Jack Jones vuelve a Espa?a
Jack Jones vuelve a Espa?a, al frente de una representaci¨®n sindicalista brit¨¢nica que viaja a nuestro pa¨ªs en julio con el objetivo de ver qu¨¦ pasa en el mundo del trabajo espa?ol. Le invita la UGT, ?pero por supuesto cambiaremos impresiones tambi¨¦n con l¨ªderes de otros movimientos sindicales. Queremos ver a la Espa?a democr¨¢tica, a la que lucha por volver al tiempo de los sindicatos independientes y libres?.-?Ir¨¢ usted al Ebro?
-No lo s¨¦. Por el momento iremos a Barcelona, Bilbao y Madrid. No me han dicho nada de regresar al sitio donde estuve batallando en 1938.
Hablamos en ¨¦l despacho que Jack Jones tiene en Transport House. El segundo hombre m¨¢s poderoso de Gran Breta?a -es secretario general del sindicato, de los trabajadores del Transporte: cerca de dos millones de miembros- nos recibe muy temprano, antes de irse a entrevistar con el primer ministro. Se dice que en estos momentos el poder¨ªo de Jones en su pa¨ªs es incluso m¨¢s fuerte que el de Callaghan. De la habilidad y del entusiasmo oratorio de Jack Jones ha dependido que los sindicalistas brit¨¢nicos terminen aceptando las propuestas de restricci¨®n salarial del Gobierno. Ese entusiasmo que usa para hablar con sus colegas lo mantiene para hablar de Espa?a, que no es una sombra en su pasado (?yo no quiero revivir viejos recuerdos, sino enfrentarme con la realidad que en este momento vive su pa¨ªs?).
-?Usted cree que Espa?a est¨¢ en el camino de conseguir las libertades por las que usted personalmente ha luchado desde los tiempos de la guerra civil?
-Por el momento parece todav¨ªa dif¨ªcil, pero creo que es posible que los espa?oles terminen recuperando los derechos democr¨¢ticos que defendi¨® la Rep¨²blica. Y se podr¨¢n recuperar r¨¢pidamente si las fuerzas progresistas que hay en el interior del pa¨ªs reciben apoyo del resto del mundo democr¨¢ticos. Y se podr¨¢n recuperar r¨¢pidamente si las fuerzas progresistas que hay en el interior del pa¨ªs reciben apoyo del resto del mundo democr¨¢tico. Puedo decirle que, por lo que se refiere a los europeos, cada d¨ªa es m¨¢s obvia la simpat¨ªa que se siente por esos movimientos que han ido creciendo en Espa?a, para alcanzar un sindicalismo libre y un sistema abierto de partidos pol¨ªticos que den como consecuencia unas elecciones democr¨¢ticas de las que salga un gobierno constitucional.
Esp¨ªritu de lucha
?El pueblo espa?ol que yo conoc¨ª recuerda Jones, ten¨ªa un gran esp¨ªritu de lucha, una prensi¨®n sobre, cu¨¢l deb¨ªa ser su compromiso en aquel momento, unas verdaderas ganas de preservar un sistema democr¨¢tico. Eso me parec¨ªa a m¨ª, cuando estaba con ellos en la guerra y pienso que esos sentimientos se siguen dando hoy, acrecentados por el largo periodo que se ha pasado sin poder expresar esos deseos. S¨¦ que el pueblo espa?ol no quiere vivir otra guerra civil. Ni nadie quiere que aquella experiencia se repita en ning¨²n otro lugar del mundo. Pero el ansia de libertad y de democracia que est¨¢ inserto en el coraz¨®n del pueblo espa?ol debe ser satisfecho inmediatamente. Todo el mundo apoyar¨ªa a una Espa?a que ma?ana mismo anunciara que por fin se ha instaurado en ella una democracia total?.La guerra espa?ola fue para Jones una consecuencia, no un comienzo. ?Siempre sostuve, desde que a los veintitr¨¦s a?os fui concejal del ayuntamiento de Liverpool, que la gente humilde tiene derecho a una vida decente, a una vida democr¨¢tica y libre, y para ello hab¨ªa que proporcionarles los elementos necesarios, porque la democracia y la libertad no son palabras ¨²nicamente. Mi experiencia espa?ola me ayud¨® a proseguir esa lucha a¨²n con mayor ¨¦nfasis, yo fui all¨ª para combatir por la libertad y los derechos de la clase trabajadora?.
Jack Jones, a pesar de su lenguaje, que acompa?a con movimientos tensos de las manos, que cruza y acaricia como quien las moldeara, se declara como un laborista que jam¨¢s ha so?ado con ser un marxista. Su mujer, sin embargo ha pertenecido al Partido Comunista. ?Yo pude haberlo sido tambi¨¦n, pero claro, ya era del laborista y ah¨ª me sent¨ªa muy bien?.
Despu¨¦s de la guerra ha seguido teniendo contactos con exiliados espa?oles que lucharon con ¨¦l y que viven ahora en Francia o en Gran Breta?a. Con una ingenuidad que quiz¨¢ abandone cuando vuelva a Espa?a, en julio, comenta: ?Tambi¨¦n hay gente con la que seguimos teniendo contactos en Espa?a, pero no voy a dar sus nombres por razones obvias?. Un poco para contrastar sus temores, le decimos que ?todo ha cambiado mucho desde que muri¨® el general Franco?. Sobre esa base lo preguntamos c¨®mo ve su viaje inmediato.
-Bueno, hay dos aspectos. Est¨¢ el emocional, por supuesto. Pero tambi¨¦n est¨¢ la obligaci¨®n de cumplir con una invitaci¨®n que se nos ha hecho por parte de quienes verdaderamente defienden nuestros propios principios. Como usted comprender¨¢ he estado muchos a?os sin volver a esa tierra y no es muy f¨¢cil para m¨ª volver cuando a¨²n no se ha asegurado all¨ª la democracia. Pero me han dicho que nuestra visita puede ayudar de alg¨²n modo a esa restauraci¨®n y por tanto voy con mucho gusto.
Haremos todos los contactos que podamos para dar a conocer la opini¨®n del movimiento sindicalista brit¨¢nico, que quisiera ver la libertad sindical restablecide en Espa?a inmediatamente.
Jack Jones estuvo en Londres hace algunos meses, con los sindicalistas espa?oles, algunos de los cuales son los que le han cursado ahora esta invitaci¨®n. De la informaci¨®n que le dieron, el secretario general del sindicato del Transporte nos dice: ?El hecho de que la clase obrera est¨¦ dispuesta a ir a la huelga y a presionar sobre los empresarios para conseguir mejores condiciones de trabajo es un aspecto, positivo de la situaci¨®n actual en su pa¨ªs. Lo que nosotros deploramos, lo que condenamos con todas nuestras fuerzas es el uso de las fuerzas del orden para sustituir a los trabajadores que van a la huelga; condenamos el uso de fuertes medidas represivas para impedir que las acciones de los trabajadores consigan sus objetivos o para evitar que los trabajadores se manifiesten dentro de Espa?a?. Jones piensa que esos signos ?son una continuidad de las perspectivas que ofrec¨ªa Franco?.
Como si estuviera en la tribuna sindical de los muelles de Liverpool, Jack Jones se dirige a nuestro micr¨®fono y avisa a las autoridades espa?olas: ?En nombre del movimiento sindicalista brit¨¢nico, es tiempo de que se pongan a la altura del resto del mundo y reconozcan los derechos democr¨¢ticos de la clase trabajadora. Ese es nuestro punto de vista, el que vamos a sostener cuando vayamos a Espa?a en julio?.
-?Y qu¨¦ le dir¨ªa usted, desde ahora, a los trabajadores espa?oles?
-Me gustar¨ªa hacerles llegar nuestra convicci¨®n de que todo el mundo libre est¨¢ a su lado. Creo que van a ganar. No podemos dar marcha atr¨¢s; tenemos que seguir luchando. Con los trabajadores espa?oles est¨¢ la amistad y la hermandad de muchos pueblos. Todos juntos podemos realizar grandes progresos.
El mejor
Jack Jones cree que el sindicalismo brit¨¢nico, basado en el sistema de elecci¨®n directa de enlaces sindicales, es mucho mejor que los otros sindicalismos europeos y le gustar¨ªa ver que en Espa?a se copia este sistema. ?La mayor parte de los actuales l¨ªderes sindicales ingleses provienen de la base; hemos sido enlaces sindicales elegidos libremente por todos nuestros companeros. Esa caracter¨ªstica, que es esencial de nuestro sindicalismo, no es evidente en casi ninguno de los pa¨ªses continentales. Pero ya empieza a advertirse en Europa un deseo de acercarse al modelo brit¨¢nico. Nosotros creemos que un sindicalismo dominado por unos cuantos bur¨®cratas de la ¨¦lite no tiene nada que ver con lo que nosotros llamamos sindicalismo libre?.Se ha dicho de Jones que es m¨¢s un pol¨ªtico que otra cosa. El se indigna y lo niega. ?Yo soy un sindicalista y lo ser¨¦ mientras viva. En cuanto a que nosotros estemos alguna vez insertos oficialmente en el Gobierno, eso es imposible. Nosotros siempre haremos lo posible para que nuestra voz se sienta dentro del Gobierno. Por supuesto, tenemos m¨¢s posibilidades de que se nos escuche cuando la Administraci¨®n es laborista, porque los Trade Un¨ªons son una parte esencial del laborismo. Pero, en t¨¦rminos de pol¨ªtica general, las decisiones las toma el Parlamento. Todo lo que podemos hacer es apoyar al Parlamento?.
El creciente poder¨ªo sindical en Gran Breta?a ha conducido a insinuar la posibilidad de que este pa¨ªs llegue alg¨²n d¨ªa a ser un Estado corporativo. A Jack Jones se le erizan los pelos. ?No, absolutamente no. Gran Breta?a es un Estado democr¨¢tico. Nosotros creemos en las elecciones para constituir el Parlamento, respetamos los gobiernos constitucionales y democr¨¢ticos. Pero, adem¨¢s pienso que junto a los gobiernos constitucionales debe haber instituciones poderosas, como los sindicatos. Los trabajadores deben mantener sus derechos dentro del proceso industrial y por supuesto dentro del ¨¢mbito social. Nosotros creemos en la democracia industrial y en la democracia pol¨ªtica?.
A la salida del ?Transport House?, el conserje que nos entrega las fotos de Jones nos dice que su hermano muri¨® en el Ebro, en el mismo frente en el que Jack fue herido. ?Para Jack debe ser muy emocionante su llegada a Espa?a. Como si fuera otro exiliado?.
El cabello cano, los a?os perdidos: Jack Jones, treinta y ocho a?os despu¨¦s, cicatrizada la herida, vuelve al frente espa?ol, esta vez presidiendo una brigada sindical.
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