Despido improcedente de una profesora que educaba sexualmente a sus alunmos
El magistrado de Trabajo de Gerona, Jos¨¦-Horsillo Ruiz Lanzuela, ha dictado sentencia de despido improcedente respecto a una profesora expulsada de un colegio de EGB de Gerona por educar sexualmente a los alumnos. La sentencia reconoce la necesidad de ?adecuar nuestra forma de ser y actuar a los tiempos actuales?. Alfonso Garc¨ªa P¨¦rez redact¨® un informe sobre el controvertido tema de la educaci¨®n sexual en Espa?a.
Antonia Sabria hab¨ªa estado ejerciendo la docencia en Educaci¨®n General B¨¢sica, desde el mes de septiembre de 1973. Fue despedida en abril de este a?o por presunta indisciplina y desobediencia. Se le acusaba de negarse a impartir clases de religi¨®n, faltar al respeto al director, exponer tendenciosamente doctrinas contrarias a la moral, etc.Las acusaciones han sido desmenuzadas y analizadas por la sentencia del magistrado. Respecto a su negativa a ense?ar religi¨®n, se considera injustificada la acusaci¨®n, puesto que s¨®lo pueden dar tales clases aquellas maestras que posean un certificado de idoneidad expedido por el obispado. La cuesti¨®n entonces es simple, seg¨²n se expresa en la sentencia. Si la se?ora Sabria no tiene ese certificado, resultaba impropio pedirla que diera clase de algo para lo que no estaba en condiciones.
Salud sexual
Lo que, sin embargo, hab¨ªa debajo de todas las acusaciones era un problema concerniente al sexo. No es la primera vez que el tema sexual se enmascara con otras cuestiones, apareciendo encubierto y disfrazado bajo el problema de la autoridad, la eficiencia, etc. Lo que, al parecer hab¨ªa provocado la crisis de la profesora en su centro, era su actitud ante la educaci¨®n sexual.Antonia Sabr¨ªa recomendaba a sus alumnos de nueve a once a?os la lectura del libro ?De d¨®nde venimos?, para su educaci¨®n sexual. Lo correcto de esta medida ha sido reconocido por la sentencia del magistrado, que afirma que el libro en cuesti¨®n ?es correcto, cumple una funci¨®n orientativa y est¨¢ en la l¨ªnea recta de una sana educaci¨®n sexual?.
La educaci¨®n sexual sana es algo bastante reconocido y generalizado por otras latitudes. En una reciente reuni¨®n de la Organizaci¨®n Mundial de la Salud (OMS) a la que asistieron expertos de quince pa¨ªses, reconoc¨ªa que deb¨ªa otorgarse una preferencia absoluta a la educaci¨®n sexual de la colectividad, a fin de prevenir las dificultades y falta de armon¨ªa en asuntos sexuales.
Pero hab¨ªa una cuesti¨®n previa: ?qu¨¦ es salud sexual? Los expertos de la OMS propusieron una definici¨®n: ?La sanidad sexual es la integraci¨®n de los aspectos som¨¢ticos, afectivos, intelectuales y sociales del ser sexuado, realizada con arreglo a los condicionantes que valoran la personalidad, la comunicaci¨®n y el amor.?
Es preciso reconocer que una educaci¨®n sexual de esas caracter¨ªsticas no ha sido la constante de este pa¨ªs. Por el contrario, el ocultismo con el que se ha tratado el tema y con el que se ha ense?ado a tratarlo a la gente menuda ha fomentado los m¨¢s extra?os morbos y ese triste tributo denunciado por Freud en El malestar en la cultura: la separaci¨®n entre el sexo y el amor.
Explica el fundador del psicoan¨¢lisis que la educaci¨®n recibida, tambi¨¦n la de los europeos en la cultura tradicional, experimenta una tremenda dislocaci¨®n. Se ense?a a prohibir la pr¨¢ctica del sexo con las personas a las que se ama mientras se ense?a a fomentarlo con las personas a las que se desprecia. Es la alternativa entre la mujer santa, maternal y virginal, y la mujer prostituta, utilizada y no querida en realidad.
Se?ala Freud que es dif¨ªcil encontrar adultos que puedan salir de esa dicotom¨ªa. La trayectoria de amores y aventuras de los individuos, tal como son educados por la cultura del malestar, muestra una constante ida y vuelta del amor sin sexo al sexo sin amor. La s¨ªntesis no siempre es posible. Ni f¨¢cil.
Sexo mec¨¢nico
Pero la cuesti¨®n tiene implicaciones sociopol¨ªticas. ?El papel de la familia es fundamental -se?ala Angel Sope?a, ginec¨®logo espa?ol- ya que es el punto principal de transmisi¨®n de la represi¨®n. A partir de la l¨ªnea abuela-madre-hija se transmite la represi¨®n en el triple sentido (pol¨ªtico, religioso y social). La educaci¨®n se orienta hacia la conservaci¨®n de los valores m¨ªticos (virginidad, pureza ... ). Por otra parte, la familia no permite la realizaci¨®n en el hogar de actos sexuales a sus miembros no casados, y dado lo caro de una vivienda de alquiler, se obliga a la pr¨¢ctica de la vida sexual en esquinas, coches y mil sitios disparatados.?Para Sope?a, las consecuencias son claras: ?el rechazo de las relaciones prematrimoniales por la familia cl¨¢sica espa?ola, influye en un trauma ps¨ªquico para la muchacha; esto, unido a la ineducaci¨®n sexual, da lugar al hundimiento posterior de la pareja. Porque, en un gran tanto por ciento, la pareja espa?ola fracasa por inadaptaci¨®n sexual: se trata de matrimonios que despu¨¦s de varios hijos no conocen lo que es orgasmo.?
El sentido del t¨¦rmino orgasmo tal como aqu¨ª es empleado est¨¢ en consonancia con el desarrollo de la investigaci¨®n psicoanal¨ªtica y antropol¨®gica: una relaci¨®n completa, f¨ªsica y ps¨ªquica. El sexo que la educaci¨®n tradicional fomenta es un sexo mec¨¢nico. ?La relaci¨®n sexual mec¨¢nica y el tedio ante el acto sexual tiene demasiados practicantes en nuestro pa¨ªs.?
Recientemente insist¨ªa desde varias publicaciones Enrique Miret Magdalena en esta misma cuesti¨®n del sexo mec¨¢nico. Refiri¨¦ndose a un reciente documento del Vaticano sobre cuestiones sexuales, el escritor y comentarista especializado en la nueva teolog¨ªa aseguraba que el pensamiento ortodoxo vaticano estaba fomentando, al igual que la postura tradicional, una pr¨¢ctica del sexo exclusivamente mec¨¢nica. Un sexo, cuyas caracter¨ªsticas f¨ªsicas son descritas con precisi¨®n, pero que ignora la dimensi¨®n afectiva, humana e incluso trascendente de la sexualidad.
La tradici¨®n cat¨®lica
Incluso educadores del pensamiento tradicional cat¨®lico como V¨ªctor Garc¨ªa Hoz reconocen que ?el hombre necesita de una ense?anza para saber utilizar sus capacidades mentales y volitivas.... la ense?anza se necesita precisamente para hacerse cargo de la trascendencia social, moral, religiosa, de la sexualidad?.?En nuestros d¨ªas hay una verdadera epidemia de programas de educaci¨®n sexual... -contin¨²a-, pero no s¨¦ de nadie que se haya tomado la molestia de comprobar cient¨ªficamente si con tales programas los problemas sexuales han desaparecido o por lo menos han disminuido.?
Parad¨®jicamente coincide lo se?alado por Garc¨ªa Hoz con el pensamiento vanguardista cat¨®lico, en su rechazo de una educaci¨®n sexual meramente mec¨¢nica. Lo que sucede es que ese sexo mec¨¢nico es precisamente el que surge en el individuo cuando le es negada una educaci¨®n sexual completa o integral o cuando sele hace percibir el impulso sexual como algo malo incompatible con el amor, que debe ser reprimido. El sexo no-mec¨¢nico es el que aparece cuando la educaci¨®n ense?a a integrar esos impulsos sexuales, previamente aceptados y asumidos como buenos, en un contexto de afectividad interpersonal.
Sentencia a favor
La sentencia del magistrado de Gerona a favor de la profesora despedida afirma que ?es necesario adecuar nuestra forma de ser y actuar a los tiempos actuales, superando prejuicios y saltando barreras que nos han ido cercando a trav¨¦s de los tiempos, para as¨ª formar mejor a nuestras juventudes, llegando a ellos con la exposici¨®n clara y sin tapujo de las verdades fundamentales. Y si ello es necesario en todo orden de valores, lo es m¨¢s en la educaci¨®n sexual, entendida como educaci¨®n moral, necesaria y obligatoria... Es misi¨®n de la escuela suplir las deficiencias educativas de la familia y compete a cada maestro elegir el sistema m¨¢s apropiado dentro de las normas generales de moral, como ocurre en el caso presente?.
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