El sesenta por ciento de los espa?oles es partidario del control de la natalidad
Cerca del sesenta por ciento de las mujeres espa?olas se muestra favorable al control de la natalidad. Muchos ciudadanos de este pa¨ªs, al igual que otros del resto del mundo, consideran que el nacimiento de nuevos seres humanos no debe ser algo abandonado al azar ni tampoco la consecuencia inevitable de la pr¨¢ctica de la sexualidad. Son diversos los m¨¦todos que se emplean fuera y dentro de Espa?a para controlar la natalidad, desde el tradicional preservativo a la ¨²ltima invenci¨®n de p¨ªldora para hombre. Todos ellos plantean un problema de actitudes muy diversas en el ¨¢mbito religioso, pol¨ªtico y econ¨®mico.
Una encuesta realizada recientemente en nuestro pa¨ªs mostraba que el 57,8 por 100 de un amplio grupo de personas encuestadas, estaban de acuerdo en que la natalidad se controlase por alg¨²n procedimiento. El 34,6 por 100 respondi¨® que no estaba de acuerdo y un 7,6por 100 no contest¨® (1).En la opini¨®n al parecer influye la edad, porque mientras los menores de 24 a?os que estaban de acuerdo con el birth -control constu¨ªan casi un 80 por 100, de los mayores de 64 a?os s¨®lo un 40 por 100 estaba a favor. Rec¨ªprocamente, de los menores de 24 a?os un 18,3 por 100 no quer¨ªa control alguno en la venida de nuevos seres al mundo, mientras los mayores de 64 a?os que prefer¨ªan la v¨ªa libre al nacimiento era de un 53,3 por 100.
Los m¨¦todos
En la necesidad de controlar la natalidad parece haber cierto consenso. Hasta la Iglesia Cat¨®lica acepta esa sutil forma de control -el m¨¦todo Ogino- al que buena parte de la humanidad debe su existencia. Los espa?oles que controlan o van a controlar su descendencia, prefieren el m¨¦todo Ogino en un 20 por 100; la p¨ªldora, en otro 20 por 100; inyecciones anticonceptivas, en un 4 por 100; m¨¦todos preventivos en el var¨®n, casi un 30 por 100. Casi un 25 por 100 no sabe, lo que viene a equivaler a que no encuentra por d¨®nde arrancar.
Tambi¨¦n aqu¨ª es significativa la edad. El m¨¦todo Ogino es el m¨¢s deseado -un 23,4 por 100- en las personas de edad comprendida entre los 45 y los 54 a?os, mientras la p¨ªldora causa furor en los j¨®venes: los menores de 24 a?os la prefieren a todos los dem¨¢s m¨¦todos en un 43,8 por 100 del sector. Pero una cosa es lo que se muestra como deseo en una encuesta y otra bien distinta lo que la realidad impone. As¨ª, uno de los m¨¦todos m¨¢s practicados en Espa?a para controlar la natalidad es el llamado coito interruptus, que precisamente es al que se atribuye un mayor da?o psicol¨®gico.
T¨¦cnicas mec¨¢nicas
Para impedir que el espermatozoide alcance al ¨®vulo, la imaginaci¨®n humana ha inventado a lo largo de la historia los m¨¢s sofisticados procedimientos mec¨¢nicos. El conocido preservativo es un invento atribuido al doctor Condom, m¨¦dico de la corte del Rey Carlos II de Inglaterra. Al parecer, fue un encargo del citado monarca que en su reinado, entre los a?os 1660 y 1680, anduvo muy preocupado por el costo de sus aventuras amorosas.
Otros reivindican el origen del preservativo para un cient¨ªfico italiano, Fallapio, en el a?o 1564. En todo caso, la invenci¨®n era bien conocida en la Europa del siglo XVIII y la literatura de la ¨¦poca alude continuamente al producto.
Los dispositivos mec¨¢nicos tambi¨¦n existen para mujeres: diafragmas que se colocan y quitan por la mujer, impidiendo el acceso de los espermatozoides a la matriz, casquetes cervicales, colocados por el m¨¦dico recubriendo la boca de la matriz con una caperuza permanente. Uno de los m¨¢s avanzados inventos es una pel¨ªcula anticonceptiva, muy poco difundida en Espa?a, que ha sido puesta a punto en Hungr¨ªa. Se trata de una placa de 4x4 cent¨ªmetros, que se puede aplicar tanto al interior de la vagina como al pene. Al solidificarse, forma una verdadera membrana que impide el temido acceso del espermatozoide al ¨®vulo.
Uno de estos m¨¦todos mec¨¢nicos est¨¢ especialmente perseguido por la legislaci¨®n espa?ola ya que se considera un aborto prematuro: se trata de los pesarios intrauterinos. Son instrumentos situados dentro de la matriz que impiden que el ¨®vulo fecundado se fije en la pared por lo que no puede haber embarazo. Pero en este caso puede haber uni¨®n del ¨®vulo con el espermatozoide. Lo que se evita es su ulterior desarrollo. Se trata pues, en efecto, de un aborto en su m¨¢s primitiva expresi¨®n, impidiendo se desarrolle el nuevo organismo.
La bioqu¨ªmica
Pero lo m¨¢s difundido sin duda es aquello que han producido las ciencias bioqu¨ªmicas: los anovulatorios. Constituyen la famosa p¨ªldora anticonceptiva que impide que la mujer ovule. Es necesario tomarla. cada d¨ªa a la misma hora. Se comienza el quinto d¨ªa del ciclo menstrual de la mujer, es decir cinco d¨ªas despu¨¦s de iniciada la menstruaci¨®n, tomando sin masticar la gragea, siendo indiferente que haya terminado o no la hemorragia. Tras veinti¨²n d¨ªas, se intercala una semana de descanso, durante la cual, a los dos, tres o cuatro ol¨ªas de haber tomado la ¨²ltima, se produce la hemorragia mensual. La p¨ªldora tiene algunas contraindicaciones. Pero su margen de error no llega al 0,6 por 100. En caso de olvido, se puede tomar la p¨ªldora siempre que no hayan transcurrido m¨¢s de doce horas a partir de la hora habitual.
En el Hospital Rothschild, de Par¨ªs, acaba de ponerse a punto una p¨ªldora para hombres, a¨²n no puesta en el mercado. Se trata de un preparado que evita la formaci¨®n de espermatozoides. Al tomarla pasa un tiempo, durante el que el var¨®n contin¨²a en posibilidad de fecundar a la mujer, ya que podr¨ªan existir espermatozoides fabricados con anterioridad. Esta p¨ªldora, seg¨²n declara Salat-Baroux, del servicio de Maternidad del referido hospital, asegura que la p¨ªldora para hombres no contiene estr¨®geno, como la de las mujeres, ni hormonas andr¨®genas, por lo que es menos peligrosa que la que toman las mujeres. No obstante, se mantienen las contraindicaciones para los que sufren trastornos hep¨¢ticos, fleb¨ªticos, circulatorios, etc.
Planificaci¨®n social
No todos los Gobiernos del mundo est¨¢n de acuerdo en la cuesti¨®n del control de la natalidad. Mientras en unos pa¨ªses como Espa?a se persigue judicialmente la publicidad de contraconceptivos, en otros como la India se regalan transistores a los varones que se dejan esterilizar. En los Estados Unidos se dej¨® esterilizar durante el ¨²ltimo a?o a un mill¨®n de hombres, con lo cual asciende la cifra de esterilizados a 3,2 millones de norteamericanos. En la India la cifra alcanza 5,5 millones de ciudadanos.
En una reciente Conferencia Internacional sobre demograf¨ªa celebrada en Bucarest, algunos pa¨ªses propugnaron un control internacional de la natalidad, a lo que se opusieron, entre otros, el Vaticano y la China. ?Nosotros somos ya 800 millones -dijo en cierta ocasi¨®n Chu En Lai- y llegaremos a ser 1.000 millones de ciudadanos... Tomamos libremente las decisiones que nos convienen... La juventud es la riqueza de un pueblo.?
(1) Encuesta realizada por METRA-6 para la revista SER PADRES.
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