"El F. Polisario siempre se mostr¨® dispuesto a colaborar con la ONU"
Apenas habla algunas palabras de espa?ol, aunque lo comprende. Se desenvuelve mejor en franc¨¦s, pero no mucho. El primer ministro de la Rep¨²blica Arabe Saharaui Democr¨¢tica sonr¨ªe durante toda la conversaci¨®n mantenida con la ayuda de dos ?polisarios? que hacen de traductores. Envuelto en una magn¨ªfica gnadura azul celeste, Lamin UId Ahmed fuma Winstort casi sin interrupci¨®n y pide caf¨¦ para los cuatro en el peque?o sal¨®n del hotel argelino donde nos encontramos. Debe tener poco m¨¢s de treinta a?os, Se resiste, sin embargo, a confesar su edad y su origen. ?La historia de los combatientes la escriben los pueblos. En todo caso, el Gobierno espa?ol y las autoridades marroqu¨ªes ya saben demasiado de nosotros...?-Despu¨¦s de estos meses de guerra, ?se puede hacer un primer balance de las acciones militares? ?Qu¨¦ zonas controlan los ej¨¦rcitos marroqu¨ª y mauritano?
-Marruecos y Mauritania no conocen el S¨¢hara sino por los mapas que les fueron entregados por el Gobierno espa?ol. Un ejemplo: cuando Marruecos supo que uno de los miembros de nuestro Gobierno hab¨ªa nacido en Huey Garfa, pregunt¨® a las autoridades espa?olas donde se encontraba esa ciudad. Resulta que se trata de Tarfaya, que est¨¢ precisamente en territorio marroqu¨ª.
Los marroqu¨ªes se encuentran en las ciudades que les entreg¨® el Gobierno espa?ol y estan sitiados en ellas. Todas las zonas del Sahara, excepto las ciudades, est¨¢n en manos del F. Polisario. Durante estos meses, han muerto unos cincuenta de los nuestros y diez fueron hechos prisioneros, a los que tratamos de acuerdo con los convenio de Ginebra. Pero no combatimos s¨®lo en el S¨¢hara, sino tambi¨¦n en el interior de Marruecos y Mauritania.
-?Por qu¨¦?
-Para atacar su retaguardia y para demostrar al pueblo hermano marroqu¨ª que la guerra que est¨¢ llevando Hassan II no es justa y que el ¨²nico perdedor de esta guerra es el propio pueblo marroqui.
-?El Polisario tiene pensado poner en pie unas estructuras pol¨ªticas y administrativas en las ?zonas liberadas?, siguiendo el ejemplo de las guerrillas de Guinea-Bissau?
-Espa?a no nos ha dejado m¨¢s que auxiliares administrativos y un universitario que no pudo terminar la carrera. Adem¨¢s, nuestro principal cometido ahora es la defensa de los ciudadanos saharauis que se trasladan a las ?zonas liberadas?. La pol¨ªtica del Frente y del Gobierno de la RAED es elevar el nivel de vida del pueblo saharaui, en ense?anza, en sanidad y en otros campos. Para ello tenemos amigos en todas partes, y entre esos amigos se encuentra el pueblo espa?ol.
-Despu¨¦s de una nueva misi¨®n del enviado especial de la ONU a las capitales implicadas, ?cu¨¢l cree que debe ser ahora el papel de las Naciones Unidas? ?El Polisario aceptar¨ªa el env¨ªo de una fuerza militar de la ONU?
-El F. Polisario siempre se mostr¨® dispuesto a colaborar con la ONU, que es la llamada a resolver el problema, aunque el responsable directo de la actual situaci¨®n es Espa?a. Rydbeck ha declarado que un refer¨¦ndum es imposible, dadas las circunstancias militares del territorio. Sin embargo, el Gobierno de la RASD nunca ser¨¢ un obst¨¢culo para las Naciones Unidas.
La ONU, que ha aprobado desde 1965 resoluciones a favor de nuestra, autodeterminaci¨®n, deber¨ªa presionar sobre aquellos que ignoran esas resoluciones. Creemos que es injusta la presencia en la ONU de aquellos que han desafiado sus mandatos. Por otra parte, si se ordena a Marruecos a retirar a sus soldados, no ser¨ªa necesaria ninguna misi¨®n militar de la ONU. En cualquier caso, si la ONU decide intervenir para retirar a las fuerzas marroqu¨ªes, estamos siempre dispuestos a colaborar con ella.
-Aunque las RSSD se titula Arabe antes que nada, s¨®lo un pa¨ªs ¨¢rabe, Argelia, la ha reconocido hasta ahora. ?Influye en ello la dsitracci¨®n pemanente del mundo ¨¢rabe respecto del conflicto de Oriente Pr¨®ximo?
-No sabemos exactamente lo que distrae al mundo ¨¢rabe, porque lo cierto es que el mismo conflicto de Oriente Pr¨®ximo tampoco se ha resuelto todav¨ªa. Puede suceder, adem¨¢s, que algunos dirigentes ¨¢rabes sean como los trompos de los que hemos hablado antes y que otros no sepan nada del S¨¢hara. En este sentido se puede decir que las buenas relaciones de Espa?a con los pa¨ªses ¨¢rabes, ha dificultado en estos un mejor conocimiento de nuestra lucha.
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