Sin apoyo

A los presidentes de los clubs espa?oles de Primera Divisi¨®n les asusta la democracia. A los hombres que manejan, m¨¢s o menos a su antojo, los millones de sus entidades, les preocupa la posibilidad de que se llegue al sufragio directo. Cuando ayer, Agust¨ªn Montal propuso a sus colegas el apoyo para la f¨®rmula de un socio, un voto, tuvo que aceptar una f¨®rmula intermedia que tambi¨¦n se hab¨ªa traido de repuesto; el que los socios elijan a los compromisarios. En este pa¨ªs, hasta los presidentes del club de f¨²tbol tienen miedo a la opini¨®n del pueblo.Resulta sorprendente que quienes ocupan el sill¨®n presidencial teman el voto de los socios, cuando est¨¢ m¨¢s que comprobado que ¨¦stos pueden llegar a obligarles a dimitir desde los esca?os del grader¨ªo. Resulta mucho m¨¢s c¨®modo y satisfactorio, para algunos, el obtener el consenso popular. Ser¨ªa en definitiva el que les dar¨ªa fuerza para aguantar los momentos dif¨ªciles. El respaldo de la mayor¨ªa siempre da m¨¢s confianza a los actos de los dirigentes.

No es extra?o que algunos presidentes le hagan ascos a los votos de los socios. Iguales cautelas, sin embargo, deber¨ªan tener a la hora de invertir lo que ¨¦stos aportan. El socio no teine apenas derecho y por lo que se ve, va a resultar dif¨ªcil que se le conceda.

El f¨²tbol necesita m¨¢s luz y taqu¨ªgrafos y el primer paso es poner los clubs en condiciones de ser controlados por los socios. Aun a riesgo de que la oposici¨®n tome el relevo, como es el caso que puede plante¨¢rsele al propio Montal.