Gald¨®s, m¨¢s completo
Nuevas ediciones de "Episodios Nacionales"
Estamos asistiendo a un curioso hecho editorial: la aparici¨®n simult¨¢nea en dos diferentes ediciones de los Episodios Nacionales de Gald¨®s, con objetivos y destinatarios distintos, y ello cuando solamente hace un a?o vimos otra versi¨®n: la resumida de algunas de esas novelas, preparadas por encargo de la Mancomunidad de Cabildos de Canarias para un p¨²blico infantil.Las dos ediciones de 1976 que comentamos son innovadoras y es meritorio irrumpan en un terreno que parec¨ªa suficientemente cultivado pero en el que, seg¨²n vemos, a¨²n hay masas de lectores para f¨®rmulas distintas. No ser¨ªa nada f¨¢cil conocer cu¨¢ntos ejemplares se han impreso de los cuarenta y seis Episodios que cubren ochenta a?os de vida espa?ola desde ?Trafalgar? hasta ?C¨¢novas?, y por ello mismo no sabemos de nadie que lo haya intentado. Pero si tenemos en cuenta que -de- alguna de ellas abundan las tiradas de Hernando de cerca de cien, mil ejemplares, a las que hay, que sumar otras de m¨¢s de esa; cifra, y si consideramos hay que a?adir las ediciones hechas en Am¨¦rica, las incluidas en Obras- Completas, las realizadas durante la Guerra de Espa?a y otras no es aventurado estimar empresarios Episodios han llegado al medio mill¨®n de ejemplares o estar cerca de ese medio-mill¨®n. Sin contar lo que supone las numerosas traducciones a varias lenguas: catal¨¢n. franc¨¦s, ingl¨¦s, italiano,ruso, checo, h¨²ngaro y polaco.
Ahora Alianza,conjuntamente con Hernando, pone en el mercado a_un ritmo regular y r¨¢pido, unos vol¨²menes con buena impresi¨®n y escaso tonelaje. Al mismo tiempo Ediciones Urbi¨®n, tambi¨¦n en colaboraci¨®n con Hernando, lanz¨® su edici¨®n en fasc¨ªculos ilustrados con abundancia de documentaci¨®n retratos de personajes hist¨®ricos, pinturas de historia, grabados, fotograf¨ªas actuales de los escenarios de la acci¨®n novel¨ªstica todo ello complementado con dibujos de Goya don los cuales,se alcanza una profundidad -inigualable. La empresa est¨¢ realizada por Consejos editoriales y de redacci¨®n de la m¨¢xima solvencia, bastando decir que Lafuente Ferrari supervisa la parte art¨ªstica, y Juan Ignacio Ferreras, tan conocedor de la materia, presenta el texto con una introducci¨®n esclarecedora. Junto a la edici¨®n-pa?uelo de Alianza, la de, Urbi¨®n es una edici¨®n -tapicer¨ªa por el despliegue de color y de figura saltan desde el texto. Son dos f¨®rmulas que no agotan otras var¨ªas posibles entre las cuales podr¨ªamos pensar en una edici¨®n con ¨ªndices de personas, de temas y de lugares, gr¨¢ficos de zonas y de ?tinerarios representacionesgr¨¢ficas a modo de res¨²menes de la trama de cada novela o serie, cuando en este ¨²ltimo caso ello sea posible. Toda ayuda parece poca para que el lector no deje de aprovechar la riqu¨ªsima materia le¨ªda y tenga a punto el pasado, y no pierda pie en las cerca de 15.000.p¨¢ginas del gran ciclo.
La edici¨®n-tapicer¨ªa parece responder a un deseo de Gald¨®s: es sabido que entre 1882 y 1886 public¨® en la editorial La Guirnalda una gran edici¨®n ilustrada de los veinte Episodios que por entonces hab¨ªan aparecido, y que Gald¨®s cre¨ªa entonces ser¨ªan los ¨²nicos que escribir¨ªa. Dibujaron all¨ª los mejores llustradores de entonces: los hermanos M¨¦lida, con Ferrant, Bervete, G¨®mez Sa la, Ferriz, Esteban, Pellicer, Apeles Mestres y otros, incluido el excelente dibujante que era el propio Gald¨®s. El novelista pidi¨® al p¨²blico atendiera esa espl¨¦ndida edici¨®n, ejemplar para la ¨¦poca, que hoy est¨¢ muy cotizada y que alg¨²n d¨ªa habr¨¢ que volver a reproducir otra vez en facs¨ªmil, a su tama?o original, aunque no sea ahora el momento. Gald¨®s cerr¨® entonces aquella edici¨®n con un ep¨ªlogo en el que dijo que el p¨²blico ?tal vez, andando el tiempo, no ponga mala cara a otra, presentada en forma y condiciones diferentes?. Ello se produce noventa a?os m¨¢s tarde, una m¨¢s de las adivinaciones de don Benito.
En ese ep¨ªlogo tan lleno de inter¨¦s -y cuyo manuscrito, el autor de este comentario tuvo el honor de llevar en 1974 a la Casa-Museo de Gald¨®s en Las Palmas, como donaci¨®n de un organismo oficial a Canarias- el novelista dibuj¨® en los m¨¢rgenes de las cuartillas diversos signos y un cerrojo muy bien perfilado y sombreado ?Era un consciente ?cerrar? gr¨¢ficamente los ?Episodios?, como cerrando el -¨²ltimo en el que los sucesos de 1834 hicieron que continuase dram¨¢tica la vida de los espa?oles? ?Era un ?cierra Espa?a? consciente o inconsciente en aquellas cuartillas del ep¨ªlogo, tan trabajadas, donde percibimos el esfuerzo y la fatiga de Gald¨®s escribiendo otra cosa que vidas de personajes? ?Era un cerrojo para ser abierto, contra esa err¨®nea interpretaci¨®n tan extendida del ?Santiago y cierra Espa?a?? Cada doctor podr¨¢ intentar la explicaci¨®n que le guste.
Muchas p¨¢ginas de los subsiguientes Episodios le quedaban por escribir a Gald¨®s en noviembre de 1885, aunque ¨¦l no lo sab¨ªa entonces, de manera que el cerrojo qued¨® abierto por los hechos. Ciclo que ha sido a veces mal entendido y tenido en menos, incluso por parte de galdosistas, cuando entre las 46 novelas que lo componen figuran varias entre las mejores de su autor, y todas juntas constituyen la empresa literaria de m¨¢s aliento realizada en la pen¨ªnsula, con gran diferencia sobre la que le siga, y con escas¨ªsimos paralelos en cualquier otro pa¨ªs de Europa que puedan ser comparables.
Hemos de celebrar que las 46 novelas tengan fuerza para llegar a masas de lectores actuales y esa prueba de juventud va a traer en nuestro momento, el tan anal¨ªtico y tonificante de hoy, a aquel protagonista de la Primera Serie que llevaba dentro de s¨ª a una sola Espa?a, y al de la Segunda, que llevaba dos y lo sab¨ªa, o a ese marqu¨¦s de Beramendi de la Cuarta Serie, que trataba de llevar tres Espa?a, y nos trae tambi¨¦n a esos desmenuzadores protagonistas de los ?Episodios? finales, en los que Gald¨®s en cada p¨¢gina se autorretrata y. piensa en voz alta.
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