S¨¦ptima victoria de Maertens

Tal vez como compensaci¨®n al calor y al sol que acompa?¨® al Tour en casi todas sus etapas, ayer, en la pen¨²ltima, llovi¨® continuamente, y sobre todo al final, con mucha fuerza. Hasta el kil¨®metro 110 de los 145,5 que ten¨ªa el trazado no comenz¨® la verdadera batalla, en la que Maertens, nuevamente vencedor al sprint, fue principal protagonista. Salt¨® tras Bracke en el kil¨®metro 112 y de no ser por una ca¨ªda en el 124, se hubiese presentado solo en la meta. Demostr¨® una vez m¨¢s su pundonor y su fuerza, sobreponi¨¦ndose a la ca¨ªda.

Casi como despedida, Versalles nos recibi¨® ayer con una lluvia impresionante. M¨¢s o menos la misma que sufrimos el d¨ªa anterior, al viajar de Clermont Ferrand a Montargis, en la ¨²ltima neutralizaci¨®n larga del Tour-76. Desde esta ¨²ltima ciudad se sal¨ªa hacia la que fue gran capricho del rey Sol, Luis XIV, y que recib¨ªa al Tour, salvando todas esas distancias, por und¨¦cima vez. En 145,5 kil¨®metros casi completamente llanos los corredores deb¨ªan dar el pen¨²ltimo paso de una carrera ya decidida desde los Pirineos y confirmada en el Puy de Dome, aunque aqu¨ª en Francia al menos tienen el inter¨¦s por saber todav¨ªa si Poulidor superar¨¢ definitivamente a Delisle hov.

Como era de esperar, casi todo el recorrido se hizo en pelot¨®n y ¨²nicamente hubo rese?able en los primeros 100 kil¨®metros el paso por el Point Chaud, que esta vez gan¨® el neoprofesional Gallalouette y el triunfo de Bellini en la cota de Dourdan, la m¨¢s insignificante, entre par¨¦ntesis, de todas las de cuarta categor¨ªa del Tour. Realmente en algunos casos se han puesto puertos por ponerlos. De cualquier forma, el italiano lo aprovech¨®, y aunque en los dos restantes, de la etapa, Les 17 Tournants y el de Port Royal, s¨®lo pudo hacer tercer o, ya est¨¢ primero de la monta?a un punto por delante de Van Impe. Hoy, en la contra reloj individual de seis kil¨®metros se decidir¨¢ todo. En el kil¨®metro 2 se ha colocado otra cota de cuarta categor¨ªa para los tres mejores tiempos de paso, y de esta manera, casi sin saberlo, se va a jugar el premio al mejor escalador del Tour. Ser¨ªa curioso que al final lo ganara Van Impe, simplemente porque es mejor contrarrelojista que Bellini. Hasta ah¨ª ha llegado la degeneraci¨®n de los premios monta?eros. Ahora se deciden al sprint y quiz¨¢ contra el cron¨®metro.

En el kil¨®metro 110 de la etapa comenz¨® la batalla. La lluvia no hab¨ªa parado ni un instante y fue Danguillaume el que salt¨® de un pelot¨®n que hasta ese momento rod¨® lent¨ªsimamente a una media casi rid¨ªcula. El galo, sin embargo, fue controlado y el que s¨ª logr¨® hacer el hueco fue Bracke. El veterano belga, por lo visto, ha querido hacerse notar en este Tour despu¨¦s de muchos a?os de total oscuridad. El ejemplo de Poulidor le ha dado m¨¢s fuerzas.

Tras Bracke, no obstante, sali¨® Maertens. El maillot verde no quer¨ªa tener descuidos, pues a fin de cuentas se estaba s¨®lo a 30 kil¨®metros de la meta y tir¨® con su enorme fuerza de Bracke, que pr¨¢cticamente, y como era l¨®gico, no le relev¨® nunca. En el kil¨®metro 121 alcanz¨® la pareja su m¨¢xima ventaja, F05% pero poco despu¨¦s de comenzar a bajar -50 segundos ya en el 123-, en una curva, donde al pasar nuestro coche instantes antes incluso nos patin¨®, cayeron los dos. Ambos se levantaron r¨¢pidamente, pero Maertens tuvo que pararse a cambiar de bicicleta y fue alcanzado por el pelot¨®n. Bracke se march¨® solo y por la cota de Les 17 Tournants, a 17 kil¨®metros de la meta, ten¨ªa 30 segundos de margen sobre Antonini, que pas¨® segundo, y Bellini, solo, tercero. Lo de Antonini fue lamentable. Sin ning¨²n inter¨¦s por la monta?a, ni siquiera por ganar la cota, sprint¨® para quitarle un punto a su compatriota. La lucha de los equipos es as¨ª de cruel. Era, ni m¨¢s ni menos, un jollyceramica contra un brooklyn. Nada de concesiones.

En la ¨²ltima cota puntuable del d¨ªa, la de Port Royal, inmediatamente despu¨¦s, Bracke a¨²n pas¨® con 27 segundos sobre Danguillaume, esta vez, y Bellini. Era el kil¨®metro 134, a 11,5 de la meta. S¨®lo 5,5 despu¨¦s, en la subida de Laminiere, no puntuable pero tan dura como cualquiera de las anteriores, el belga fue cazado por el pelot¨®n. Realmente el final de la etapa era un mal terreno para ¨¦l. A continuaci¨®n, incluso ya dentro del circuito urbano al que hab¨ªa que dar dos vueltas, s¨®lo se repitieron los eternos intentos de saltar para no dejar el sprint masivo en el que su vencedor no pod¨ªa tener otro nombre que Maertens. A la entrada del circuito, que fue donde se tomaron los tiempos ,cinco hombres se destacaron, Danguillaume, Sibille, L¨®pez Carril, Viejo y Meslet. El primero, muy activo y con enormes ganas de triunfo, volvi¨® a saltar y fue cazado en la ¨²ltima vuelta. Pronk fue el que llev¨® al pelot¨®n sobre ¨¦l, trabajando para que Karstens repitiera su jugada de Burdeos. Maertens, sin embargo, con una fuerza y una rabia impresionantes, se sali¨® del paquete en la ¨²ltima recta para evitar que nadie le cerrara y se impuso a lo gran campe¨®n. Indudablemente, aunque el d¨ªa que gan¨® Karstens rechazaron su protesta por no haberla hecho a tiempo y por falta de pruebas, la verdad es que de no ser por la estratagema de Raas, impidi¨¦ndole el paso, habr¨ªa ganado otra vez. Ayer, pese a la ca¨ªda y cuando todo estaba en su contra, se super¨® una vez m¨¢s.