Antonio Gala sigue vivo
El bulo empez¨® a correr por Madrid y otras ciudades ayer por la ma?ana: Antonio Gala hab¨ªa sido asesinado. Periodistas de diversos medios llamaron a casa del conocido escritor, encontrando siempre la respuesta at¨®nita del mayordomo que negaba saber nada de la cuesti¨®n ya que el se?or Gala no estaba en Madrid. La Polic¨ªa tambi¨¦n hizo activas gestiones frente a lo que result¨® ser una falsa alarma. Antonio Gala, criticado, contestado, procesado y amenazado, estaba en el hotel Siete Coronas de Murcia, donde fue encontrado vivo pasadas las tres de la tarde.
?Probablemente la ¨²ltima persona enterada he sido yo -ha dicho el propio Gala-. Esta ma?ana he estado paseando por el mercado murciano. Me gusta visitar en las ciudades a las que voy, los mercados y los cementerios. Son lo m¨¢s definitivo de un pa¨ªs. S¨®lo me dio tiempo de visitar el mercado... aunque seg¨²n vosotros, los periodistas, podr¨ªa haber ido al cementerio...?Antonio Gala no sab¨ªa nada sobre la b¨²squeda de su cad¨¢ver. Tras el mercado visit¨® el museo Salcillo y almorzo en un restaurante normal. ?Nada extraordinario -nos asegura- porque no me gusta ir a sitios demasiado t¨ªpicos donde se me pueda ver?.
Pero fue al volver al hotel donde algo le sorprendi¨®: el exceso de mensajes, telegramas y comunicaciones que encontr¨®. No le hab¨ªa dado a tiempo de abrirlos cuando dos personas, vestidas de paisano, se dirigieron a ¨¦l. Tras identificarse como polic¨ªas, lo primero que se le ocurri¨® a Gala era pensar que algo podr¨ªa haber sucedido en su domicilio de Madrid.
Amenazas y pintadas
Gala anda preocupado. Primero fue lo de la suspensi¨®n de su programa de Televisi¨®n. Luego su art¨ªculo sobre Las viudas, un comentario publicado en S¨¢bado Gr¨¢fico que nunca lleg¨® a ver la luz porque se secuestr¨® el n¨²mero, por algunas supuestas alusiones.Es, precisamente, por ese art¨ªculo por el que el Juzgado de Orden P¨²blico de Madrid le notific¨® el pasado lunes que un p¨¢rrafo del mismo puede constituir un delito especificado en el art¨ªculo 164 bis-b del C¨®digo Penal. Ese art¨ªculo hace referencia a los delitos de ofensas contra el Movimiento Nacional, contra sus h¨¦roes, ca¨ªdos o banderas.
?Hay pintadas en la calle junto a mi casa. Pintura roja en la puerta. En el vest¨ªbulo exterior pegaron pasquines sobre la manifestaci¨®n a Franco -nos dice-. Adem¨¢s estaban tambi¨¦n pintadas las cruces esv¨¢sticas. Estoy muy preocupado por todo esto. Tanto que he escrito una carta personal a Fraga. Le informo de la situaci¨®n personal en que me hallo. Por eso, al encontrarme aquellos polic¨ªas en la puerta de mi hotel, lo primero que se me ocurri¨® era pensar que se trataba de algo en relaci¨®n con mi carta a Fraga.?
Pero no lo era. En opini¨®n del escritor los polic¨ªas ten¨ªan la cara descompuesta, pero probablemente el que tuviese la cara demudada fuese el propio Gala al tener conocimiento de que ten¨ªan orden de localizarle. Le dijeron que exist¨ªa el rumor de que le hab¨ªan asesinado en San Sebasti¨¢n o en Bilbao.
Preocupaci¨®n por los suyos
Asegura que en este momento lo que m¨¢s le preocupaba era la situaci¨®n que se habr¨ªa planteado en Madrid. ?Lo primero que me horroriz¨® ha sido pensar en el mozo mio, mi ayuda de comedor, que no podr¨ªa confirmar ni negar la noticia si es que se dirig¨ªan a ¨¦l para preguntarle. Pienso que lo m¨¢s que podr¨ªa decir si se le iba a preguntar sobre mi asesinato era que all¨ª no hab¨ªa sido?.Y efectivamente as¨ª fue. El mayordomo pas¨® una ma?ana agobiado por las llamadas y visitas interes¨¢ndose en la cuesti¨®n del asesinato de Gala. Mayor fue su alarma todav¨ªa cuando recibi¨® visitas de la Polic¨ªa que le hac¨ªan pensar lo peor.
Las gestiones del Minisierio de la Gobernaci¨®n han tenido un buen final. La preocupaci¨®n del escritor, que ha tenido que vivir con miedo en estos d¨ªas, seg¨²n ¨¦l mismo ha narrado, hasta el extremo de sufrir varias veces el intento de forzar la cerradura de su puerta, ha alcanzado su culmen con los acontecimientos de ayer.
Desenlace feliz
El asegura, en unas declaraciones hechas ayer mismo a una agencia informativa, que su art¨ªculo sobre Las viudas se ha sacado de quicio. Donde muchos han visto una profunda agresi¨®n a la mujer, Antonio Gala dice que en el art¨ªculo ?no hablaba de viudas materiales, de viudas como mi propia madre, sino de otras viudas: las institucionales?.El motivo de su viaje a Murcia era una conferencia-mesa redonda sobre Televisi¨®n y televisi¨®n en Espa?a que de nuevo le plante¨® problemas. Alguien llam¨® avisando que si se daba la conferencia, una bomba explotar¨ªa en el lugar. Se le pregunt¨® a las autoridades murcianas por parte de voces desconocidas que c¨®mo se consent¨ªa que actuara en p¨²blico. La conferencia se celebr¨® y no pas¨® nada.
Cuando todo ha acabado, hacia las cinco de la tarde de ayer, continu¨® sus visitas por la capital murciana, escoltado esta vez por polic¨ªas de paisano. El se siente agradecido por la atenci¨®n que se le ha dispensado. ?Carezco de vanidad -ha dicho- y lamento haber tenido hoy tan preocupado al se?or Fraga. Le agradezco la protecci¨®n que yo mismo hab¨ªa solicitado con anterioridad.?
Pero, m¨¢s all¨¢ de la tranquilidad, queda una inquietud: la de pensar que estas cosas puedan suceder: ?Lo que s¨ª que me entristece es que una Posa as¨ª, un rumor de ¨¦se tipo, haya podido resultar veros¨ªmil porque eso significa que la situaci¨®n del pa¨ªs no es normal del todo, cuando pueden surgir grupos incontrolados que amenazan la vida de un ser humano. Lamento que haya podido ser veros¨ªmil y que la gente haya podido cre¨¦rselo, porque entonces estamos todos perdidos. Otro Lorca no quiero ser porque ni el propio Lorca tuvo vocaci¨®n de Lorca?.
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