De cuando no ¨¦ramos soldados en Sud¨¢frica
Del Bosque intent¨® quitarle hierro al asunto dici¨¦ndonos que no est¨¢bamos all¨ª para defender un pa¨ªs, que aquello no era o todo o nada, era solo f¨²tbol
Sentarse a ver la tele a las nueve o las diez de la ma?ana no es lo m¨¢s habitual. Pero, como muchos estos d¨ªas, estoy siguiendo el Mundial de Australia y Nueva Zelanda. Y no solo los partidos de Espa?a, que est¨¢ haciendo un gran papel. Me ha llamado especialmente la atenci¨®n la competitividad de algunas selecciones, las sorpresas que ha habido. Y ...
Sentarse a ver la tele a las nueve o las diez de la ma?ana no es lo m¨¢s habitual. Pero, como muchos estos d¨ªas, estoy siguiendo el Mundial de Australia y Nueva Zelanda. Y no solo los partidos de Espa?a, que est¨¢ haciendo un gran papel. Me ha llamado especialmente la atenci¨®n la competitividad de algunas selecciones, las sorpresas que ha habido. Y c¨®mo algunas de las favoritas se han ido quedando por el camino, como Estados Unidos.
El f¨²tbol es un deporte pasional, de muchos sentimientos, en el que se pone mucho entusiasmo y coraz¨®n, m¨¢s todav¨ªa en una competici¨®n como un Mundial. Me vienen muchos recuerdos a la cabeza. Por ejemplo, de c¨®mo pasada la fase de grupos, vives con una sensaci¨®n extra?a. Sabes que despu¨¦s de cada partido te puedes ir a casa. O seguir. Pero tienes la maleta preparada para poder irte. Recuerdo perfectamente esa incertidumbre en cada eliminatoria. Aunque, l¨®gicamente, los que perviven son los mejores recuerdos, en nuestro caso recuerdos muy bonitos que nos llevan a Sud¨¢frica. A aquel verano (invierno por all¨¢ abajo) en que fuimos tan felices. Porque no tuvimos que cerrar la maleta hasta despu¨¦s de la final.
Recuerdo los nervios de aquellos d¨ªas previos al partido de la final contra Holanda. No ten¨ªamos muchos inputs del exterior, est¨¢bamos aislados, sin poder estar casi apenas con la familia. Pero por el m¨®vil nos llegaban muchos mensajes, nos contaban c¨®mo se estaba viviendo en Espa?a... Por eso sent¨ªa nervios. Y, sobre todo, ten¨ªa muchas ganas de que llegara la final. En esos momentos, solo quieres que pasen las horas r¨¢pido para jugar.
El ambiente en la concentraci¨®n era muy bueno. Est¨¢bamos convencidos de que pod¨ªamos ganar y ten¨ªamos mejor equipo que Holanda. Intentas normalizar la situaci¨®n, pero lo consigues hasta cierto punto. Es imposible no pensar que tienes a todo un pa¨ªs detr¨¢s de ti. Esos nervios, esa incertidumbre, te hace m¨¢s dif¨ªcil conciliar el sue?o. E incluso se te cierra el est¨®mago y te cuesta un poco m¨¢s comer. Est¨¢s todo el tiempo pensando en el partido. S¨¦ que hay compa?eros que apenas pegaron ojo la noche de antes a la final. Yo s¨ª que pude dormir la noche previa, pero, habitualmente dorm¨ªa la siesta el d¨ªa del partido y ese d¨ªa estuve tumbado escuchando m¨²sica porque no pude hacerlo.
Cada uno intenta manejar esa presi¨®n de la mejor manera posible. Son muchas horas e intentas evadirte. En Sud¨¢frica dorm¨ªamos en habitaciones individuales, pero pas¨¢bamos mucho tiempo juntos; nos encontr¨¢bamos en la habitaci¨®n de alguno, jug¨¢bamos a las cartas, charl¨¢bamos y pas¨¢bamos el rato, intentando no pensar mucho. Porque ni siquiera tienes la certeza de si ser¨¢s titular. No lo sabes hasta la charla previa, aunque yo lo pod¨ªa intuir porque hab¨ªa sido titular todos los partidos anteriores.
Recuerdo bien la charla del m¨ªster. Del Bosque intent¨® quitarle hierro al asunto dici¨¦ndonos que no ¨¦ramos soldados que estuvi¨¦ramos all¨ª para defender un pa¨ªs. Aquello no era o todo o nada. Solo ten¨ªamos que intentar disfrutar del partido. Claro que iba a ser importante para el pa¨ªs ganar, pero al final aquello era un juego, era solo f¨²tbol. Nos intent¨® quitar presi¨®n.
Solo cuando suena el pitido final te das cuenta de lo que has conseguido. No eres consciente hasta entonces porque has ido pasando entrenamientos, rondas previas, nervios¡ pero cuando se pita el final piensas: ¡°Ya est¨¢, no hay nada m¨¢s, somos campeones, se acab¨® la tensi¨®n¡±.
Alguna vez llegar¨¢n la segunda, la tercera estrella, ojal¨¢ sea pronto, pero la primera siempre ser¨¢ esa. Y la felicidad fue total.
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