Tampoco esta vez mataron al "gran Amin"
Tambi¨¦n esta vez el presidente de Uganda, Idi Am¨ªn, ha logrado salir indemne del duod¨¦cimo atentado que sus enemigos, del interior y del exterior, le prepararon. El jueves pasado, cuando el jefe supremo ugand¨¦s se dirig¨ªa a una multitud en una Escuela de capacitaci¨®n de Polic¨ªa de Kampala, una bomba ?de tipo americano o israel¨ª? fue lanzada contra ¨¦l. Una persona result¨® muerta, cuatro malheridas y 76 lesionadas. Salvo algunos rasgu?os, Am¨ªn sali¨® indemne del nuevo atentado. Horas m¨¢s tarde se entrevistaba con un especialista en temas econ¨®micos llegado de Kenia.
Seg¨²n un portavoz militar, en Kampala ?gracias a la ayuda del p¨²blico y de las fuerzas de seguridad, los responsables del atentado fueron detenidos y est¨¢n siendo sometidos a interrogatorios?. La calma en la capital ugandesa es total en estos momentos. S¨®lo patrullan por las calles algunos soldados, lo que suele ser moneda com¨²n por aquellos pagos.El general Am¨ªn, a fuerza de gestos grandilocuentes y declaraciones surrealistas, ha logrado ganar la atenci¨®n del mundo. Los grandes medios de comunicaci¨®n han hecho del ex sargento del Ej¨¦rcito brit¨¢nico, una caricatura que tal vez no se adapte demasiado al perfil real del presidente ugand¨¦s, pero que ha tenido ¨¦xito e indudable repercusi¨®n.
Las excentricidades del presidente Am¨ªn, han sido celebradas por el mundo occidental con grandes carcajadas o con sorpresa. Pero tras la m¨¢scara estrafalaria del ex campe¨®n de boxeo, se ocultan una serie de hechos graves denunciados recientemente por un informe de la Comisi¨®n de Juristas de las Naciones Unidas.
En este informe, se consignan asesinatos masivos tales como los realizados por los soldados de Am¨ªn, entre civiles y militares de las tribus Ajoli y Langi en 1971, la muerte alevosa, en julio del mismo a?o, de un periodista americano y de un profesor de sociolog¨ªa de la Universidad de Makerre, la ejecuci¨®n del antiguo parlamentario Mar¨ªn Okello, la muerte de 45 oficiales a finales del mismo a?o por rivalidades tribales, la expulsi¨®n masiva en 1972 de ciudadanos de raza asi¨¢tica y la expropiaci¨®n de sus propiedades y negocios, la ejecuci¨®n p¨²blica y masiva de guerrilleros del ?Fronsa? (Frente para la Salvaci¨®n Nacional), en febrero de 1973, etc¨¦tera.
M¨¢s de 250.000 personas (de un total de 10 millones) han abandonado Uganda en los ¨²ltimos tres a?os. Y casi todos los fugitivos son africanos, no blancos ni asi¨¢ticos. Am¨ªn, campe¨®n del africanismo, presidente en ejercicio de la OUA (Organizaci¨®n para la Unidad Africana) no hace distinciones raciales.
An¨¦cdotas rocambolescas
Queda, por supuesto, la imaginer¨ªa popular del personaje; sus an¨¦cdotas rocambolescas. El pedazo de hipop¨®tamo que se comi¨® crudo delante de algunos soldados cuando comenzaba su fulgurante carrera militar en el r¨¦gimen del doctor Milton Obote. La autoinvitaci¨®n para ir a Inglaterra y arreglarle los asuntos a la reina Isabel. La carta al general Franco, tras haber recibido una espada toledana, y un pergamino de un equipo de Televisi¨®n Espa?ola orient¨¢ndole sobre c¨®mo deb¨ªa arreglar el contencioso del Sahara Occidental.
O la pintoresca conferencia de prensa en una piscina y en Pijama, durante el ¨²ltimo plenario de la OUA. O las reivindicaciones territoriales exigidas a Kenia y Sud¨¢n, clausuradas con disculpas, discursos, abrazos y marchas populares.
Detr¨¢s de la trama grotesca, los errores del imperialismo. Este general imprevisible pudo derrocar al civilizado doctor Milton Obote gracias a los apoyos de quienes ahora, al parecer, fabrican las bombas que alg¨²n agente de esos mismos intereses le arroja.
De aqu¨ª, pues, c¨®mo el pintoresco y feroz general le sali¨® respond¨®n a sus inventores. Los sue?os de la raz¨®n imperialista suelen engendrar Frankensteins de diverso pelaje.
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