El choque de dos ¨¦pocas
Un ni?o es educado en una r¨ªgida atm¨®sfera religiosa en la Inglaterra victoriana. Hijo de un padre famoso -uno de los zo¨®logos m¨¢s conocidos de su tiempo- y de una propagandista evang¨¦lica, vive en medio de una soledad ¨²nicamente atemperada por la presencia pasiva de las criadas de su casa y de los pobres seres que formaban el grupo de Hermanos de Plymouth, compa?eros y a la vez disc¨ªpulos de sus padres. A los siete a?os pierde a su madre, que antes de morir lo consagra como elegido de Dios. El padre, enfervorizado por ese legado, tratar¨¢ de hacer del muchacho un puritano r¨ªgido y extremado.Poco a poco el muchacho, sin embargo, se da cuenta de que no es capaz de soportar la tensi¨®n religiosa a que le somete su padre. Rodeado por una atm¨®sfera de fanatismo dogm¨¢tico y de exaltaci¨®n moral, en su mundo se filtran noticias de una realidad m¨¢s vasta y m¨¢s profunda que aquella para la que ha sido educado. Descubre a los poetas y, sobre todo, a Sh¨¢kespeare, que le revelan una lluvia comprensi¨®n del esp¨ªritu humano y la sensualidad de la palabra esccrita. Mientras tanto su padre, que a lo largo de los a?os, con tit¨¢nica fuerza de voluntad, ha hecho convivir en su sistema cient¨ªfico el empirismo con una casi patanoica fidelidad a la letra de la Biblia, se enzarza en una lucha sin sentido contra lo que ve¨ªa como mayor peligro contra su religi¨®n: el irresistible triunfo de las ideas evolucionistas de Ch. Darwin. De la inevitable derrota, el hijo sacar¨¢ las l¨®gicas consecuencias. Y un d¨ªa el elegido consumar¨¢ la ruptura con el padre, bruscamente y sin vuelta de hoja.
Padre e hijo
de Edmund Grosse.Barcelona. Edit. Labor. 1976.
Es una historia simple y rectil¨ªnea. La literatura inglesa del per¨ªodo postvictoriano, est¨¢ llena de ajustes de cuentas de este tipo, con un opresivo ambiente familiar, con la ideolog¨ªa de una ¨¦poca y de una clase que de pronto descubr¨ªa horrorizada las consecuencias de ese reinado de la raz¨®n que hab¨ªa ayudado decisivamente a entronizar. El protagonista y autor del libro, cuyo argumento hemos esbozado, es Edm¨²nd Gosse, notable cr¨ªtico literario, descubridor de Ibsen en Gran Breta?a, editor de John Donnel amigo intimo de Robert Louis Stevenson de Swinburne, de Hepry James. Poeta de escasos registros, su nombre ha pasado a la historia de la literatura precisamente por esta preciosa autobiograf¨ªa, Father and Son, que ahora aparece bellamente traducida en la Colecci¨®n Maldoror, con el t¨ªtulo Padre e hijo.
John Garvick habla en el pr¨®logo del libro de la Carta al padre, de Kafka, de Joyce, de Silvia Plath. La lista podr¨ªa ser m¨¢s larga y, sin salirse de las Islas Brit¨¢nicas, podr¨ªa alcanzar a Henry James, a Samuel Butler. Publicado an¨®nimamente en 1907, Padre e hijo pudo ser simplemente un documento de la ¨¦poca, una ilustraci¨®n del combate que durante el siglo XIX sacudi¨® a Inglaterra, entre los partidarios de la ortodoxia religiosa m¨¢s celosa y los ap¨®stoles del esp¨ªritu cient¨ªfico. Sin embargo, la inteligencia y la sensibilidad de Gosse nos salvan del puro testimonio. Gosse no era un gran escritor, pero ten¨ªa sensibilidad para percibir la belleza de la obra ajena. Olvid¨¢ndose del oficio, se puso a contar con sencillez la atroz experiencia de su infancia, el cuento del ni?o que iba para santo y termin¨® en hombre de letras.
La figura de Philip H. Gosse, el padre omnisciente e inflexible, domina todo el libro. A veces nos recuerda al sombr¨ªo Hermann Kafka; otras, al ingenuo y desastrado Avito Carrascal de Amor y pedagog¨ªa, de Unamuno. Lleno de su verdad, el padre de Gosse se fue de este mundo muy anciano, creyendo que s¨®lo ayunos cu¨¢ntos -muy pocos- elegidos ten¨ªan la raz¨®n frente a la turba infiel. Hay una sombra de melancol¨ªa en el hijo cuando constata lo descabellado de esa pretensi¨®n.
Escrita con un pudor muy brit¨¢nico, Padre e hijo, es uno de los mejores libros autobiogr¨¢ficos de una ¨¦poca -los principios de nuestro siglo- en que la subjetividad y el deseo de autoan¨¢lisis alcanzaban su paroxismo.
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