Galicia, conflicto e historia
Perfil conflictivo de Galicia.de Xavier Costa Clavell.
Editorial Galba.
Barcelona 1976.
246 p¨¢ginas.
El carlismo gallego
de J.R. Barreir Fern¨¢ndez.
Editorial Pico Sacro.
Santiago de Compostela 1975.
351 p¨¢ginas.
Asistimos hoy al redescubrimiento de la realidad regional. El proceso se ha realizando entre la frustraci¨®n de algunos (que se consideraban los sustentadores o los profetas de aquellas realidades escondidas), el oportunismo de bastantes y la confusi¨®n de casi todos. Basta echar un vistazo a los peri¨®dicos para advertir hasta qu¨¦ punto unos y otros, profetas, oportunistas y pueblo llano, corren el riesgo de ver convertido en romer¨ªa lo que desde las ra¨ªces del tiempo era un hecho indiscutible.
Todo esto viene a cuento poque tengo sobre la mesa dos libros en los que se habla con profundidad, calor y pasi¨®n de mi tierra gallega. Uno de ellos, publicado en Barcelona Perfil conflictivo de Galicia el otro en Compostela El carlismo gallego. Ser¨ªa exagerado decir que estos libros me (nos) descubren mundos in¨¦ditos o laberintos lejan¨ªsimos. Sirven, eso s¨ª, para hacer patentes los conflictos y las contradicciones del pa¨ªs gallego en otras tierras. Deben ser, pues, bienvenidos. M¨¢ximo ahora, en que a los gallegos (como a los vascos, catalanes, valencianos, andaluces y castellanos) se nos redescubre.
Xavier Costa Clavell en su Perfil conflictivo de Galicia pretende -y casi siempre consigue- dar una panor¨¢mica actual, movida y sistem¨¢tica de la actualidad gallega. Utilizando del m¨¢s depurado y ¨¢gil estilo period¨ªstico, Costa recorre y recuenta el subdesarrollo gallego, los males end¨¦micos del pa¨ªs, y despu¨¦s, hace balance de los valores culturales, art¨ªsticos, sociol¨®gicos de esta tierra pr¨®diga en hombres pobres. Dir¨ªase que esta descripci¨®n en la que se alterna la entrevista con la estad¨ªstica, la an¨¦cdota con el dato erudito, es algo as¨ª como la otra cara de la medalla. de esa esquina verde, t¨®pico que hizo ¨¦poca y que, desde luego, sigue haciendo da?o.
Costa ha llevado a cabo una labor ingente como es la de sintetizarla realidad de Galicia en un libro de doscientas y pico p¨¢ginas. Pero a veces su ambici¨®n choca con la enormidad del tema tratado. Y cae en ciertos particularismos coyunturales que hubiera podido evitar, sin que la obra por ello desmereciera. Por ejemplo, la panor¨¢mica de las fuerzas pol¨ªticas que hoy coexisten en Galicia demasiado somera (y, en alguna manera, demasiado interesada) como para que se le pueda tomar en serio. Tampoco es abertado el recuento exhaustivo que hace de pintores, grabadores, escultores, en el que hay omisiones incomprensibles y menciones inveros¨ªmiles.
Pero ninguna de estas disidencias de lector pretenden quitarle m¨¦rito e inter¨¦s a esta radiograf¨ªa del pa¨ªs gallego, escrita con el coraz¨®n en un pu?o y el cerebro l¨²cido. La simple oortunidad de ver en letra escrita los nombres y las ideas de quienes durante tanto tiempo no tuvieron ni voz ni o (mucho menos) voto, representa una alegr¨ªa y una redenci¨®n para cualquier galaico de bien.
El carlismo gallego
Tambi¨¦n es una excelente experiencia hojear el libro de J. R. Barreiro Fern¨¢ndez sobre El carlismo gallego. Se trata de una obra densa, meticulosa fruto de mucho estudio y meditada largamente. El resultado de tantos esfuerzos corresponde perfectamente con la intenci¨®n del autor y as¨ª se desvela uno de los aspectos m¨¢s oscuros de la historia de Galicia en el siglo XIX, es decir, los trabajos y los d¨ªas de quienes sostuvieron contra viento y marea la causa de la tradici¨®n.
Barreiro considera que las bandas carlistas que se echaron a monte fracasaron por su insolidaridad y actitud aut¨¢rquica en el terreno militar, al tiempo que carec¨ªan de apoyo popular pese a que contaban con la simpat¨ªa (y la bendiciones) de casi todo el clero rural. Estos (el clero) y la hidalgu¨ªa campesina formaban la espina dorsal y las bases sociales de la causa carlista. Pero no supieron -ni unos ni otros- atraer a los sectores populares ni a la peque?a burgues¨ªa ciudadana. Las reivindicaciones forales -el aspecto m¨¢s moderno del carlismo, el que m¨¢s directamente conectaba en casi todas sus zonas de predominio con el pueblo- fueron tard¨ªas en Galicia. Al final, los integristas ganaron la batalla y el carlismo cay¨® en un clericalismo elitista y reaccionario.
El autor promete en su introducci¨®n que en el futuro tal vez estudi¨® el largo oto?o carlista (desde 1875 a 1936) en Galicia. As¨ª lo esperamos.
Ser¨¢ un paso m¨¢s para redescubrirnos.
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