Norteam¨¦rica presiona a Pinochet para que libere a los presos pol¨ªticos

La visita del secretario del Tesoro norteamericano a Chile supone una importante ruptura del aislamiento pol¨ªtico y econ¨®mico de la Junta Militar. William E. Simon es el primer visitante americano con rango ministerial que recibe el Gobierno de Pinochet. Pero este ¨¦xito diplom¨¢tico tambi¨¦n ha tenido su precio: la liberaci¨®n de determinado n¨²mero de presos pol¨ªticos por parte de la Junta Militar.La visita de Sim¨®n fue preparada en el reciente viaje del ministro chileno de Econom¨ªa, Jorge Cauas, a Washington. El Gobierno norteamericano, que se encuentra bajo una fuerte presi¨®n de la opini¨®n p¨²blica y del Congreso quiso, antes de aceptar la invitaci¨®n chilena, asegurarse de que el Gobierno de Chile liberar¨ªa a un cierto n¨²mero de presos pol¨ªticos, entre los que figuraban varios miembros del gobierno de la Unidad Popular.

El intercambio chileno-norteamericano comenz¨® hace pocos d¨ªas, despu¨¦s de que el Gobierno chileno liberara al ex alcalde de Valpara¨ªso, a un diputado socialista y al yerno del que fuera candidato democrisitiano a la presidencia, Rodomiro Tomic. Todos los presos ser¨¢n acogidos en los Estados Unidos.

Por Supuesto, el Gobierno de Pinochet ha desmentido que la visita de Simon guard¨® relaci¨®n con la liberaci¨®n de los presos, que, asegura, estaba preparada desde mucho tiempo antes. Sin embargo, el visitante estadounidense dio a entender que la futura ayuda norteamericana a Chile depende del respeto a los derechos humanos por parte del Gobierno chileno. Sim¨®n elogi¨® la actual pol¨ªtica econ¨®mica chilena realizada por un equipo de civiles que encabezaba Jorge Cauas. Pero, al mismo tiempo, indic¨® que una concepci¨®n liberal de la econom¨ªa no basta por s¨ª sola, ya que la libertad econ¨®mica debe ir acompa?ada de las correspondientes libertades personales y socio-pol¨ªticas.

Derechos Humanos

Hace unas semanas, el subsecretario de Estado, Rogers, manifest¨® al embajador chilleno en Washington su m¨¢s firme protesta por la detenci¨®n de los miembros de la oposici¨®n chilena que acompa?aron a la delegaci¨®n norteamericana durante su estancia en Santiago y que, pese a las promesas del Gobierno chileno, no han sido todav¨ªa puestos en libertad. Rogers indic¨® al embajador chileno con toda claridad que el problema de los derechos humanos no era un asunto interno de los estados, sino una norma jur¨ªdica internacional.A primeros de junio tendr¨¢ lugar en Santiago de Chile la reuni¨®n de la Organizaci¨®n de Estados Americanos (OEA), que contar¨¢ con la asistencia del secretario de Estado norteamericano, Henry Kissinger. Para los militares chilenos, la presencia de Kissinger significa una inapreciable prestigio. Por su parte, los norteamericanos tienen inter¨¦s en volver a encontrarse con la familia de pueblos latinoamericanos, sobre todo despu¨¦s del golpe militar en Argentina.

Por ¨²ltimo, M¨¦xico, que mantiene una actitud m¨¢s que reticente respecto al Gobierno chileno, podr¨ªa quiz¨¢ cambiar de criterio ante el espect¨¢culo de una ceremonia de la OEA en Santiago.