"La meta obligada ha de ser la democracia cultural"
Conferencia de Jos¨¦ Luis Yuste, director de la Fundaci¨®n Juan March
?En suma: la reflexi¨®n y el estudio del pasado debe animarnos a los espa?oles a superar viejos recelos y a atender nuestras conveniencias en este momento de nuestra historia, cuando todos nos invitan a contribuir al esfuerzo unitario de Europa. Esta conferencia no ha buscado sino tratar de iluminar, desde perspectivas culturales, una, parte de este programa de acci¨®n?. Con estas palabras finaliz¨® Jos¨¦ Luis Yuste, director de la Fundaci¨®n Juan March, la conferencia pronunciada ayer en Madrid, bajo el patrocinio de la Sociedad de Estudios Internacionales.?Como valoraci¨®n hist¨®rica y en t¨¦rminos generales -se?al¨® el se?or Yuste al comenzar, su disertaci¨®n sobre Algunas reflexiones sobre la cultura espa?ola y la Europa actual-, se puede afirmar que el nivel de la cultura en Espa?a, visto como un todo, es objeto de una extendida evaluaci¨®n negativa?. Tras repasar sucintamente el Siglo de Oro espa?ol, y dentro del an¨¢lisis hist¨®rico, se?al¨® que, ?frente al racionalismo y el libre examen, principios que inspiran el desarrollo cultural de Europa en los siglos XVII y XVIII, Espa?a va a quedar sujeta, a la escol¨¢stica cat¨®lica y v¨ªnculos de autoridad y tradici¨®n. Tras el intento renovador de la Ilustraci¨®n, el largo, reinado de Fernando VII, con que se inaugura el siglo XIX, arrastra de nuevo a la cultura espa?ola al ostracismo y desentendimiento del signo de los tiempos. Los problemas culturales surgen del enfrentamiento entre la tradici¨®n y el deseo de renovaci¨®n, y entre ¨¦ste y el orgullo de la originalidad nacional, vinculado a una estricta unidad religiosa.
La labor de la Instituci¨®n Libre de Ense?anza hizo germinar los brotes de una florida generaci¨®n, la de 1927 que parece poner final pesimismo secular encarnado por sus predecesores del 98. En el duelo entre renovaci¨®n y conformismo, la balanza parec¨ªa volver a inclinarse hacia el liberalismo renovador de h¨¢bitos y tradiciones culturales, pero la historia pol¨ªtica de Espa?a y Europa desde 1936 no hace sino m¨¢s profundas las anteriores diferencias?.
El por qu¨¦ de la crisis de la cultura espa?ola
Se extendi¨® el conferenciante en definir los rasgos espec¨ªficos de la cultura espa?ola; distinguiendo entre la ?superior?, esencialmente elitista, y la de masas, en la que la producci¨®n en serie la convierte en objeto de consumo. Se?al¨® tambi¨¦n las diferencias entre los distintos ¨¢mbitos culturales, rural, urbano y suburbano, y las existentes entre las diversas regiones de Espa?a.Los cuatro problemas de fondo que, a juicio del director de la Fundaci¨®n Juan March, explican la crisis de la cultura espa?ola, entendida ¨¦sta como el conjunto de las Letras, las Artes y las Ciencias, son en primer lugar, la falta de inter¨¦s por la cultura como t¨®nica general, y en la que se hallan implicados Estado y sociedad. En segundo lugar, el control y dirigismo cultural (censura, prohibici¨®n de actos culturales, etc.), barreras que denotan una actitud de defensa y de temor ante la cultura. Otro de los problemas es el de las culturas regionales: no s¨®lo no se ha estimulado la cultura propia de esos pueblos, sino que se han reprimido valores consustanciales a ellos; y, finalmente, la relaci¨®n cultural de Espa?a con el exterior. Dentro de este contexto consider¨® tema obligado el de las emigraciones de intelectuales con ocasi¨®n de la guerra civil, llegando tarde, en muchos casos, el proceso creciente de recuperaci¨®n.
La multidimensionalidad de Europa
Tras se?alar la rapidez del proceso de transformaci¨®n de los elementos capitales de la cultura europea, el conferenciante pas¨® a destacar ?el rasgo general, y a la vez m¨¢s caracter¨ªstico, de la cultura europea contempor¨¢nea?: su car¨¢cter multidimensional, por su concepci¨®n abierta a nuevos contenidos-, la referencia al pasado ha cedido el paso a la necesidad de comprenderla signi sentes, y de atisbar los contornos del futuro. Multidimensionalidad porque el individuo puede elegir entre un pluralismo de opiniones contradictoriamente expresadas, de ideas, creencias y valores. ?El desarrollo cultural europeo -coment¨® Jos¨¦ Luis Yuste- parte de la concepci¨®n de un derecho a la cultura que es esencial y necesario al hombre. De ah¨ª que la meta obligada sea la democracia cultural, entendida en un doble sentido: ampliaci¨®n a capas sociales m¨¢s extensas de los bienes culturales, y b¨²squeda de un cambio radical para llevarla a cabo?.
Mentalidad tolerante y liberal
Termin¨® el conferenciante con la exposici¨®n de una serie de propuestas para tratar de solventar las diferencias entre Espa?a y Europa, a nivel cultural. ?Se impone, en primer lugar, una recuperaci¨®n de una parte importante de nuestra cultura anterior olvidada o marginada. En concreto, el pensamiento liberal y humanista m¨¢s pr¨®ximo?. Pidi¨® una apertura cultural, lo que conlleva una mentalidad tolerante y liberal, para que convivan las distintas ideolog¨ªas. Abog¨® por un incremento cuantitativo y cualitativo de la presencia espa?ola en instituciones internacionales culturales, para lo que se precisa previamente una promoci¨®n cultural dentro de Espa?a. ?Para ello -coment¨®- la primera tarea ser¨¢ crear un clima favorable para la cultura, hay que comenzar educando para la cultura, realizar la reforma educativa?. Por lo que respecta al papel del Estado en la pol¨ªtica cultural, resalt¨® su espec¨ªfica competencia, que no es otra que la de nutrir el desarrollo cultural del pa¨ªs, estableciendo un marco de normas jur¨ªdicas que respete el sentido plural de la sociedad y la libertad de creaci¨®n y de elecci¨®n de sus hombres, clases y regiones, ?lejos de todo dirigismo, y en paralelo con otras iniciativas sociales, al igual que sucede en los pa¨ªses europeos que nos sirven de referencia?.
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