Rodrigo Royo y Ridruejo

En su edici¨®n del domingo, 4 de los corrientes me se?ala en las p¨¢ginas 23 y 24 como destinatario de una carta de don Dionisio Ridruejo fechada el 14 de mayo de 1963, como r¨¦plica del gran poeta a un art¨ªculo publicado en el diario A rriba el 25 de abril del mismo ano, titulado ?Afiliado al esc¨¢ndalo?.No s¨¦ qu¨¦ arte o parte pueda tener yo en ese negocio, ya que a petici¨®n propia ces¨¦ en la direcci¨®n de Arriba el 15 de marzo de 1962. Dificilmente se me puede atribuir, pues, la paternidad directa o indirecta del art¨ªculo de referencia que provoc¨® la ira y la r¨¦plica de Dion¨ªsio Ridruejo que usted reproduce.

Yo fui amigo personal y camarada del gran poeta de la Falange y estuve con ¨¦l en la Divisi¨®n Azul. Siempre nos tratamos con mutuo respeto y afecto y jam¨¢s levant¨¦ mi pluma contra ¨¦l. Unicamente le dije un d¨ªa en un restaurante de verano de la plaza de Oriente, donde me lo encontr¨¦ por casualidad, que no me gustaba que se hubiese pasado al moro, porque entend¨ªa que le habr¨ªa rendido un mejor servicio a Espa?a si hubiese puesto su esp¨ªritu rebelde y los cojones que le ech¨® al asunto en l¨ªnea con lo que hab¨ªa sido su antecedente pol¨ªtico. Entonces, le recit¨¦ unos versos de Hernando de Acu?a, que, dicen:

Procure siempre acertadla el honrado y principal, pero si la acierta mal, sosteneda y no enmendala.

Dionisio Ridruejo comprendi¨® que yo le dec¨ªa aquellas cosas cari?osamente, lamentando que en lugar de irse con el exilio republicano no se hubiese echado al monte con su mosquet¨®n en defensa de la autenticidad de la Falange, que era lo suyo.. Dionis¨ª¨® fueaut¨¦ntico, quiero decir un falangista aut¨¦ntico y ten¨ªa valor para parar un tren. Modestamente, soy el primer aperturista y reformista de nuestro pa¨ªs, como se puede comprobar en las colecciones de la revista SP y el diario SP, cuyos primeros n¨²meros datan de 1957, cuando ni Dios se atrev¨ªa a abrir la boca por estos andurriales. Ahora est¨¢ tirado de f¨¢cil.