El punto de vista de Ford
De vez en cuando, a traici¨®n, RTVE nos sorprende con un comentario en plan editorial. Los hay de dos clases bien distintas. Nuestros reflejos de viejos telespectadores jam¨¢s nos traicionan. Cuando, ese locutor, cuartilla en ristre, adopta un tono severo, ahuecado, carraspea mentalmente, se estira en su asiento y frunce el ce?o pros¨®dico, la jibamos t¨ªa Mar¨ªa, se avecina una bronca y nos vamos a quedar otra vez sin postre democr¨¢tico. Antes de que el mensajero nos lea la mala vieja, ya sabemos de qu¨¦ va el asunto: hemos vuelto a incurrir en alg¨²n nefando pecado antirreformista y los servicios de redacci¨®n de cualquier direcci¨®n general afectada van a reprimirnos duramente por aquella manifestaci¨®n de m¨¢s o por aquella adhesi¨®n de menos. Esos suelen ser los editores nacionales. Los que se detectan, digamos, por las sustancias de forma. Esa especial forma que tienen algunos locutores de leer las distintas variaciones de la bronca que no cesa. Por contra, cuando aparece un se?or de cierta edad en mitad de un telediario, nervioso, inseguro, casi t¨ªmido y algo acelerado, incapaz de disimular por otra parte lo que ¨¦l cree un ¨¦xito personal, es que vamos a tener comentario o editorial de cort¨¦ internacionalista, es decir, la apolog¨ªa de turno de la pol¨ªtica de turno de los Estados Unidos de Am¨¦rica. No es un secreto para nadie que en RTVE confunden las charlas sobre asuntos exteriores del planeta tierra con la defensa de los asuntos internos del habitante de la Casa Blanca. En este sentido, justo es decir, que nuestra televisi¨®n ha producido y popularizado los mejores comentarios favorecedores de la pol¨ªtica del Pent¨¢gono. Incluso fon¨¦ticamente hablando. El se?or Dom¨ªnguez, por ejemplo, fue uno de los castellanoparlantes que mejor logr¨® imitar el acento yanqui a trav¨¦s de un medio audiovisual. Aquellas intervenciones a ra¨ªz de la guerra de Vietnam o de Camboya consegu¨ªan conectarnos al primer fonema con cualquier canal o emisora USA. Y eso hace siempre mucha ilusi¨®n. El pasado jueves, en el telediario de la sobremesa, surgi¨® de la nada otro habitual comentarista en la misma materia. A partir de un reportaje sensacionalista publicado en el Times acerca. de las matanzas acaecidas en Camboya despu¨¦s de la puesta en pr¨¢ctica del yanqui, go-home, se nos hizo una de las alabanzas m¨¢s desmesuradas e incre¨ªbles de la intervenci¨®n USA en la pen¨ªnsula de Indochina, que se nos haya dado ocasi¨®n de contemplar. No solamente se dijo que nuestros particulares defensores de los valores occidentales se gastaron en la faena unos doscientos mil millones de d¨®lares (lo cual, en verdad, es demasiado dinero para tan escasos valores), sino que en el colmo del alegato lleg¨® a afirmar muy serio que, por lo menos el Gobierno del se?or Van-Thieu pose¨ªa ciertos visos democr¨¢ticos, al contrario de lo que ahora sucede en unas tierras dejadas de la mano de Dios desde que los marines optaron por abandonarlas, como le siguen diciendo a una simple derrota militar.
Lo de menos es que RTVE adopte el punto de vista de Ford o que se digan tales o cu¨¢les barbaridades, despu¨¦s de lo que todos saben, especialmente los ciudadanos americanos. Lo de m¨¢s es que el correspondiente departamento de Prado del Rey destinado a la venta de productos nacionales a las televisiones amigas, tenga infrautilizados a estos soberbios comentaristas de la pol¨ªtica internacional. Nos consta que la Administraci¨®n Ford sedar¨ªa con un canto en los dientes, como ya ocurri¨® en m¨¢s de una celebrada ocasi¨®n, por poder contar en sus fabulosos tinglados ideol¨®gicos con unos paladines de este calibre. Dado que en materia televisual nuestro d¨¦ficit es tremendo de cara a los USA, bueno ser¨ªa que para equilibrar nuestra pobre balanza de pagos intercambi¨¢semos telefilme polic¨ªaco por editorialista m¨¢s kissingerista que Kissinger. Kojak, por Dom¨ªnguez. Shaft por el general Cuartero Larrea. ?Hawai 5-0?, por Luis Calvo. ?La casa de la pradera?, por Pablo Iraz¨¢bal.
Sabedores de la escasez de material pro yanki que padece en estos momentos los USA y en vista de que a los progiamadores de RTVE s¨®lo se les ocurre contratar telefilmes de aquel pa¨ªs, no estar¨ªa mal que en las negociaciones de Radio Liberty se incluyera este nuevo intercambio comercial. Todos saldr¨ªamos ganando.
Babelia
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