El poblado gitano de Son Banya, una experiencia fracasada
Hace ahora seis a?os que en las proximidades del aeropuerto, en el predio de Son Banya, a tres kil¨®metros de Palma, se cre¨® de una manera experimental, y por primera vez en nuestro pa¨ªs, un poblado gitano. El motivo principal de la creaci¨®n de este poblado fue que casi un centenar de familias gitanas que malviv¨ªan en las chabolas pr¨®ximas al mar, en la barriada del Molinar, tuvieran una vivienda modesta pero digna. Para ello se cre¨® una sociedad, Ingima (Integraci¨®n de Gitanos Mallorquines) y ella fue la promotora de esta experiencia de la creaci¨®n de un poblado con 124 casas, para otras tantas familias. Las casas contaban con dos habitaciones, sala-comedor, cocina y un amplio patio individual interior destinado a corral, jardin, huerto o para el uso de animales dom¨¦sticos. El alquiler de cien pesetas mensuales, era simplemente simb¨®lico, pero al cabo de los a?os son muchos los que deben varias mensualidades, y tambi¨¦n existen la compa?¨ªa suministradora de electricidad y la empresa municipalizada de aguas.Para una mejor administraci¨®n y funcionamiento del poblado, en el a?o 1974 se cre¨® un Patronato de protecci¨®n constituido por el Ayuntamiento de Palma, Ingima y C¨¢ritas, para subvencionar los gastos comunitarios y dotar al poblado de una infraestructura adecuada, id¨¦ntica a la de los otros barrios suburbiales de Palma. El Ayuntamiento nombr¨® un alcalde-delegado de barrio, el conocido Quinito Amaya, para un mejor di¨¢logo entre el Patronato y los habitantes del poblado. Este fue dotado de una moderna escuela donde se imparten seis cursos de EGB y a la que asisten regularmente, ciento sesenta ni?os de una poblaci¨®n infantil total de doscientos peque?os. El poblado cuenta con una asistente social de C¨¢ritas, una religiosa que se encarga de la asistencia sanitaria, un administrador, Pedro Nigorra, esposo de la asistente social, y un municipal encargado el orden p¨²blico en todo el poblado.
Esta experiencia est¨¢ al borde del fracaso, pues lo que se pens¨® como un poblado para facilitar la integraci¨®n de esta comunidad en la sociedad de la ciudad, al cabo de seis a?os no parece haya hecho muchos progresos. Es preciso aclarar que el noventa por ciento de su poblaci¨®n es analfabeta y que s¨®lo un diez por ciento de sus moradores tiene trabajo estable, el resto realiza labores espor¨¢dicas, de unos pocos d¨ªas, que les basta para procurarse algo de dinero con el que comprar alimentos.
El problema real del poblado de Son Banya no es que est¨¦ mejor o peor dotado en su infraestructura que otros barrios modestos de Palma: es que la p oblaci¨®n ha aumentado considerablemente en estos a?os, pr¨¢cticamente se ha duplicado, y naturalmente el barrio y sus viviendas son insuficientes, porque los j¨®venes, al casarse, no quieren irse de all¨ª y se quedan a vivir con sus padres en las viviendas de ¨¦stos, haciendo que las viviendas primitivas se conviertan en poco menos que grandes chabolas por la promiscuidad y las personas, en algunos casos hasta diez, que se cobijan en unas casas pensadas como mucho para cinco personas.
El problema de la integraci¨®n de los gitanos es realmente dif¨ªcil, y su soluci¨®n no parece estar en construir m¨¢s casas para las j¨®venes familias, que se crean y nacen al amparo de sus mayores, porque si estos j¨®venes padres no se responsabilizan y no buscan un trabajo estable, dif¨ªcil es que puedan formar una comunidad estable. Se ha intentado todo para normalizar la vida en el poblado.
Estas costumbres payas no rezan para los gitanos de Son Banya, y la triste realidad es que lo ¨²nico que cuenta para ellos es su libertad, su marginaci¨®n y especialmente su familia, porque esto es lo que realmente parece contar, ya que cuidan mucho de los ni?os y de los ancianos, siendo ¨¦stos los aut¨¦nticos jefes de las familias, muy numerosas por cierto, que existen en el poblado. La realidad es que al cabo de seis a?os no parece haberse adelantado mucho.
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