En Marte pudo haber condiciones de vida en el pasado
La existencia de vida en el planeta Marte, en alg¨²n momento de su historia, es algo cuya posibilidad est¨¢ siendo confirmada con los datos enviados por la sonda Viking-1. Pero sucede que esa vida, cuya existencia est¨¢ siendo estos d¨ªas ansiosamente buscada, es un proceso m¨¢s amplio y profundo que la existencia de esos grandes macroorganismos que son las plantas, animales y hombres. Tras las preguntas que estos d¨ªas hacen los cient¨ªficos a los instrumentos del Viking est¨¢ la pregunta sobre el origen de la propia vida terrestre y humana, cuyo enigma se ver¨ªa consistentemente aliviado con el an¨¢lisis de las posibles formas de vida marcianas. Este es el sentido de la b¨²squeda de microorganismos vivientes que va a dar comienzo pr¨®ximamente.
?Se cuenta que hace cincuenta a?os un destacado editor de peri¨®dico envi¨® un telegrama a un famoso astr¨®nomo pidi¨¦ndole quinientas palabras sobre si hay o no hay vida en Marte. El astr¨®nomo respondi¨® al Newspaper Publisher escribiendo doscientas cincuenta veces: nadie sabe, nadie sabe, nadie sabe .... ? La an¨¦cdota es descrita por Carl Sagan que es precisamente un destacado astr¨®nomo, personalidad clave en la experiencia Vikingo de la NASA, que tambi¨¦n en estos d¨ªas, cincuenta a?os despu¨¦s, es apremiado con la misma pregunta.?Si en Marte hay ahora o ha habido alguna vez vida -asegura Carl Sagan- tendremos por primera vez en la historia humana una oportunidad de investigar a fondo ese proceso que en la Tierra llamamos vida. Las implicaciones biol¨®gicas de cualquier forma de vida que exista en Marte ser¨ªan sorprendentes para nosotros.?
La misma opini¨®n de Carl Sagan es sustentada por el espa?ol doctor Or¨®, que tambi¨¦n trabaja para la NASA. Afirma Or¨®, refiri¨¦ndose al proyecto Viking, que ?en el supuesto que todo vaya bien, conoceremos el famoso y misterioso planeta, quiz¨¢ tan bien como conocemos la Tierra. Mi mayor alegr¨ªa ser¨ªa que se encontrara vida, aunque fuera muy rudimentaria. Para m¨ª, ¨¦ste ser¨ªa el mayor descubrimiento en la historia de la vida del hombre?.
?Por qu¨¦ dar esa importancia al descubrimiento de vida fuera de nuestro planeta aunque fuesen las m¨¢s elementales formas de vida? Precisamente porque la vida como proceso es un fen¨®meno cuya universalizaci¨®n y extensi¨®n m¨¢s all¨¢ de nuestro planeta ser¨ªa un evento de trascendencia definitiva, independientemente de que esa vida est¨¦ organizada o no en macroorganismos.
El descubrimiento de microorganismos, objetivo central de la investigaci¨®n, ser¨ªa tan decisivo como la existencia de macroorganismos. La forma, tama?o y tiempo de esos seres vivos ser¨ªa anecd¨®tica ante el hecho mismo de su existencia.
La vida se nos manifiesta como una probabilidad combinatoria entre ciertos elementos. El que exista vida en Marte depende tanto de que existan esos elementos b¨¢sicos: ox¨ªgeno, hidr¨®geno, carbono y nitr¨®geno, como de que se hayan dado las combinaciones que hacen posible el proceso.
El agua es esencial en el proceso de la vida, y el agua, seg¨²n las observaciones de los t¨¦cnicos, ha existido en Marte indudablemente, a juzgar por sus vestigios. La cuesti¨®n del clima es m¨¢s relativa de lo que puede parecer a simple vista. Los bi¨®logos sovi¨¦ticos realizaron investigaciones durante los ¨²ltimos a?os en el Pamir, zona cuyo riguroso clima corresponde aproximadamente al de las latitudes medias de Marte.
Mientras las variaciones diarias de temperaturas en Marte pueden ser de hasta 100 grados cent¨ªgrados, alcanzando hasta los 60 grados en los valles de Pamir, con una temperatura media anual bajo cero, existen unas doscientas especies de plantas. La flor de la cochlearia arctica que crece en el norte de Siberia, en ocasiones brota en medio de la nieve, y a temperaturas inferiores a 45 grados bajo cero.
Seg¨²n un especialista ruso en Astrobot¨¢nica, el doctor Tikhov, las plantas ?s¨®lo utilizan la parte de radiaci¨®n solar que pueden absorber?. A temperaturas elevadas pueden reflejar casi toda la radiaci¨®n cal¨®rica por lo que son plantas de color amarillento-naranja, como las que podr¨ªa haber en Venus. A temperaturas intermedias, como las de la Tierra, ser¨ªan -y son- de coloraciones verdes. A temperaturas bajas, ser¨ªan plantas de coloraci¨®n azul o violeta, para poder captar el m¨¢ximo de energ¨ªa. El Verbascum Thapsus, planta verdosa, se torna amarilla-anaranjada al acercarse al calor, lo que, seg¨²n Tikhov, es lo que suceder¨ªa en Venus. Y en Marte lo contrario.
La cuesti¨®n que est¨¢, por tanto, debajo de la existencia o no existencia de vida no es otra sino la del origen mismo de la vida. Mucho antes de la llegada a Marte del Viking, otro profesor sovi¨¦tico, Vasili Moroz, jefe de la Secci¨®n de Planetas del Instituto de Exploraciones C¨®smicas, de la Academia de Ciencias de la Uni¨®n Sovi¨¦tica, aseguraba que ?es evidente, por lo menos, que todav¨ªa en el reciente pasado geol¨®gico, Marte tuvo una atm¨®sfera semejante por su densidad a la terrestre y una hidrosfera, es decir, condiciones necesarias para el engendro de la vida?.
Los datos transmitidos por el Viking est¨¢n confirmando plenamente estas hip¨®tesis. Es m¨¢s que probable que esos seres vivos que las c¨¢maras del Viking no han podido fotografiar hayan existido hace mucho tiempo, ya que la presencia de nitr¨®genos, los vestigios del agua, etc¨¦tera, lo habr¨ªan permitido. Pero si eso fue as¨ª, lo que dar¨ªa car¨¢cter definitivo al fen¨®meno de la vida -sus vestigios-, han de ser algo m¨¢s que la probabilidad de que alg¨²n d¨ªa se diese. Sus vestigios han de estar, sin duda alguna, en el polvo y arena de ese suelo, hoy fotografiado, y que el Viking comenzar¨¢ a analizar el 28 de julio.
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