El ?bunker? no se rinde

En los portales de la plaza d¨ªa a d¨ªa se cobijan cuatro gitanillas. Hacen palmas, bailan y cantan. Las letrillas de su repertorio abarcan un sinf¨ªn de temas. R¨ªen, suspiran y lloran ante. ?el amor roto por una tonter¨ªa?. Una pausa, un respiro y vuelta a comenzar. Sus voces no las ahoga el murmullo que se extiende por la explanada, donde una docena de empresarios dispone su negocio ambulante. Anuncian a voz en grito las pipas m¨¢s saladas, el tabaco m¨¢s ?habano? y el chicle ?n¨²mero uno en USA?. Aqu¨ª, all¨¢ y acull¨¢ los vendedores de carteles taurinos se hacen con una parcela. Alguno aprovecha las t¨¦cnicas de imprenta para componer el nombre del comprador debajo del de los afamados diestros. Al final, el afiche queda de lo m¨¢s propio; resulta que torean Paco Camino, Angel Teruel y John Baxter.Pues no se?or. ?El bunker no se rinde?. Por eso la andanada del 8 persiste en su actitud de protestar ?contra esto y aquello? y silenciar las buenas faenas. Dicen los taurinos que esta singular oposici¨®n tiene normalmente raz¨®n. Ayer, a la vista de los toros que salieron al coso, este sector del p¨²blico no ces¨® de gritar: ? ?que traigan otro cami¨®n! ?. Y como la perspectiva de la corrida no variaba en nada, se tomaron la tarde a risa. Primero preguntaron a la aficci¨®n en general: ??C¨®mo est¨¢n ustedes??. Al comprobar que la audiencia no resp¨®nd¨ªa con el fervor esperado, pensaron que ellos se bastaban para animarse a s¨ª mismos. Ni cortos ni perezosos, comenzaron a dirigirse unos a otros: ??C¨®mo est¨¢n ustedes??.