El tiempo juega al f¨²tbol
La Liga quedar¨¢ aparcada durante m¨¢s de un mes para no molestar al Mundial, el campeonato que cada cuatro a?os sacude los cimientos sociol¨®gicos de este fen¨®meno inagotable llamado f¨²tbol
El futuro siempre es flamante. No quiero quitarle valor a la nostalgia, porque en ella reside parte importante de la identidad, que es desde donde el juego se nutre de sus emociones m¨¢s grandes. Pero el f¨²tbol es una cosa que siempre est¨¢ ah¨ª adelante, donde habitan las expectativas y las ilusiones. Hemos llegado al momento en que la Liga quedar¨¢ aparcada durante m¨¢s de un mes para no molestar al Mundial, el campeonato que cada cuatro a?os sacude los cimientos sociol¨®gicos de este fen¨®meno inagotable llamado f¨²tbo...
El futuro siempre es flamante. No quiero quitarle valor a la nostalgia, porque en ella reside parte importante de la identidad, que es desde donde el juego se nutre de sus emociones m¨¢s grandes. Pero el f¨²tbol es una cosa que siempre est¨¢ ah¨ª adelante, donde habitan las expectativas y las ilusiones. Hemos llegado al momento en que la Liga quedar¨¢ aparcada durante m¨¢s de un mes para no molestar al Mundial, el campeonato que cada cuatro a?os sacude los cimientos sociol¨®gicos de este fen¨®meno inagotable llamado f¨²tbol. La industria, la publicidad, los corazones, todo est¨¢ preparado para el que ser¨¢, una vez m¨¢s, el acontecimiento m¨¢s visto en la historia de la humanidad. El Mundial es una culminaci¨®n, algo tan esperado que parece un final de camino. Pero despu¨¦s de los sorteos europeos de esta semana ha ocurrido algo que nos habla del poder del tiempo en el f¨²tbol. De pronto, nos encontramos deseando que se acabe el Mundial para que nos deje disfrutar del Madrid-Liverpool, del Bayern-PSG, del Barcelona-United.
El pasado abarata. El antes solo le sirve al recuerdo. Cuando no al olvido. El f¨²tbol es despu¨¦s y, sobre todo, es ahora. Florentino P¨¦rez cuenta una hermosa historia que nos da una certeza cient¨ªfica sobre el poder del tiempo en el f¨²tbol. Pondr¨¦ contexto. Estamos en Lisboa y se juegan la vida el Real Madrid y el Atl¨¦tico por la final de la Champions. El Atl¨¦tico gana y el tiempo se va. En el Madrid hay una angustia terminal. Llega el minuto 92 y hay un c¨®rner a favor. Entramos en la parte m¨¢gica de la historia: se detiene el tiempo. Todo queda en suspensi¨®n, menos Sergio Ramos y Florentino P¨¦rez. Entre la inmovilidad general, Sergio va lentamente hacia el palco para hacerle al presidente una propuesta: ¡°Si me da 200 millones, marco un gol¡±. Tal y como est¨¢ el panorama no hace falta pensar mucho: ¡°Hecho¡±, contesta Florentino. La realidad la sabemos: Luka Modric sac¨® el c¨®rner perfecto y Sergio Ramos marc¨® el gol m¨¢s importante de los ¨²ltimos 50 a?os de la historia del club. Pocos meses despu¨¦s, Sergio Ramos exig¨ªa 20 millones para renovar y, esto no es fantas¨ªa, a Florentino le pareci¨® que desbordaba las posibilidades del club. ?Qu¨¦ hab¨ªa pasado entre uno y otro episodio? Nada. Solo hab¨ªa pasado tiempo.
Hasta luego Liga y que Dios te ayude. En estos momentos mi fil¨®sofo de cabecera es Carlo Ancelotti, que, desde el mismo saludo, te cuenta la verdad del f¨²tbol. ?Qu¨¦ cu¨¢l es la verdad? Una que nadie sabe. ¡°Hola Carlo, enhorabuena por todo¡±, le decimos en cada encuentro. Y ah¨ª viene la verdad: ¡°Gracias, ya veremos en el pr¨®ximo partido¡±. El f¨²tbol es, una vez m¨¢s, algo que est¨¢ ah¨ª adelante con pinta de inocente, pero dotado de una ins¨®lita capacidad para lo inesperado, incluso para lo imposible.
?C¨®mo lo va a ser esta Liga despu¨¦s del Mundial? Lo seguro es que volver¨¢ sin Gerard Piqu¨¦, al que, precisamente, se llev¨® el tiempo; sin Emery y Lopetegui, que regalamos a la Premier como si nos sobrara talento. Todo lo dem¨¢s quedar¨¢ en manos del tiempo, que no sabremos qu¨¦ har¨¢ con el f¨ªsico y la confianza de los jugadores, despu¨¦s de que Qatar dicte sentencia. El Mundial ser¨¢ una interferencia colosal, como siempre que la patria se pone una camiseta de f¨²tbol. Y la Champions estar¨¢ esperando con sus platos fuertes y seductores dentro de tres meses. Entre medias, la Liga deber¨¢ demostrar que es algo m¨¢s que un Madrid-Bar?a, si no quiere que se lo coma ese hermano mayor que sigue merodeando. Se llama Superliga y se parece mucho a este tiempo.
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