Doscientos muertos en L¨ªbano en los dos ¨²ltimos d¨ªas
Al aceptar la extensi¨®n de la tregua por un tiempo, en principio, indefinido, la coalici¨®n isl¨¢mico-progresista libanesa pretende ganar tiempo mientras las distintas fuerzas pol¨ªticas buscan febrilmente una nueva base de discusi¨®n y de arreglo para la guerra civil que dura trece meses.
A pesar de la tregua, unas doscientas personas han muerto en los dos ¨²ltimos d¨ªas y hay noticias de que los combates se intensifican en las zonas monta?osas.En este, contexto, los anuncios relacionados con treguas o alto el fuego se presentan m¨¢s bien como cobertura de un esfuerzo que es de naturaleza propiamente pol¨ªtica y que se juega en dos frentes principales: el papel de Siria, enfrentada a dificultades crecientes, y la batalla por la designaci¨®n de un nuevo presidente de la Rep¨²blica, prevista para el pr¨®ximo s¨¢bado.
En cuanto al primer tema, hay que se?alar el creciente deterioro de las relaciones entre el r¨¦gimen de Damasco y el Frente Progresista liban¨¦s, formado por las milicias socializantes, los morabitos o nasseristas independientes, el partido social-progresista de Karnal Jumblatt y la resistencia palestina.
Portavoces de las fuerzas progresistas acusaron ayer a los guerrilleros de ?Al Saika? -palestinos afectos a Damasco- de ejercer un papel intolerable desde el punto de vista militar, de bloquear los env¨ªos ¨¢rabes de armas y municiones a los izquierdistas y, sobre todo, de apoyar el esfuerzo de los conservadores para elegir el doctor El¨ªas Sarkis como nuevo presidente de la Rep¨²blica en sustituci¨®n de Solim¨¢n Frangieh.
Sarkis, economista que preside el Banco de Emisi¨®n liban¨¦s desde hace diez a?os, es conocido como un tecn¨®crata reformista y es apoyado por Siria y, en ¨²ltima instancia, por los propios Estados Unidos.
La crisis libanesa ha llegado a un extremo de contradicciones de tal naturaleza que nadie sabe c¨®mo las fuerzas pol¨ªticas convencionales podr¨¢n superar el punto muerto presente.
Actualmente hay en curso una, batalla por la presidencia, una mediaci¨®n oficial siria, otra francesa oficiosa, un acuerdo sirio-palestino de alto el fuego, una divisi¨®n sin precedentes en el seno de la, resistencia palestina, una absoluta impotencia de la Liga Arabe para intervenir, un gobierno fantasma que no gobierna hace meses y dos amenazas de intervenci¨®n militar: una semioficial, la de Siria, y otra m¨¢s disuasoria y distante, la de una flota de combate norteamericana.
Una o dos semanas debe ser el ¨²ltimo plazo para elegir al nuevo presidente y poner remedio a una matanza que ha costado, seg¨²n ciertos c¨¢lculos, 18.000 vidas desde que comenz¨® la guerra en abril de 1974.
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