Presentaci¨®n de "Dionisio Ridruejo: de la Falange a la Oposici¨®n

?Ha sido uno de los hombres m¨¢s admirables que he conocido y que se nos fue en el momento en que m¨¢s le necesit¨¢bamos?. Esto declaraba a EL PAIS, Joaqu¨ªn Ru¨ªz Gim¨¦nez, l¨ªder de la Izquierda Democr¨¢tica en el acto de presentaci¨®n del libro Dionisio Ridruejo, de la Falange a la Oposici¨®n, celebrado ayer en los salones de la editorial Taurus.Un piso repleto de representantes de la pol¨ªtica y la cultura. Por all¨ª andaban los La¨ªn, Buero, Armi?¨¢n, Femando Baeza, Carmen Mart¨ªn Gaite, Gloria, viuda de Dionisio y recogiendo firmas en uno de los ejemplares, Arturo Fierro, presidente de la editorial y una micromultitud abigarrada y sudorosa.

Lo que all¨ª se rend¨ªa era un homenaje al poeta, al escritor, al amigo, al hombre y al pol¨ªtico Ridruejo, muerto hace ya casi un a?o.

?Dionisio era escritor, amigo y poeta, pero todo ello potenciado en cada una de las cualidades por su aspecto pol¨ªtico -nos comentaba Jes¨²s Aguirre, director general de Taurus-. Lo que ocurre es que no era un pol¨ªtico como suelen serlo la mayor¨ªa de los que as¨ª se llaman en este pa¨ªs. Cuando dej¨® el poder no pas¨® a ning¨²n consejo de administraci¨®n. Era un pol¨ªtico pobre, lo que no suele ser normal.?

Ram¨®n Serrano Su?er entr¨® acompa?ado por uno de sus hijos: ?Mire usted: lo que pienso sobre Dionisio lo explico en el libro, pero valga el anunciarle que el pr¨®ximo 18 de mayo pronunciar¨¦ una conferencia en el Ateneo de Barcelona sobre sus cualidades como hombre, escritor y pol¨ªtico. Muchos piensan que s¨®lo son pol¨ªticos los ministros, pero creo que algunos de ellos no dan la talla. Ser pol¨ªtico es otra cosa?.

Pese a que la concurrencia no era exclusivamente militante, en aquel piso la pol¨ªtica se convirti¨® en estrella indiscutible, y ello por amor de la vida de un hombre honesto.

?Fue generoso, leal y sincero. Cuando cambi¨® de opini¨®n lo hizo en contra de sus intereses, y eso tiene mucho valor?, nos declaraba Pedro Sainz Rodr¨ªguez.

Despu¨¦s lleg¨® el duque de Ari¨®n, Felicidad Panero y -ya comenzado el acto- Carlos Ollero. No se pod¨ªa dar un paso.

Condici¨®n de intelectual

Felipe Gonz¨¢lez, al que se le pod¨ªa localizar por el resplandor de los flashes, nos coment¨® que ?era un hombre honesto. Discrep¨¢bamos en muchas cosas, pero siempre con esa sinceridad que le hab¨ªa caracterizado.? Armando L¨®pez Salinas se?alaba que ?le conoc¨ª hace muchos a?os, en el 56. Estuve con ¨¦l en Carabanchel, durante un mes, por negarnos a pagar una multa. Aunque exist¨ªan diferencias pol¨ªticas, siempre mantuve con ¨¦l una buena amistad.?Cerca de trescientas personas que rend¨ªan p¨²blico homenaje al hombre que en 1942 opt¨® por renunciar a sus cargos gubernamentales para tratar de ser coherente consigo mismo. Las palabras que m¨¢s se o¨ªan eran ?honestidad?, ?bondad? y todo lo que configuraba el modo de ser de Ridruejo, un Ridruejo del que Benet, presentador del acto, pretend¨ªa realzar su condici¨®n de intelectual por encima de la del pol¨ªtico y que, al menos provisionalmente, qued¨® ensalzada su condici¨®n sint¨¦tica de hombre, amigo y, por ende pol¨ªtico.