La oposici¨®n sindical, unitaria y democr¨¢tica
El nacimiento de las Comisiones Obreras y las pr¨¢cticas sindicales que este movimiento sindical organizado ha realizado, desde su origen obedecen a unas causas concretas, ligadas al contexto sociopol¨ªtico existente en Espa?a a finales de los a?os cincuenta y que, aun con las importantes variaciones habidas desde entonces, contin¨²an sin resolverse.Por razones de espacio no es posible entrar aqu¨ª en la exposici¨®n detallada de los hechos que obligaron a la clase obrera a crear las que en un principio fueron comisiones formadas espont¨¢neamente y que a comienzos de los a?os sesenta se convirtieron en estables. Lo que nadie puede negar es que ni el sindicato oficial serv¨ªa de cauce para las reivindicaciones de los trabajadores ni los sindicatos tradicionales pod¨ªan ofrecer una m¨ªnima eficacia, tras la persecuci¨®n y desmantelamiento de que hab¨ªan sido objeto. Las Comisiones Obreras llenaron un vac¨ªo casi total que no s¨®lo la represi¨®n hab¨ªa creado. Tambi¨¦n hay que atribuirlo al empe?o por parte de los sindicatos democr¨¢ticos de mantener formas de actuaci¨®n que no se adaptaban a una realidad que veinte a?os despu¨¦s de la guerra civil ofrec¨ªa resquicios para la participaci¨®n abierta de los trabajadores en la lucha por mejorar la situaci¨®n calamitosa en que se hallaban. No se comprendi¨® que la mera cr¨ªtica a esa situaci¨®n hecha desde las m¨¢s cerradas catacumbas de la clandestinidad ni ten¨ªa eco ni resolv¨ªa la gran cuesti¨®n que todo sindicalismo necesita solucionar para cumplir la funci¨®n de defensa de los trabajadores y que es su raz¨®n de ser. No resolv¨ªan la participacion de las masas en la acci¨®n sindical.
Las dictaduras eliminan o restringen hasta hacer impracticables las libertades. Las dictaduras de corte fascista se caracterizan no s¨®lo por privar a los ciudadanos de sus derechos sindicales y pol¨ªticos, sino por oponer frente a las persegu¨ªdas organizaciones democr¨¢ticas otras organizaciones estatales que intentan sustituirlas. Pretender mantener por parte del sindicalismo democr¨¢tico una pol¨ªtica que de hecho se traduc¨ªa en no reconocer la realidad y por tanto quedar ,incapacitado para superarla, colocaba a los trabajadores en una completa indefensi¨®n. Si en los primeros a?os cualquier iniciativa resultaba infructuosa, el tiempo demostr¨® que poco a poco se iban abriendo fisuras por las cuales pod¨ªa ensancharse la capacidad de respuesta. Debe decirse que en todo momento se mantuvo la llama de la lucha de la clase obrera, cuyo primerjal¨®n importante lo constituy¨® la huelga de mayo de 1947 en el Pa¨ªs Vasco.
Las elecciones sindicales, la ley de Conven¨ªos Colectivos, la presencia en los locales del verticalismo de trabajadores que presionaunirse, la utilizaci¨®n de los resquicios legales ante Magistraturas y autoridades laborales, han sido elementos que utilizados desde posiciones de clase por el movimiento obrero, permitieron a am.plias masas de trabajadores practicar sindicalismo. Las Comisiones Obreras han tenido mucho que ver en todo esto. DecIr hoy que pretenden oponerse a otras fuerzas sindicales democr¨¢ticas e incluso hablar de que sonenemigas de algunas de ellas es un disparate de tal magnitud que s¨®lo puede explicarse por la mala conciencia de algunas individualidades que se niegan a admitir sus propios errores y que ignoran totalmente lo que han sido y son las Comisiones Obreras.Las Comisiones Obreras han negado hasta ahora. ser un sindicato. Se han definido a s¨ª mismas como un movimiento sindical organizado de car¨¢cter unitario, independiente y sociopol¨ªtico. Su originalidad le viene, entre otras razones por no tener estatutos, ni afilia?,s, por no asumir una ideolog¨ªa concreta, por estar abiertas a todos los trabajadores, sean obreros, t¨¦cnicos, empleados, funcionarios o profesionales. Se ha podido participar en ellas cualquiera que fuera la adscripci¨®n pol¨ªtica, el credo religioso y la misma pertenencia a otra organizaci¨®n sindical. Han buscado que la asamblea sea el ¨®rgano de decisi¨®n y de participaci¨®n de los trabajadores, sometienPasa a la p¨¢gina 7
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do a ¨¦stos la elecci¨®n de los hombres que nutren sus ¨®rganos estables, cuya misi¨®n ha sido coordinar, dar continuidad, orientar y dijigir la lucha, tanto para conseguir mejores condiciones econ¨®micas, sociales y laborales, como para al,canzar la libertad sindical y los derechos democr¨¢ticos, a partir de cuyo ejercicio los trabajadores determinen el tipo de sindicato que desea? construir. La idea de un Congreso Sindical C onstituyente-Ya en esa direcci¨®n. Las Comisiones Obreras, identificadas con el sentir de los trabajadores, han defendido siempre la unidad sindical. Quienes las conocen saben que no pretendieron ser un sindicato sino actuar sindicalmente para crear las bases de una opci¨®n y alternativa sindical unitaria en la libertad.
A pesar de la pluralida de corrientes que desde su origen han actuado en el seno de las Comisiones Obreras, que van desde comunistas a cat¨®licos, pasando por sectores socialistas, carlistas y una mayor¨ªa sin filiaci¨®n concreta, es evidente que no todos los grupos sindicales existentes han querido estar presentes en ellas. Por las razones que fueren, la opci¨®n unitaria representada por las Comisiones Obreras no ha sido compartida por esas fuerzas, a pesar de estar claro que no se integraban en otro sindicato y que pod¨ªan mantener el suyo si quer¨ªan, pues el ¨²nico requisito para actuar en Comisiones era ser asalariado, De haberse conseguido la unidad de todos los trabajadores en su pr¨¢ctica de lucha por sus reivindicaciones y libertades democr¨¢ticas, era bastante probable que tras la conquista de esas libertades las Comisiones Obreras hubieran desaparecido como tales y se hubiera construido la central unitaria que desde sus comienzos propugnaron. Las diferencias pol¨ªticas, el deseo de algunos de defender separados del resto su parcela de movimiento obrero, el que a pesar de la pretendida vocaci¨®n unitaria que todos dicen mantener, resulte que lo deseado por algunos es hacer esa unidad a base, de que los dem¨¢s se apunten a su sindicato respectivo y acepten todos y cada uno de sus principios, sus m¨¦todos y una pol¨ªtica concreta, ha hecho perder quiz¨¢ una buena oportunidad para la unidad sindical, aunque las Comisiones Obreras no renuncian a ella. Las divisiones del pasado, el anticomunismo, el resistirse a comprender que la unida exige no pretender nadie la hegemon¨ªa y el control de los dem¨¢s, la estrategia que persigue una hipot¨¦tica preeminencia en lo pol¨ªtico para luego trasladarla a lo sindical, deficultan enormemente la unidad. El hecho mismo de que aun sin tener garantizada ninguna libertad se ataque a, las Comisiones, no- para criticar constructivamente sus defectos, sino para intentar, desacreditarlas ante la opini¨®n p¨²blica y los mismos trabajadores, a?ade nuevos problemas.Comisiones Obreras buscan la unidad no por parecerles un bien abstracto. La buscan por constituir una necesidad concreta en un mundo donde el poder del gran capital traspasa fronteras, manipul¨¢ gobiernos y extiende su predominio en todas las esferas de la vida social. No han concebido nunca la unidad como el resultado de la agregaci¨®n a su visi¨®n de? sindicalismo del resto de las siglas u organizaciones existentes en Espa?a. Se han esforzado en presentar una alternativa superador¨¢ del pluralismo o rganizativo sindical, no contra las organizaciones en que se materializa ese pluralismo, sino buscando que todas esas organizaciones de clase contribuyeran en igualdad de condiciones a la elaboraci¨®n de la alternativa unitana que ofrecer a los trabajadores para que ¨¦stos, en la libertad, digan la ¨²ltima palabra. Ni han tenido ni tienen aspiraci¨®n hegem¨®nica alguna. Su actual campa?a de reforzamiento est¨¢ inspirada en el deseo de reforzar a su vez esa opci¨®n unitaria, al mismo tiempo que para aumentar la eficacia de la acci¨®n (le los trabajadores frente a problemas tan concretos y tan claros hoy como son el paro, la inflaci¨®n, la carest¨ªa de la vida y el prop¨®sito de marginar a la clase obrera del disfrute sin discriminaciones de las libertades democr¨¢ticas.Al defender un sindicalismo de clase, unitario, reivindicativo, democr¨¢tico y sociopol¨ªtico, no hacen m¨¢s que asumir aspiraciones comunes de los trabajadores y principios propugnados por sus distintas organizaciones. Al invitar a dichas organizaciones a definir conjuntamente las bases del futuro sindicato unitario e instarlas para no retrasar el proceso, lo hacen con el convencimiento d¨¦'que as¨ª ser¨¢ m¨¢s breve el tr¨¢nsito de la pluralidad actual y la que es casi seguro existir¨¢ en el momento de la ruptura democr¨¢tica. No se trata de hacer unidad exclusivamente entre organizaciones. Se ttata de hacer comprender que adelantada esa unidad ser¨¢ mucho m¨¢s f¨¢cil el que la de todos los trabajadores -se realice en el ma?ana democr¨¢tico que se avecina. Cuando las Comisiones Obreras perfilan lo que podr¨ªa resultar del Congreso Sindical Constituyente, manifiestan, en primer lugar, que la convocatoria debieran hacerla unidas las distintas organizacio nes; que junto a la representaci¨®n de delegados elegidos libremente a partir de las empresas, y para paliar algunas desventajas de cualquier organizaci¨®n, se deber¨ªa articular no s¨®lo una representaci¨®n pro porcional de entre esos delegados, sino una representaci¨®n de organi zaciones. Para resolver los proble mas que pudiera presentar la vin culaci¨®n de las nacionalidades y de las organizaciones, ofrecen la posibilidad de que la forma del nuevo sindicato sea federal o con federal. Insisten en que las minor¨ªas tendr¨¢n representaci¨®n en los ¨®rganos colegiados de direcci¨®n a su distintos niveles. Que podr¨¢n actuar bajo la disciplina de co rrientes, siglas u otras formas de 1 agrupamiento, sin m¨¢s requisito que el de respetar la voluntad mayoritaria de los trabajadores, quienes, afiliados o no, deben tener ,derecho a participar en la vida sin dical, Si la naturaleza de la materia a tratar significara cambios sobre las bases originarias de acuerdo del Congreso, ser¨ªa precisa una vota ci¨®n por mayor¨ªas cualificadas que podr¨ªan ser de dos tercios o tres cuartos. En suma, Comisiones Obreras intentan que en el futuro y posible sindicato unitario nadie se sienta manipulado, deso¨ªdo o no representado, pues son conscientes de que de lo contrario la unidad ser¨¢ imposible. Evidentemente, esta no es una unidad perfecta y puede no responder al ideal que alguno! sindicalistas tienen forma do sobre la unidad sindical, que viene a ser algo as¨ª como la coinci dencia total de todos los trabajadores en unos principios, en unas aspiraciones, en unos m¨¦todos y en una visi¨®n de lo que debe ser y hacer el sindicato, todo lo cual presupondr¨ªa la desaparici¨®n de las organizaciones sindicales de clase que hasta ese momento pudieran existir., Tal ideal es hoy una utop¨ªa, sin que esto quiera decir, ni mucho menos, que deba abandonarse. La diversidad en esta cuesti¨®n se mantendr¨¢ y es natural que se mantenga. Comisiones Obrer-as -parte del reconocimiento de esa diversidad y busca que la propia pr¨¢ctica unitaria vaya superando dificultades y diferencias. La independencia del Estado, de los em_ presarios y de los partidos pol¨ªticos es fu¨¢damental. , Hasta aqu¨ª he expuesto algo de lo que han sido y son Comisiones Obreras y un esquema de las bases en que podr¨ªa asentarse el sindicato democr¨¢tico del futuro. Esto ¨²ltimo lo siguen defendiendo, pero no quiere ello decir que vaya a cumplirse. Comisiones intentan que no sea por su culpa, pero son conscientes de los muchos y variados intereses que se conjugan para impedir la unida sindical. ?Qu¨¦ ocurrir¨¢ entonces? ?Se convertir¨¢n en un sindicato m¨¢s? ?Continuar¨¢n afirmando no ser un sindicato? Son muchas las preguntas que podr¨ªan hacerse. Pero un art¨ªculo de prensa no tiene espacio para responderlas a todas. Pienso que lo observado las ¨²ltimas semanas, el an¨¢lisis de la situaci¨®n pol¨ªtica y sindical, el alcance de la llamada reforma sindi,cal y los problemas que podrian derivarse de una falta de adecuaci¨®n al cambio que, al margen del sistema institucional vigente, se opera en la.sociedad espa?ola, obligan a Comisiones Obreras a tomar posici¨®n adapt¨¢ndose, con su realismo tradicional, a esta nueva situaci¨®n.A mi entender, ser¨ªa un error convertirse en un sindicato de corte tradicional. Defender la asamblea como forma de participaci¨®n y control, buscar que todos los trabajadores que se sientan interesados puedan elegir y ser elegidos para los ¨®rganos de representaci¨®n, al margen de estar o no afiliados, son elementos que, junto con los dem¨¢s principios esenciales de Comisiones, deben mantenerse. En lo que quiz¨¢s terminen convirti¨¦ndose es en un sindicato de nuevo tipo.
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