Un Wimbledon a cubierto y bajo agua, mucha agua

Indisociable del agua, Wimbledon intenta lidiar estos d¨ªas con el bendito elemento y, al mismo tiempo, enemigo hist¨®rico del tenis. Poco importa el pron¨®stico meteorol¨®gico: al final del d¨ªa, sea a la hora que sea, cae la lluvia. En abundancia. As¨ª que paciencia y buena voluntad, toca. Bien lo sabe el serbio Novak Djokovic, que el domingo empujaba como uno m¨¢s, junto con los empleados del club, la lona que proteg¨ªa una de las pistas de entrenamiento. ¡°Es lo que hay, as¨ª es este torneo, as¨ª que hay que aceptarlo¡±, dec¨ªa resignada Paula Badosa, apeada por Donna Vekic. Ese d¨ªa, la espa?ola lleg¨® al club a primera hora al recinto y pese a que su partido estuviera programado para las once, termin¨® de competir a las siete y media de la tarde. M¨¢s de lo mismo para el estadounidense Tommy Paul y Roberto Bautista.

El duelo entre ambos en la Pista 2 (sin techo) deb¨ªa empezar tras el de la catalana y la croata, as¨ª que comenzaron a las ocho. ¡°Tuve que ir al vestuario y ah¨ª estuvimos entreteni¨¦ndonos con un juego de golf como tres horas¡±, contaba el norteamericano, rival este martes (hacia las 16.00, Movistar+) de Carlos Alcaraz en los cuartos de final. El murciano, sin embargo, no ha sufrido directamente los estragos de los retrasos ni las cancelaciones, hasta 40 partidos de las pistas exteriores el pasado viernes y 79 entre ese d¨ªa y el domingo. ?l ha competido todos los d¨ªas en la Centre Court o la Court 1, ambas con cubiertas retr¨¢ctiles, pero, en cualquier caso, s¨ª debe adaptarse a los condicionantes propiciados por el agua y la humedad derivada. Catalogado oficialmente como un torneo outdoor (al aire libre), este Wimbledon se decide dentro de una c¨¢psula.

No es nueva la circunstancia. Otra vez, patinazos y sustos. Importante el que sufri¨® Alexander Zverev el s¨¢bado, cuando al ir a por una bola a la red, perdi¨® el control de la pierna izquierda a la hora de hacer el apoyo y cay¨® al verde de la central. Al d¨ªa siguiente, el alem¨¢n ¡ªapeado ya, por Taylor Fritz (4-6, 6-6(4), 6-4, 7-6(3) y 6-3)¡ª compiti¨® con una rodillera protectora, muy similar a la que luce Djokovic (6-3, 6-4 y 6-2 a Holger Rune). No obstante, aquellos tenistas que compiten en las pistas exteriores son los que deben adoptar un extra de prevenci¨®n, puesto que la superficie del c¨¦sped se ve m¨¢s afectada, por m¨¢s que los operarios se anticipen y act¨²en antes de que las nubes descarguen. Irremediablemente, las intensas lluvias est¨¢n marcado un torneo pasado por agua; lo sufren los jugadores, los aficionados y la organizaci¨®n.

Fuera del club, la largu¨ªsima cola que conforma la tradicional The Queue ha perdido volumen y longitud, y el viernes, cuando la Oficina Meteorol¨®gica registr¨® 26,6 mil¨ªmetros de lluvia ¡ªintensidad ¡°fuerte¡±, cercana a la ¡°muy fuerte¡±, a partir de 30,1¡ª, la asistencia se resinti¨® de manera notable; en concreto, acudieron al complejo 36.630 personas, 5.649 menos que el mismo d¨ªa de la edici¨®n anterior. Durante la primera semana de la competici¨®n, se acercaron al All England Lawn Tennis and Croquet Club ¡ªal suroeste de Londres, en un entorno completamente verde¡ª un total 282.955 espectadores; es decir, un 4% menos que hace un a?o. Todos los d¨ªas mengu¨® la cifra, excepto el martes 2, cuando se desped¨ªa a ¨²ltima hora el escoc¨¦s Andy Murray.

Maniobras y precauci¨®n

Lo tiene claro la presidenta, Sally Bolton: ¡°El tiempo est¨¢ impactando en estos datos. El verdadero reto ha sido su variabilidad. Cualquiera que mire las aplicaciones a dos d¨ªas vista comprobar¨¢ que parece que va a mejorar, pero luego cambia¡±. As¨ª que, matiza la dirigente, ¡°mantener el nivel de alegr¨ªa y emoci¨®n cuando llueve a c¨¢ntaros es muy dif¨ªcil¡±.

Desde la oficina meteorol¨®gica transmiten que el ¨ªndice de precipitaciones ha sido el doble del que cabr¨ªa esperar, y todo el mundo trata de adaptarse a las incomodidades. Alcaraz, por ejemplo, ya tuvo que suspender el entrenamiento previo al encuentro de los octavos con el franc¨¦s Ugo Humbert y este lunes, te¨®ricamente iba a ejercitarse a la una, pero ante el cielo negruzco y la posibilidad de que se tuviera que interrumpir la sesi¨®n, opt¨® por quedarse en la casa que ha alquilado cerca del club. El murciano, de 21 a?os, ha disputado tres de los cuatro partidos a cubierto, entre una atm¨®sfera muy cargada por la humedad y con especial precauci¨®n en las maniobras, como todos, para prevenir un mal resbal¨®n. ?l, al igual que el resto, compite con unas zapatillas cuya suela est¨¢ completamente salpicada de taquitos min¨²sculos para reforzar el agarre.

¡°No estoy acostumbrado a jugar as¨ª, no voy a mentir. Pero no me considero un mal jugador en interiores. Creo que muchos son mejores que yo. Y, sinceramente, preferir¨ªa jugar al aire libre, eso es obvio¡±, apunta el de El Palmar, igualado en los precedentes con Paul (2-2). ¡°Si hace buen tiempo, sale el sol, no hace viento, las condiciones son perfectas... Pero al final, ya sea al aire libre o bajo techo, tengo que adaptar mi juego a las condiciones¡±, agrega el espa?ol, consciente de la peligrosidad del estadounidense. ¡°Ambos tenemos un estilo muy agresivo, la gente lo disfrutar¨¢. Es muy divertido jugar contra ¨¦l¡±, afirma el 13? del mundo, que antes de abordar Wimbledon triunf¨® en la hierba de Queen¡¯s y ha rendido por ahora a Pedro Mart¨ªnez (49?), Otto Virtanen (147?), Alexander Bublik (23?) y Roberto Bautista (112?).

Caracterizado por no pens¨¢rselo mucho y engatillar r¨¢pido, pegada y servicio, amenaza en los cuartos. Y, seg¨²n anticipa el pron¨®stico, tambi¨¦n lo hace la lluvia una vez m¨¢s: la posibilidad de precipitaciones asciende al 90%. Es, no hay duda, un Wimbledon pasado por agua.

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