Los cl¨¢sicos en televisi¨®n

Durante los pr¨®ximos seis a?os la BBC va a grabar, en color, la obra completa de Shakespeare. Van a intervenir los actores m¨¢s importantes del teatro de habla inglesa. Se trata de documentar, para lo que resta de siglo, una interpretaci¨®n cl¨¢sica de los admirables textos shakesperianos.Se lee esta noticia y parece tan logica, tan natural, tan necesaria, que apenas s¨ª hay lugar para el agradecido asombro. Y, sin embargo, una tonta y pavorosa inhibici¨®n ante los cl¨¢sicos suele paralizar sus proyectos de difusi¨®n. Los programadores de televisi¨®n deber¨ªan saber que Shakespeare ha resistido, durante varios siglos, a todo g¨¦nero de estilos, modas, escenanos y puntos de vista. Puede soportar filmaciones y grabaciones en video como ha soportado otras transposiciones. Posiblemente Shakespeare -y todos los cl¨¢sicos- se volver¨¢n m¨¢s humanos al reducirse- la gran estatura de sus personajes. Seguramente. el afianzamiento ideol¨®gico ser¨¢, incluso, m¨¢s fuerte que en el teatro. En definitiva, ning¨²n espectador va a quejarse por demasiada sustancia dram¨¢tica, por exceso de vigor estil¨ªstico o por la Ibuena calidad del di¨¢logo. ?De d¨®nde, entonces, ese p¨¢nico a los cl¨¢sicos? Y aqu¨ª, entre nosotros, ?a qu¨¦ cl¨¢sico espa?ol deja de convenirle el tratamiento realista que caracteriza al medio televisivo? A ninguno. Todos son, en potencia, los mejores autores con que puede so?ar una televisi¨®n que, por otra parte, los desconoce.