?De Herodes a Pilatos?
La renuncia que el Rey acaba de hacer al privilegio de la presentaci¨®n de obispos, corresponde a una ya vieja petici¨®n que Pablo VI formul¨® al entonces jefe de Estado general Franco al acabar el Concilio Vaticano II.En s¨ª es una noticia francamente positiva, pero pudiera ser interpretada de una manera demasiado triunfalista. Con esto quiero decir que la inhibici¨®n de la autoridad civil espa?ola en el nombramiento de obispos, no resuelve autom¨¢ticamente el problema subyacente en este planteamiento: o sea la b¨²squeda de una situaci¨®n aut¨¦nticamente laica -no laicista-, que muchos espa?oles consideramos esencial para una verdadera reconciliaci¨®n de las dos o m¨¢s Espa?as, y una consiguiente convivencia democr¨¢tica.
Efectivamente, a partir de ahora, el nombramiento de obispos recaer¨¢ solamente sobre los candidatos que la misma instituci¨®n eclesial presente al Papa.
Y aqu¨ª vienen nuestras dudas: la instituci¨®n eciesial, tanto a nivel espa?ol como vaticano, est¨¢ fuertemente influenciada por unos determinados modelos de pol¨ªtica t¨¦cnica. Y en este juego est¨¢n muy interesados, como es l¨®gico, los propios partidos pol¨ªticos. En la actual Teolog¨ªa de la liberaci¨®n se condena lo que, con terminolog¨ªa moderna, se llama reduccionismo, o sea, el intento de reducir el mensaje evang¨¦lico a un proyecto pol¨ªtico concreto. Hist¨®ricamente ha sido la Iglesia italiana la que m¨¢s se ha destacado en este reduccionismo, haciendo casi una ecuaci¨®n entre catolocismo y democracia cristiana.
Empieza tambi¨¦n a germinar otro tipo de reduccionismo; esta vez de izquierda; y hay quien sue?a con una Iglesia socialista o comunista. En todo caso se ve con agrado que los curas formen parte de comit¨¦s de grupos pol¨ªticos o sindicales. Esto ser¨ªa una especie de clericalismo de izquierda que, como todo buen eleri calismo, terminar¨ªa a la larga -o a la corta- en derecha. ?Soluci¨®n? Que las fuerzas verdaderamente democr¨¢ticas est¨¦n alerta para que el nombramiento de obispos se haga por la ¨²nica v¨ªa posible: la evang¨¦lica. Y para ello es imprescindible que las ovejas del reba?o dejen de serio y se reconviertan en miembros activos del pueblo de Dios en Espa?a y se resistan inteligentemente y valientemente a los nuevos tipos de manipulaciones de guante blanco que, indudablemente, van a intentar rellenar el vac¨ªo dejado por la noble y valiente renuncia del Rey al privilegio de presentaci¨®n de obispos.
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