Renovaci¨®n de la mec¨¢nica teatral
Hace cincuenta y dos a?os que Moholy Nagy public¨® un texto fundamental, hoy de dif¨ªcil consulta: Teatro, circo, variedades. La sugestiv¨ªsima propuesta de Nagy ha hecho envejecer, finalmente, a todo el teatro tradicional. Su idea capital es ¨¦sta:?Cada creaci¨®n debe ser un organismo nuevo que nos sorprenda, y estamos en situaci¨®n de tomar los medios de este efecto de sorpresa de nuestra propia vida actual. Nada podr¨ªa ser m¨¢s eficaz que el efecto de las nuevas posibilidades de tensi¨®n que nos proporcionan los elementos de la vida moderna, que conocemos sin apreciar a¨²n su alcance (articulaci¨®n, mecanizac¨ª¨®n). A partir de este punto de vista podemos captar el sentido aut¨¦ntico de una creaci¨®n esc¨¦nica estudiando no s¨®lo al actor-hombre, sino, tambi¨¦n, los medios esenciales de toda creaci¨®n.
Con respecto al sonido, es evidente que en el futuro se emplear¨¢n diversos aparatos el¨¦ctricos y de otras clases. Las ondas sonoras, manifest¨¢ndose en lugares inesperados por ejemplo: amplificadores, altavoces o l¨¢mparas de arco sonoras, dispuestas en los proscenios o bajo las butacas, aumentar¨¢n el nivel de sorpresa ac¨²stica del p¨²blico, de tal forma que montajes de menos valor en ese aspecto acabar¨¢n por decepcionar.
El color -la luz- tiene, seg¨²n esta tendencia, que sufrir transformaciones a¨²n mayores que las del sonido. El desarrollo de la pintura en las ¨²ltimas d¨¦cadas ha formulado un m¨¦todo de creaci¨®n absoluta a partir de los colores y, al mismo tiempo, ha dictado la supremac¨ªa de los colores claros. El cristalino equilibrio de las armon¨ªas monumentales no tolerar¨¢, por supuesto, a un actor con maquillaje p¨¢lido, o vestido seg¨²n los malentendidos del expresionismo o el cubismo. La utilizaci¨®n de m¨¢scaras de metal o de materiales artificiales ser¨¢ indispensable en semejantes condiciones; la palidez de los rostros, tan utilizada hasta ahora, la m¨ªmica subjetiva y la gesticulaci¨®n sobre un escenario coloreado se excluir¨¢n sin perjudicar los contrastes entre el cuerpo humano y cualquier construcci¨®n. mec¨¢nica. A esto habr¨¢ que a?adir la posibilidad de proyecciones luminosas de ambiente: la acci¨®n, considerada como un contraste llevado al m¨¢ximo, es, por obra y gracia de la t¨¦cnica, un medio de composici¨®n del mismo valor que los dem¨¢s. Se puede considerar la posibilidad de una iluminaci¨®n s¨²bitamente deslumbradora de la sala, combinada con la progresiva extinci¨®n de la luz en el escenario. Todo esto es absolutamente distinto de lo que suele hacerse. Al haberse alcanzado la posibilidad de un transporte mec¨¢nico de los objetos en el escenario, los movimientos han dejado de ser exclusivamente horizontales para hacerse tambi¨¦n verticales. Tambi¨¦n es posible el empleo de complicados aparatos -pel¨ªculas, autom¨®viles, ascensores, etc- y material de ¨®ptica -juegos de espejos- de muy grande precisi¨®n. La verdad es que aunque los intentos en este sentido est¨¦n todav¨ªa en sus balbuceos, todo ello responde a la petici¨®n de creatividad din¨¢mica que caracteriza a nuestro tiempo?.
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