Ha muerto el arquitecto finland¨¦s Alvar Aalto
Fue una de las grandes figuras de la arquitectura moderna
A los setenta y ocho a?os de edad ha fallecido en Helsinki, v¨ªctima de una dolencia card¨ªaca, el arquitecto Alvar Aalto, una de las grandes figuras arquitect¨®nicas de los tiempos modernos.
Alvar Aalto naci¨® en Kuortane, cerca de Jy?skyl?, Filandia, en 1898. Estudi¨® en el Polit¨¦cnico de Helsinki, terminando su carrera en 1921 y comenzando su actividad profesional en 1925 en Jyras Kyl?, junto a su mujer, Aino Marsio. Todav¨ªa pueden verse algunas de sus primeras obras, en las que junto a elementos procedentes de la arquitectura, aparece ya un personal modo de organizar el espacio.De 1927 a 1928 colabora con E. Bryggman (autor m¨¢s tarde de la famosa iglesia del crematorio de Truku) en el proyecto de la exposici¨®n de Turku (1929), teniendo ocasi¨®n de acercarse a las corrientes de la moderna arquitectura europea.
Pronto da muestras Alto de haber asimilado aqu¨¦lla en tres obras -la biblioteca Viipuri, 1927; las oficinas del peri¨®dico Turin Sonomat, en Turku, 1929; el sanatorio de Paimo, 1929, en las que respetando el lenguaje establecido por la moderna arquitectura, es capaz de incluir una atenci¨®n al programa, a los materiales, al control de la luz y del espacio, que le hace ser m¨¢s funcionalista, m¨¢s program¨¢tico que quienes hac¨ªan de aquella pretensi¨®n el fundamento de la nueva manera haciendo m¨¢s hincapi¨¦ en ¨¦sta que en el prop¨®sito.
La novedad que supone tal actitud fue pronto reconocida, y se?al¨® el arranque de una actitud cr¨ªtica hacia la estrecha ortodoxia del movimiento moderno, abriendo las puertas a una arquitectura m¨¢s directa, m¨¢s inmediata, m¨¢s aut¨¦nticamente preocupada por la l¨®gica que la construcci¨®n y el uso impone que por la estricta observancia de la obligaci¨®n estil¨ªstica. La luz en la biblioteca, el confort del enfermo en el sanatori, la disposici¨®n de las m¨¢quinas en movimiento en el peri¨®dico eran sus intereses primeros, y sirviendo a ellos se resolv¨ªa la forma con prioridad frente a la manera.
Esta actitud, que permiti¨® a los cr¨ªticos hablar de nuevo empirismo escandinavo, se manifestar¨¢ con mayor fuerza en los pabellones finlandeses de Par¨ªs (1937) y Nueva York (1939) y, sobre todo, en la casa que en 1939 construye para Nairea Gullichsen, hija de un industrial finland¨¦s que patrocinar¨¢ en el futuro los dise?os de muebles y l¨¢mparas que Aalto hace -faceta bien importante de su actividad a trav¨¦s de la Fundaci¨®n de la firma Ostek.
La importancia dada en estas obras a los materiales naturales, la fluidez con que se producen en ella los trazados, la riqueza de im¨¢genes hacen ya de Aalto, al filo de los cuarenta a?os, una de las primeras figuras de la arquitectura europea, al margen de cualquiera que se su tendencia. Anticipo de esta nueva etapa ser¨ªa la Baker Home, en Cambridge, Massachusets (1947-1948), en la que la libertad con que se produce la planta y la atenci¨®n prestada al empleo de los materiales puede ser considerado como algo l¨®gico y sorprendente en aquellos a?os.
A esta obra seguir¨¢n otras como la del Ayuntamiento de S?ynn?tsabo (1950), el edificio de oficinas Rentatalo (1952), la Caja de pensiones (1954) y la Casa de la Cultura (1955) en Helsinki, la iglesia de Imatra (1956), en la que su maestr¨ªa y el dominio tanto de la forma como de los materiales le permite abordar siempre con ¨¦xito los m¨¢s diversos programas.
La d¨¦cada de los sesenta se?ala el reconocimiento universal de su magisterio, y Aalto recibir¨¢ encargos tanto en su pa¨ªs como en el extranjero, debiendo resaltar en esta rese?a obras como los teatros de Essen y Helsinki, la Escuela Polit¨¦cnica de la capital finesa, el centro cultural de la Volkswagen, los edificios de viviendas de Bremen. Sin perder nunca su extraordinaria sensibilidad, la obra de Aalto se suaviza y pierde algo de la energ¨ªa que caracterizaba su obra anterior. Pero siempre su obra mantendr¨¢ su independencia, su amor a la vida, su humanidad, su buen sentido, que hace que aqu¨¦lla pueda ser entendida como tal, vez la ¨²nica, en lo que va de siglo, aut¨¦nticamente moderna, quiz¨¢ la ¨²nica que pueda librarse del peso que supone la arquitectura cl¨¢sica, presente casi siempre y a pesar de todo en esta que se ha venido a denominar arquitectura de vanguardia.
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