Las Cortes no aprobaron la reforma del C¨®digo Penal
Tras la abrumadora votaci¨®n positiva que se registr¨® por la ma?ana en las Cortes, para aprobar el proyecto de ley sobre Asociaciones Pol¨ªticas, la C¨¢mara se mostr¨® muy reacia, por la tarde, a aprobar el texto de la ponencia sobre la reforma del C¨®digo Penal. Las intervenciones del procurador Rafael D¨ªaz Llanos, en nombre del grupo parlamentario Acci¨®n Institucional -grupo considerado como del m¨¢s puro car¨¢cter franquista- llevaron a los procuradores a manifestar, en el curso de los debates, su actitud escasamente positiva hacia el proyecto. Ante esta situaci¨®n, la ponencia decidi¨® finalmente proponer que la C¨¢mara admitiera ciertas l¨ªneas fundamentales y el proyecto de ley fuera remitido a la comisi¨®n de Justicia, para su m¨¢s detenido estudio y dictamen. Este recurso est¨¢ aceptado en el procedimiento de urgencia recientemente puesto en vigor.La C¨¢mara vot¨® a favor de la nueva propuesta, por lo que el proyecto de ley no ha quedado aprobado esta tarde.
?El espa?ol no puede ser en pol¨ªtica un eterno menor de edad, aunque es cierto que el ejercicio de la libertad y de la democracia exigir¨¢ un gran esfuerzo, un giran sentido de la responsabilidad, una severa autodisciplina y un poder fuerte, legitimado por una indiscutible autoridad", dijo el ministro de Justicia, Antonio Garrigues, que en su intervenci¨®n en la sesi¨®n de tarde del Pleno de las Cortes expuso las l¨ªneas generales y las motivaciones b¨¢sicas del proyecto de ley de reforma de determinados art¨ªculos del C¨®digo Penal.Se refiri¨® m¨¢s adelante el ministro a la vocaci¨®n de estabilidad y permanencia de la norma jur¨ªdica en general y de la penal en particular y a la situaci¨®n de ambig¨¹edad que todo cambio produce, lo que consider¨® un precio que hay que pagar en los momentos de necesaria renovaci¨®n, y agreg¨®: que nadie nos urja a quemar las etapas, porque sentimos muy de cerca esta comez¨®n, pero al propio tiempo sabemos que hay que edificar sobre fundamentos s¨®lidos.
?Hay que dar tiempo al tiempo -continu¨®-. Nadie podr¨¢ negarnos que estamos dando, tambi¨¦n la batalla del tiempo y que, con la colaboraci¨®n de las Cortes, la estamos ganando. Cualquier reforma pol¨ªtica, sobre todo si quiere ser profunda, como la presente, est¨¢ amenazada de convertirse en una carrera desenfrenada, si no fija sus etapas y marca su ritmo.?
M¨¢s adelante dijo el ministro que el Gobierno ha respetado el orden jur¨ªdico vigente, no para enmascarar ni desvirtuar la reforma misma, sino para que sea m¨¢s real y verdadera, haci¨¦ndola arrancar de hechos y situaciones que han echado ra¨ªces y tambi¨¦n para revestir a la ley nueva de la autoridad que da el respeto a la antigua. ?Un Estado que no respeta el imperio de la Ley, degrada la Ley y se degrada a s¨ª mismo.?
?Pero todas las leyes -manifest¨® despu¨¦s- pueden y deben ser modificadas e incluso derogadas cuando as¨ª lo exijan los condicionamientos de la sociedad y el bien com¨²n, porque no se han hecho los hombres para las leyes, sino ¨¦stas para los hombres.?
Se?al¨® despu¨¦s el se?or Garrigues que la modificaci¨®n del C¨®digo Penal no hace m¨¢s que establecer los l¨ªmites infranqueables dentro de los cuales resulta l¨ªcito el ejercicio de los derechos de reuni¨®n, asociaci¨®n y libre expresi¨®n de las ideas y de libertad de trabajo, y que el proyecto ha querido dar una gran nitidez a esta funci¨®n delimitadora, eliminando los preceptos en blanco y los conceptos ambiguos y confusos.
Se ocup¨® m¨¢s tarde el ministro de Justicia de los efectos que se producen por el car¨¢cter retroactivo de la ley penal cuando resulta m¨¢s beneficiosa para el inculpado, y se?al¨® que en relaci¨®n con las acciones que dejan de considerarse delictivas como consecuencia de la modificaci¨®n propuesta, se producen efectos que vienen a coincidir con los propios de la amnist¨ªa: ?si una conducta deja de ser delictiva, no s¨®lo tiene que dejar de ser penada, sino que tampoco puede dejar rastro en los antecedentes penales de la persona?.
Despu¨¦s subray¨® que de ning¨²n modo puedenser incluidos en el concepto de delito pol¨ªtico los actos de terrorismo, sea cual fuere la motivaci¨®n inspiradora o alegada por sus autores.
"La democracia -dijo tambi¨¦n- no consiste en gobernar al dictado de lo que otros sienten o piensan, sino en abrir para esos otros la opci¨®n pol¨ªtica de acceso al poder para que ellos puedan un d¨ªa gobernar con el mismo respeto y sentido de la propia responsabilidad con que hoy quiere hacerlo este Gobierno. Ese es el pacto, no ya con la oposici¨®n, sino con el entero pueblo espa?ol y es la manera como el Rey, en el reciente viaje a Norteam¨¦rica, ha caracterizado a la democracia espa?ola como es la esencia de toda democracia, es decir, como ?el acceso al poder de las distintas alternativas de gobierno, seg¨²n los deseos del pueblo libremente expresados?.
Finalizada la intervenci¨®n del se?or Garrigues, hizo uso de la palabra, en nombre de la ponencia, Fernando Dancausa de Miguel, quien explic¨® en primer lugar el trabajo realizado por la ponencia y puso de manifiesto que la mayor parte de las muchas enmiendas presentadas hab¨ªan sido recogidas y aceptadas por ella.
Pas¨® a analizar despu¨¦s las observaciones generales presentadas por los se?ores D¨ªaz Llanos, Mateo Tari, y Cerc¨®s P¨¦rez (Alberto). Destac¨® que las l¨ªneas generales de las mismas hab¨ªan sido incorporadas por la ponencia al texto que somet¨ªa al Pleno de las Cortes.
En el turno de observantes intervino en primer lugar el procurador Rafael D¨ªaz Llanos, quien calific¨® al informe de la ponencia de muy poco acertado y se?al¨® que necesitaba muchas m¨¢s enmiendas que el proyecto del Gobierno, del que dijo que es infinitamente superior en calidad.
Insisti¨® varias veces en que esta ley es subsidiaria de las de Reuni¨®n y Asociaci¨®n, ya aprobadas por el Pleno. Dijo que el se?or D¨ªaz Llanos ha planteado una verdadera enmienda a la totalidad y que sus argumentaciones no coinciden con las que present¨® en principio.
Afirm¨® que las objeciones presentadas por el se?or D¨ªaz Llanos en algunos puntos, como la supresi¨®n de la referencia a las asociaciones que propugnan un estado totalitario y la retroactividad de los efectos de esta ley, han sido introducidas en el texto de la ponencia atendiendo precisamente a sugerencias del propio se?or D¨ªaz Llanos.
Por ¨²ltimo, afirm¨® que en el C¨®digo Penal s¨®lo se puede contemplar lo que es un delito penal. Si las leyes de Reuni¨®n y Asociaci¨®n no han recogido delitos simplemente administrativos, ¨¦stos no se pueden llevar al C¨®digo Penal.
Finalizada la intervenci¨®n del se?or Madrid del Cacho, el presidente suspendi¨® la sesi¨®n durante unos minutos.
Para replicar intervino nuevamente Rafael D¨ªaz Llanos, en nombre del grupo parlamentario de Acci¨®n Institucional, quien se quej¨® de no haber sido contestado por la ponencia y dijo que el mejor camino, para los procuradores, las Cortes y la ley, es que ¨¦sta vaya a la comisi¨®n para su estudio t¨¦cnico. Estas palabras fueron aplaudidas por el resto de los procuradores del hemiciclo. ?No puedo admitir -agreg¨®- que ¨¦sta sea una ley subsidiaria de la de esta ma?ana.
Decir que aprobar la otra condicionaba la aprobaci¨®n de ¨¦sta, es un error. Lo ¨²nico que demuestra es que la ley de reforma del C¨®digo Penal debi¨® estudiarse antes.? Se quej¨® de no haber o¨ªdo nada en la respuesta de la ponencia sobre la falta de equilibrio de las penas, y concluy¨® su intervenci¨®n diciendo: ?Yo quiero lo mejor para Espa?a.? A las ocho y media, el presidente, se?or Fern¨¢ndez Miranda, levant¨® la sesi¨®n durante unos minutos. Lo sucedido despu¨¦s se narra ampliamente en la primera p¨¢gina de este n¨²mero.
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