Posible cambio de Gabinete en Francia
La posible sustituci¨®n del se?or Jacques Chirac, como primer ministro del Gobierno franc¨¦s, atrae de nuevo, de repente, al empezar el mes de agosto -tradicionalmente sereno-, la atenci¨®n de toda la clase pol¨ªtica del pa¨ªs. No se excluye que esa crisis profunda se produzca antes de finales de mes, aunque una mayor¨ªa de comentaristas optan por el mes de septiembre. Pero, en cualquier caso, aunque Chirac caiga una semana antes o una semana despu¨¦s, o consiga mantenerse, nadie duda de que el presidente tiene ya en su cabeza otro Gobierno. Existe un conflicto serio entre el presidente y su primer ministro. El hecho se manifest¨® p¨²blicamente hace algunas semanas, cuando los dos hombres pasaron un fin de semanajuntos en el fuerte de Bregangon. En apariencia, todo se resolvi¨® en d¨ªa y medio de di¨¢logo, pero las divergencias profundas han podido m¨¢s, aparentemente. Los colaboradores pr¨®ximos a Giscard no ocultan que Chirac es demasiado gaullista -se?alan-, o est¨¢ pol¨ªticamente atado al grupo UDR, de tal manera, que no puede servir, como quiz¨¢s lo desea, a la pol¨ªtica de Giscard.
Chirac no se adapta a los objetivos de Giscard
Los observadores pol¨ªticos son m¨¢s expl¨ªcitos: Chirac, supeditado a un grupo pol¨ªtico, no responde a la noci¨®n mon¨¢rquica que Giscard tiene del poder. En definitiva, muchos descubren ahora que Giscard es mucho m¨¢s gaullista de lo que se pudo creer, al menos en lo que concierne a esa concepci¨®n de su reino y, como ya ocurri¨® en tiempos de De Gaulle y de Pompidou, Giscard necesita un primer ministro que ejecute sus ¨®rdenes, sin m¨¢s, aunque no sea con los mismos fines.Los objetivos de Giscard, al margen del car¨¢cter mon¨¢rquico de estos, nadie los conoce exactamente. Ahora se piensa que est¨¢ totalmente entregado a la redacci¨®n de la carta de la sociedad liberal avanzada, que se har¨¢ p¨²blica en septiembre; y este documento, que pudiera ser una definici¨®n, a la francesa, de la socialdemocracia, podr¨ªa condicionar la formaci¨®n del nuevo Gabinete, con o sin Chirac.
Un indicio
El cambio de secretario general del Eliseo, hace una semana, sirve de apoyo a quienes ya ven otro primer ministro en Matignon. El nuevo secretario es, como se sabe, Jean Fran?ois Poncet, antiguo lecanuetista, antigaullista reconocido, europeo ap¨®stol de la supranacionalidad. Pol¨ªticamente, ese puesto es capital en el funcionamiento de la Rep¨²blica. De ah¨ª que ya se est¨¢ imaginando a un hombre, como primer ministro, sin etiqueta pol¨ªtica, al que le dictar¨ªa las ¨®rdenes el se?or Poncet. Ese hombre, como ya se insinu¨® en estas mismas columnas, hace un par de semanas, pudiera ser el actual ministro de Comercio Exterior, se?or Barr¨¦, que no pertenece a ning¨²n partido.Todos estos rumores no son concordantes. Ayer, lunes, los observadores pol¨ªticos, coincid¨ªan con unanimidad: habr¨¢ cambio serio de Gobierno; pero unos apostaban por Chirac como continuador de Chirac, mientras otros no conceb¨ªan tal posibilidad, que generar¨ªa -a su juicio- confrontaciones graves en el seno de la mayor¨ªa. De momento, el presidente -apuntan- lo que est¨¢ consiguiendo es dividir a los partidos de la mayor¨ªa, para mejor reinar.
El descontento seguro de los gaullistas, si el presidente constituye un Gobierno giscardiano, pudiera ser compensado con la entrada en el Gabinete de algunos gaullistas hist¨®ricos, como Chaban Delmas, que, en definitiva, son los enemigos mortales de Giscard.
Conviene recordar que Chirac, el ?Maquiavelo? de la elecci¨®n presidencial, fue quien se desmelen¨® contra la candidatura de Chaban Delmas, en favor de Giscard.
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