Los flamencos del colmao
En tanto que los payos no se aclaran con tanta asociaci¨®n, tanto grupo pol¨ªtico, tanta Anepa (los anepas se concentraron el fin de semana en la sierra) y tanto reformismo, resulta que los flamencos del colmao son aqu¨ª los ¨²nicos que saben lo que quieren -?camelamos naquerar?-, y hace ya tiempo que salieron a voz en grito pol¨ªtico, a voz en cuello sin soga (por ahora), diciendo las verdades de su Andaluc¨ªa campanillera y tercermundista.Manuel Gerena, un suponer. Porque con el flamenco hab¨ªamos hecho un microsurco para se?oritos del alba, como en Am¨¦rica hicieron una industria blanca del negro espirituals. ?Qu¨¦ tiene la Zarzamora que a todas horas llora que llora por los rincones? Los flamencos del colmao la vigilaban a deshora, porque no ten¨ªan cosa mejor que hacer, pero la Zarzamora ya es Lazo de Isabel la Cat¨®lica, con lo que los flamencos han podido dedicarse por fin a lo suyo, que es cantar la verdad de la vida mediante el quej¨ªo en el Peque?o Teatro (ahora dicen que vuelven a abrirlo) o el recital de Gerena, Menese y por ah¨ª. Manuel Gerena no pudo actuar la otra noche en Cella por falta de permiso. Era una verbena popular al aire libre en Pueblo Nuevo, y lo que molest¨® a la autoridad competente fue, por cierto, eso del aire libre. Gerena puede cantar, pero no al aire libre. Los flamencos del colmao que sigan dentro del colmao.
Tienen a los flamencos contestatarios en sus colmaos (y sin pasaporte, a ratos) como a los pieles-rojas en sus reservas. Se?ores guardias civiles, aqu¨ª pas¨® lo de siempre: murieron cuatro romanos y cinco cartagineses. A Manuel Gerena se le concede libertad entre cuatro paredes. Ya dicen los viejos conocedores que el flamenco es una cosa ¨ªntima para cuatro amigos. M¨¢s por sentido elitista que por af¨¢n represivo, las autoridades invitaron a Gerena a cantar dentro, que fuera hac¨ªa mucho viento. No sea que vientos del pueblo le lleven, como al otro.
Manuel Gerena, Camborio de dura crin revolucionaria, como le dije una vez. Ya estaba bien con la mentira andaluza y freudiana del ego de la copla. Siempre hablando de uno y de la mujer mala, vete de mi vera, rueda lo mismito que la maldici¨®n. De pronto ?camelaron naquerar? y por fin Andaluc¨ªa tuvo voz, ya que no voto, en la juerga dei colmao nacional.
A Manuel Gerena no le dejan cantar al aire libre, en una verbena. Cada mochuelo obrero a su olivo andaluz. Y los aceituneros altivos a la trena si falta hiciere. Gerena es muy libre de cantar entre cuatro paredes, en su casa o en la de un amiguete, pero al aire libre no, oiga, cuidado, que el aire libre lo confunden aqu¨ª con el orden p¨²blico, y el orden p¨²blico es lo primero y si no mire usted Italia, que las elecciones fueron una balasera.
Cuando Neruda hizo su oda elemental al aire, todav¨ªa el aire era de todos, el aire era lo ¨²nico que les quedaba a los pobres: ?Andando en un camino encontr¨¦ al aire?. Pero luego lleg¨® Pinochet y nacionaliz¨® el aire. Pues lo mismo le ha pasado a Gerena. S¨®lo faltaba eso. Al aire libre no se canta, joven. El aire libre seguro que ya no es del pueblo que lo respira. El aire libre ser¨¢ de la Campsa o de la Tabacalera o del Banco Atl¨¢ntico. El aire libre es del Patrimonio Art¨ªstico Nacional -f¨ªjese usted c¨®mo pintaba Vel¨¢zquez el aire, que para eso era pintor de c¨¢mara- y haga el favor de no ensuciarnos el aire con jip¨ªos y martinetes rojos. Mantenga limpio el aire de Espa?a. Es tan bonito.
Pero los flamencos se han salido del colmao para siempre. A la Zarzamora que la parta un rayo. Ya va a ser dif¨ªcil poder con ellos, porque detr¨¢s de la voz privilegiada de los cantaores est¨¢ la voz ancha y morena de todo un pueblo, el andaluz, que el otro d¨ªa se manifest¨® en Almer¨ªa, por ejemplo. Manuel Gerena canta por no llorar.
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