vaquero y comenz¨® a entrenar en la escuela de baloncesto en silla de la Fundaci¨®n ONCE, creada en 2009 y ligada al CD Ilunion, club puntero de la disciplina en la m¨¢xima categor¨ªa. Nevelcu, de 17 a?os, cuenta que desde peque?a sus padres le inculcaron los beneficios del deporte, aunque, por encima de ning¨²n otro, del baloncesto ella destaca el sentimiento de pertenencia que le ha regalado, ¡°el sentirse parte de un colectivo, el conocer compa?eras en las que descubres gente maravillosa¡±. Nevelcu tiene ahora siempre cerca a una mujer que es para ella un espejo en el que mirarse: Sara Revuelta, internacional con Espa?a e integrante fundamental del CD Ilunion, y estudiante de F¨ªsica, adem¨¢s. ¡°Yo quiero poder empezar a jugar partidos, el a?o pr¨®ximo; quiero acabar bachillerato y estudiar Psicolog¨ªa; entrenar, divertirme, y aprender a desentra?ar c¨®mo funciona la mente. Quiero poder compaginarlo todo. ?Y terminar yendo a unos Juegos Paral¨ªmpicos y dando visibilidad al deporte adaptado? Ojal¨¢¡±.
#LoInteligenteEsSeguir
Descubre gracias al proyecto Basket Girlz de Endesa las historias de todas estas deportistas, cient¨ªficas o l¨ªderes culturales y empresariales que tienen algo en com¨²n: se forjaron en una cancha de baloncesto. De este deporte adquirieron valores que les han servido para el resto de retos de la vida. www.proyectobasketgirlz.com