Museo de arte moderno en Son Servera
Con el concurso entusiasta y Popular de Miguel Servera, su conservador y promotor privado, del aparejador Antoni Esteva y del maestro alba?il, Antoni Brunet, ha sido reconstruido en la localidad mallorquina de Son Servera (cuyo censo no sobrepasa los 5.000 vecinos) un hermoso edificio del siglo XII, y de no oculta ascendencia ar¨¢bigo-balear, para a partir de ahora verse habilitado como museo permanente de arte moderno y mobiliario antiguo, y sala, tambi¨¦n, ocasional de exposiciones.La reconstrucci¨®n del edificio se ha limitado, por fortuna, a unificar y comunicar el interior de cuatro casas que constitu¨ªan una manzana (es posible, incluso, que la modificaci¨®n actual responda a la disposici¨®n primitiva) y a demoler los tabiques y arcos ciegos, interpuestos por usos excesivos y dispares, sin otra decoraci¨®n que el pulcro enjalbiego sobre la irregularidad de los muros originarios y sin que las fachadas, de piedra cic¨®pea, hayan sufrido el menor deterioro.
Inauguraci¨®n
Bajo la advocaci¨®n de Sa Pleta Freda (el nombre de la demarcaci¨®n vecina), el museo qued¨® inaugurado la pasada semana, con una exposici¨®n individual de Robert Llim¨®s y otra colectiva de artistas espa?oles consagrados (Mir¨®, Artigas, Palazuelo, Chillida, Sempere, Saura, Guinovart, Momp¨®...) m¨¢s una peque?a colecci¨®n de mobiliario aut¨®ctono. Es prop¨®sito de Miguel Servera que las muestras sucesivas respondan a la misma orientaci¨®n de las reci¨¦n presentadas al p¨²blico.De cara al futuro inmediato, est¨¢ programada una exposici¨®n de obra reciente de Guinovart, que dar¨¢ paso a otra del maestro Llorens Artigas. Tras los meses de agosto y septiembre, en que tendr¨¢n lugar las anteriores, habr¨¢ una colectiva de j¨®venes artistas mallorquines (Palou, Terrades, Dami¨¢ Jaume, Barcel¨®, Artigues, Cabot Femen¨ªas, Gelabert...) y otra, a continuaci¨®n, de los m¨¢s conocidos Brunet, Mercant, Llabr¨¦s, Ribera Bagur...
Af¨¢n descentralizador
Bien divulgado por las islas el suceso, merced a la bien cortada pluma de Juan Pla (afirmaci¨®n generosa y clara de todo este tinglado de Son Servera), se me ocurre la raz¨®n y justicia volver a divulgarlo por cuenta m¨ªa con alcances nacionales. La empresa es digna de encomio, porque al lado de su certero prop¨®sito descentralizador, de ning¨²n modo quieren promotores y colaboradores confinar sus miras al suceso local, como puede certificarlo la lista de los artistas ya representados y los por representar.Habituados como estamos al f¨¢cil regalo formal de las galer¨ªas el uso (que apenas si exigen voluntad alguna del visitante a la hora de la contemplaci¨®n) se nos ocurren un tanto crudas u hostiles al espect¨¢culo estas blanquecinas y rigurosas salas de Sa Pleta Freda. Las obras colgadas resisten con dificultad la confrontaci¨®n con la cal, sobre las irregularidades de los muros, y se le exige al contemplador un algo de esfuerzo (tal vez deba ser as¨ª) para centrarse en ellas. Las pinturas de Llim¨®s soportaron la prueba mejor, quiz¨¢, que las de sus ilustres acompa?antes.
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