Seis muertos, y cuatro desaparecidos, en el incendio del psiqui¨¢trico de Conxo
Seis muertos y cuatro desaparecidos es la cifra que a ¨²ltima hora de ayer, se daba como segura tras el incendio declarado a primeras horas del d¨ªa en el Sanatorio Psiqui¨¢trico de Conxo, en Santiago de Compostela. Hasta el momento no se conocen las causas del siniestro, que fue advertido sobre las cinco y media, aunque todas las hip¨®tesis coinciden en atribuirlo a una colilla de cigarro que pudo arrojar alg¨²n enfermo sobre el colch¨®n de una cama.
El Sanatorio Psiqui¨¢trico de Conxo, en Santiago de Compostela, pudo ser totalmente destruido por las llamas. De tan siniestro resultado pod¨ªan haberse encargado la estructura extremadamente combustible de sus naves (madera por todos lados), la imprevisi¨®n presuntamente existente contra incendios en el centro, la escasa dotaci¨®n de medios de que dispone la ciudad para combatir este tipo de accidentes y la extremada escasez de agua que padece Santiago desde siempre al llegar el verano. Se afirma que el presidente de la Diputaci¨®n de La Coru?a, se?or Rodr¨ªguez Madero, coment¨® esto puede ser el gran desastre, al acercarse en coche desde la capital provincial y contemplar, desde lejos, las llamas que desprend¨ªa el sanatorio. El psiqui¨¢trico de Conxo, administrado desde 1972 por la Diputaci¨®n Provincial, es algo as¨ª como el Vietnam gallego. No en vano, el presidente de su fundaci¨®n, se?or Marino Cea, insisti¨® varias veces en que hab¨ªa intereses pol¨ªticos que trataban de vietnamizar el sanatorio. En 1973, fecha en que empez¨® a dirigirlo el joven psiquiatra Montoya Rico, Conxo inici¨® una reforma conducente a introducir nuevas terap¨¦uticas, de puertas abiertas, que se enfrentaron enseguida con la oposici¨®n de los sectores m¨¢s integristas de la administraci¨®n local y provincial. ?Ahora por si todo fuera poco -declar¨® ayer a EL PA?S una fuente oficial- nos vino el incendio.? A las seis menos cuarto de la ma?ana se declar¨® un incendio que tard¨® pocos minutos en ser pavoroso. Dos pabellones llenos de enfermos ard¨ªan por los cuatro costados. Ciento cincuenta enfermos ped¨ªan auxilio desde enrejadas ventanas a las que el acceso empezaba a ser dif¨ªcil. ?La confusi¨®n fue enorme y todo hacia pensar en que las llamas podr¨ªan extenderse inmediatamente?, manifest¨® un testigo presencial. Por lo visto, hubo dificultades para organizar eficientemente la lucha contra el incendio. La ciudad de Santiago sufre, al llegar el verano, una ya tradicional escasez de agua que, en este caso, pudo ser dram¨¢tica. Las bombas no ten¨ªan suficiente presi¨®n a primeras horas de la ma?ana. Las tomas de agua no eran suficientes. ?La que se pudo armar!, gritaba un enfermo con los ojos todav¨ªa presos del p¨¢nico. Por otra parte, la dotaci¨®n de bomberos de Santiago se vio en seguida sobrepasada por los acontecimientos y ni siquiera los refuerzos llegados de La Coru?a parec¨ªan suficientes para afrontar los acontecimientos. ?Una vez m¨¢s se hizo patente -manifest¨® el presidente de la Diputaci¨®n- la necesidad de conseguir una dotaci¨®n contra incendios acorde con los tiempos actuales en La Coru?a. Pero para esto ya est¨¢ nuestro plan, que lo ¨²nico que necesita son los 500 millones de pesetas con que subvencionarlo?. Una dotaci¨®n de ICONA, situada en Padr¨®n colabor¨® tambi¨¦n en la lucha contra el fuego.
Cuando a la una de la tarde el presidente de la Diputaci¨®n recibi¨® a los periodistas para informar del siniestro, por el sanatorio corr¨ªan distintos rumores. El se?or Rodr¨ªguez Madero parec¨ªa, no obstante, muy seguro de lo que dec¨ªa. ?Por causas que hasta ahora no se pueden precisar -dijo-, pero que parece que est¨¢n en un cigarrillo, esta ma?ana se declar¨® un incendio en una habitaci¨®n de la unidad intensiva de hombres?. Dio cuenta, enseguida, de la existencia de dos v¨ªctimas comprobadas, los enfermos V¨ªctor Mella y Enrique Quinteiro, y de la desaparici¨®n de otros seis internados cuyos nombres se neg¨® a revelar. Afirm¨® que el personal del centro se comport¨® heroicamente en el siniestro y que la administraci¨®n del mismo est¨¢ pensando en premiar su labor. A la pregunta planteada por un periodista acerca de si el premio anunciado podr¨ªa ser la readmisi¨®n de los actuales despedidos del centro, reclamada insistentemente desde casi toda Espa?a y desde algunos hospitales de Francia, Portugal e Italia, el se?or Rodr¨ªguez Madero respondi¨® que nada ten¨ªa que ver una cosa con otra.
En la rueda de prensa no estuvo presente ning¨²n componente del equipo m¨¦dico del sanatorio, raz¨®n por la cual la pregunta que hizo EL PA?S acerca de la incidencia de este accidente en la vida sanitaria del centro qued¨® sin respuesta. ?Debo aclarar, sin embargo -explic¨® el se?or Rodriguez Madero-, que, pensando en causar el m¨ªnimo trastorno a los enfermos, creemos que lo mejor es que se vea trasladado el menor n¨²mero posible de ellos. Nos pusimos en contacto con las Diputaciones de Le¨®n, Orense y Pontevedra y sabemos ya que los sanatorios de Toen (Orense) y el Rebuill¨®n (Vigo) van a absorber algunos de los pacientes, pues nosotros no tenemos ahora mismo d¨®nde instalarlos. Trataremos, no obstante, de desplazar los menos que podamos.?
Sobre las causas del incendio, nada se puede establecer con car¨¢cter definitivo por el momento. Las tesis oficiales conducen a la creencia de que el cigarrillo de un enfermo pudo causar las llamas, que f¨¢cilmente hicieron presa en la estructura del edificio, debido a sus caracter¨ªsticas de buena combustibilidad (madera vieja en los tejados, en los muebles, etc.). Los enfermos fueron inicialmente alojados en la iglesia parroquial de Conxo, que lleg¨® a ser, a primeras horas de la ma?ana, una verdadera concentraci¨®n penosa en la que se o¨ªan gritos y lamentos con que ped¨ªan su chaqueta o cualquier prenda personal que hab¨ªan dejado entre las llamas minutos antes. Alguien especulaba con la idea de que una extra?a sombra se cern¨ªa sobre Conxo. ?Despidieron a nuestros m¨¦dicos hace poco, entre ellos a nuestro director entonces, y ahora tuvo que venir el fuego a echarnos de nuestras camas?, se lamentaba uno de los enfermos, que iba de un lado a otro de la finca interior del sanatorio como alma en pena.
El balance de p¨¦rdidas es dif¨ªcil de establecer. Este peri¨®dico habl¨® con el aparejador de la Diputaci¨®n, con el presidente de la misma y con el presidente de la fundaci¨®n del sanatorio, que coincidieron en afirmar que las p¨¦rdidas pueden ser muy cuantiosas. ?Espero que no lleguen a los doscientos millones?, declar¨® el presidente de la Diputaci¨®n y, en cuanto al tiempo que se pueda tardar en reconstruir lo destruido, a?adi¨® el aparejador que depende de los planes concretos que se acometan.
Las v¨ªctimas parec¨ªan fijadas a ¨²ltima hora de ayer en seis muertos y cuatro desaparecidos. Se tiene la impresi¨®n, de que no existen, por otra parte, heridos graves. El Ministerio de Gobernaci¨®n y la Direcci¨®n General de Sanidad tienen informaci¨®n del caso desde las primeras horas de su desarrollo y prometieron toda la ayuda necesaria.
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