Lleg¨® la ¨²ltima expedici¨®n espa?ola de Montreal
La ¨²ltima representaci¨®n espa?ola en Montreal regres¨® ayer por la tarde a Madrid. En la expedici¨®n viajaban el delegado nacional de Deportes, Pelayo Ros, el equipo de K-4, medalla de plata en los Juegos, y la pareja Gorostegui-Millet, que quedaron subcampeones en las pruebas de vela de la clase 470. Las que no aterrizaron en Barajas fueron las esperadas cartas de dimisi¨®n de algunos federativos.
A Espa?a s¨®lo llegaron seis medallas de plata distribuidas en dos disciplinas ol¨ªmpicas, la vela y el pirag¨¹ismo. Acompa?aban a esas medallas un nutrido grupo de deportistas desilusionados y otro no menos numeroso de federativos que no desean otra cosa que las vacaciones estivales les libren de la pesadilla de unas competiciones veraniegas.Un comentario generalizado se hizo omnipresente en las dependencias del aeropuerto: el de las cartas de dimisi¨®n. Se dec¨ªa -por supuesto, en broma- que el avi¨®n en el que volaba la ¨²ltima expedici¨®n espa?ola estaba repleto de cuartillas firmadas por unos directivos que renunciaban a su cargo. Result¨®, s¨ª, una broma. Se habl¨® de reestructuraciones, de planificaciones para futuras competiciones internacionales, de las experiencias vividas en Montreal. Pero de dimisiones, nada.
La reestructuraci¨®n del deporte, en cartera
El primer expedicionario en cruzar la aduana fue el delegado nacional de Deportes, Pelayo Ros. Hizo a su llegada algunos comentarios sobre los Juegos Ol¨ªmpicos, ?que no admiten comparaci¨®n con ninguna otra manifestaci¨®n deportiva?; de los participantes espa?oles en Montreal, que ?se entregaron al m¨¢ximo? e incluso ?lloraron cuando los resultados obtenidos no estaban acordes con sus posibilidades?; y de una reestructuraci¨®n del deporte en nuestro pa¨ªs. En este punto manifest¨® que la ten¨ªa ?en cartera?, pero que no se le preguntara por las fechas en que podr¨ªa debatirse el tema porque no estaban previstas. Declar¨® a continuaci¨®n que no ven¨ªa ?defraudado de Montreal?, entre otras razones por la ?satisfacci¨®n de haber vivido por dentro unos Juegos Ol¨ªmpicos?.
El subdelegado nacional fue m¨¢s parco en sus palabras. Anselmo L¨®pez respondi¨® a una pregunta sobre la participaci¨®n espa?ola en los pr¨®ximos Juegos con un ?prefiero no hablar de Mosc¨²?. Si la cuesti¨®n no estaba zanjada su ?no soy m¨¢s que un subdelegado? puso punto final a la conversaci¨®n.
El atletismo fue la oveja negra de la familia del deporte espa?ol en Montreal. No obstante, Alfredo Forcano, presidente de la Federaci¨®n Espa?ola, prefiere no considerar las actuaciones espa?olas -salvo dos excepciones- una verdadera debacle. Y en cualquier caso, Forcano exime de toda culpa al organismo que ¨¦l preside. ?Los ¨¦xitos o los fracasos no se pueden imputar a la Federaci¨®n?. Sorprende, sin embargo, que en el aeropuerto no estuviese presente ning¨²n directivo para recibir a los expedicionarios que alentaron en los Juegos a los atletas. Casi todos hab¨ªan viajado.
Gorostegui y Millet, medallas de plata en vela, clase 470, se lamentaban de no haber ganado ninguna regata. ?Eso nos hubiera permitido optar a la medalla de oro?. En cualquier caso, los trofeos que luc¨ªan en el aeropuerto eran para ellos una ?magn¨ªfica recompensa? a sus esfuerzos.
D¨ªaz Flor, componente del equipo de K-4 que se hizo con la medalla de plata, consideraba el premio una lecci¨®n a aprender. Afirmaba que durante cuatro a?os se prepararon para ese momento, para disputar una competici¨®n. Y hab¨ªan logrado su objetivo. El, personalmente, hab¨ªa dejado los estudios en todo ese tiempo. ?Y lo lamento, porque esos a?os no los voy a poder recuperar?. Pero la medalla pend¨ªa de su cuello y ?en este momento, es lo importante?.
El, en otras ocasiones, escenario de masivas concentraciones de aficionados a los deportes, fue ayer un claro exponente de las alegr¨ªas recibidas a lo largo de los Juegos. El aeropuerto s¨®lo dio cobijo a tres pancartas. Y las tres, dedicadas al equipo de pirag¨¹istas de K-4. Era el aplauso t¨ªmido a un actuaci¨®n menos que discreta.
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