De entrada, Alcaraz ya baila en Nueva York
El espa?ol accede a la segunda ronda en un partido decantado a los tres minutos, cuando Koepfer se lastim¨® el tobillo: 6-2 y 3-2. Se medir¨¢ el jueves con Harris
Dura poco la fiesta, exactamente una hora. Lo que tarda en decir basta el tobillo de Dominik Koepfer, lastimado desde el inicio y que viendo que apenas puede ya correr, decide zanjar un episodio en el que solo puede alargar la agon¨ªa. Con 6-2 y 3-2 en contra, el alem¨¢n se retira y Carlos Alcaraz firma su primera victoria en este US Open que para ¨¦l tiene banda sonora. El murciano, 20 a?os, con salero en el cuerpo y todo atrevimiento, acepta el reto lanzado por el entrevistador y tararea y se contonea al ritmo de Vagabundo, mientras dedica la victoria al cantante Sebasti¨¢n Yatra, presente en su palco. As¨ª nace para ¨¦l este torneo, entre la desgracia ajena y las notas alegres que desprende su tenis sin complejos. Baila Nueva York al ritmo del nuevo icono.
Antes de saltar a la pista, Alcaraz describe la sesi¨®n nocturna de Flushing Meadows como la mejor del circuito. El bueno de Koepfer, primero en acceder, hace referencia a las lesiones que le han castigado los dos ¨²ltimos a?os en una alusi¨®n premonitoria. No se ha cerrado el primer juego y un aparatoso retorcij¨®n en el tobillo izquierdo del alem¨¢n deja la noche en el aire durante 10 largos minutos en los que los aficionados ¡ªaforo lleno, casi 24.000 localidades¡ª se temen lo peor. El ¨¢ngulo de noventa grados dibujado en la maniobra parece haber dejado fuera de combate al tenista, pero tras ser atendido, este se impulsa con un peque?o brinco y su regreso se premia con una gran ovaci¨®n.
La Arthur Ashe agradece la buena disposici¨®n, aunque Alcaraz no se anda con chiquitas y aborda de manera fulminante. Nada m¨¢s reanudarse la acci¨®n, el espa?ol firma la primera rotura. Quiere poner r¨¢pidamente tierra de por medio, por si las moscas. Muy acorde a estos tiempos experimentales, se presenta en la central neoyorquina vestido con una indumentaria moteada de colorines que ha dise?ado Nike, consciente la firma del fil¨®n que tiene entre manos. Sin mangas y con un amago de Kandinski en el pecho, luce palmito y el tiempo que resiste Koepfer describe golpes y escorzos que estos d¨ªas de sequ¨ªa imaginativa cuestan mucho encontrar.
El rival, un jugador bien madurado (29 a?os y 75? del mundo) que las ha pasado canutas a ra¨ªz de una misteriosa lesi¨®n en el brazo izquierdo, teniendo que sumergirse esta temporada en los challengers para recuperar progresivamente ranking, sabe atizarle a la bola, pero est¨¢ en un callej¨®n sin salida. Si de por s¨ª ya lo ten¨ªa dif¨ªcil, el contratiempo sufrido a los tres minutos ha enterrado todas sus opciones y la trama se reduce a comprobar si aguantar¨¢ hasta el final, porque aunque logra mantener el tipo en los intercambios, su movilidad va reduci¨¦ndose de forma irremediable. Al final, Koepfer se marcha con una toalla sobre la cabeza y Alcaraz agita con su desparpajo una noche h¨²meda en la que la grada emite el runr¨²n al que acostumbra.
Gui?o a McEnroe
En Nueva York, el tenis es casi otro deporte. Otra historia. Y en esta atm¨®sfera tan fiestera y tan l¨²dica, Alcaraz encaja como anillo al dedo. En vivo, sus maniobras violentas impresionan y su elasticidad para volear en la red adornan un pulso sin miga que, dicho sea de paso, le permite ahorrar combustible y sortear un estreno siempre complicado. Se pasa la bola por debajo al sacar, se estira como un chicle en las devoluciones. Y se expresa con la sonrisa en la boca, en su salsa.
¡°Ha sido una pena para ¨¦l, esta no es la mejor manera de avanzar de ronda. Pero tengo que centrarme en m¨ª, estaba jugando genial y me sent¨ªa muy bien en la pista, as¨ª que ojal¨¢ pueda mantener este nivel en la siguiente¡±, responde. ¡°Esta es una pista en la que me encanta jugar, me he sentido incre¨ªble; he sentido la misma energ¨ªa que el a?o pasado¡±, contin¨²a antes de referirse a su calzado. ¡°Soy un gran fan de las zapatillas, estas son unas cl¨¢sicas. McEnroe las llev¨® cuando jugaba, as¨ª que estoy muy feliz por tenerlas y mostrarlas al mundo¡±, cierra el murciano sabiendo que se medir¨¢ el jueves con el sudafricano Lloyd Harris, el 177? de la ATP. A ritmo reguetoniano, por supuesto.
¡°TRATAR? DE RECUPERAR EL N?MERO UNO LO ANTES POSIBLE¡±
Puestos a elegir, Alcaraz quiso verle el lado bueno al hecho de que su rival se retirase al inicio del segundo set. “Quiero jugar batallas, partidos completos, y esta no es la mejor manera de ganar. Pero, a la vez, me alegro de regresar pronto al hotel y descansar un poco. Me ayudará para recuperarme de cara a la siguiente ronda”, señaló.
El español dijo haberse sorprendido a sí mismo, puesto que no esperaba alcanzar el nivel que ofreció tan pronto. Y pese a comenzar el torneo con una mala noticia, ya que Novak Djokovic le desbancará como número uno el 11 de septiembre, un día después del desenlace, confía en recuperarlo rápido.
“Honestamente, es mi objetivo. Está siendo una buena pelea entre él y yo. Sabía que Novak iba a recuperarlo tras el US Open [al serbio le bastaba una victoria en el debut], pero en cuanto acabe el torneo intentaré recuperarlo lo antes posible”, resolvió.
Puedes seguir a EL PA?S Deportes en Facebook y Twitter, o apuntarte aqu¨ª para recibir nuestra newsletter semanal.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.