Expresionismo y peri¨®dicos
Se acu?¨® en la Internacional Situacionista el t¨¦rmino de tournement para definir aquellas operaciones por las que un determinado producto de la sociedad establecida es desviado de sus primitivas funciones, apropiado por aquellos que luchan contra esa sociedad. Aunque luego Vaneigem, bajo su nueva m¨¢scara de Ratgeb, ampliar¨ªa la noci¨®n incluyendo entre los productos desviables, eventualmente sometidos a d¨¦tournement, todos aquellos -que pudieran ser de utilidad -y no solamente ideol¨®gica para los subvertidores del orden, en un principio, para Asger Jorn y para los miembros de la IS se trataba sobre todo de acciones puntuales y guerrilleras en el espect¨¢culo cultural.Lo que Jos¨¦ Luis Pascual expone desde: hace unos d¨ªas en la Galer¨ªa Sen, o lo que de ¨¦l ya conoc¨ªamos por su Monograf¨ªa destructiva sobre la comunicaci¨®n gr¨¢fica o su folleto m¨¢s reciente con el escritor colombiano Oscar Collazos, tiene importantes puntos de contacto con la pr¨¢ctica del d¨¦tournement, m¨¢s son estos paralelismos los que en un segundo tiempo hacen ineludible una cr¨ªtica m¨¢s a fondo de su trabajo.
Exposici¨®n de Jos¨¦ Luis Pascual
Galer¨ªa, SenN¨²?ez de Balboa, 37.
Efectivamente, al margen del expresionismo de Pascual, muy cercano en sus recursos formales a un Antonio Saura, los materiales que componen peri¨®dicos y revistas son sometidos a un proceso de destrucci¨®n y deformaci¨®n, que no deja de recordarnos la manera agresiva de desviar los media que caracterizaba a algunos situacionistas. Pero Pascual se queda, evidentemente, en el nivel de Jorn: la pintura, escenario de la rabia, del deseo, de la pulsi¨®n. Lo figural no es transcendido ni se canaliza con la contundencia del verdadero d¨¦tournement social. Y en tal sentido, de la misma manera que Jorn se automargin¨® de la Internacional y que en un momento Como mayo del 68 fue ¨¦sta y no ¨¦l quien demostraba eficacia, las operaciones a que Pascual somete los peri¨®dicos no pasan de pertenecer al dominio de un cierto exorcismo expresionista por el que conjura sus demonios familiares, los ahuyenta, los niega con el poder de la caligraf¨ªa y el dibujo. Sus p¨¢ginas de La Vanguardia poseen una indudable fuerza simb¨®lica, pero no hay verdadera readecuaci5n del medio.
Pintando cuadros sobre peri¨®dicos y revistas, Pascual no se aleja demasiado de la pr¨¢ctica expresionista de la pintura- exorcismo, repetimos, -que a pes¨¢r de la radicalidad inherente a la (magn¨ªficamente explicitada, por el texto de Oscar Collazos antes citado), ni entra de lleno en el campo de las alternativas sociales a la comunicaci¨®n, ni en el plano estrictamente pict¨®rico va mucho m¨¢s lejos, que sus inmediatos precedentes.
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