Vitoria, en fiestas, no olvida los sucesos de marzo
En medio de un perceptible clima de tensi¨®n, dieron comienzo ayer las fiestas de Vitoria, que al igual que las que se celebran estos d¨ªas en otras poblaciones del Pa¨ªs Vasco, prometen desarrollarse bajo el slogan de la ?amnist¨ªa para todos?. El tradicional chupinazo y la bajada del Celed¨®n, tuvieron este a?o menos espectadores que en ediciones anteriores y buena prueba del nerviosismc existente es que hasta minutos antes de las seis de la tarde, el p¨²blico no se atrevi¨® a entrar en la plaza de la Virgen Blanca.Nota destacada en este comienzo de las fiestas es la ausencia de los blusas, que semanas atr¨¢s adoptaron esta decisi¨®n en se?al de duelo por los acontecimientos ocurridos el pasado mes de marzo en Vitoria, en los que cinco obreros perdieron la vida en enfrentamientos con fuerzas del orden. Dada la tensi¨®n existente han sido muchos tambi¨¦n los vitorianos que en estas fechas han decidido ausentarse de la ciudad.
Pese a todo, se estima que unas 18.000 personas se congregaron en la plaza de la Virgen Blanca para asistir, puro en mano, como manda la tradici¨®n, al comienzo oficial de las fiestas. En el momento mismo en que el alcalde de la ciudad encend¨ªa el cohete y se descolgaba desde lo alto de la iglesia el mu?eco que representa al Celed¨®n, el centro de la plaza fue ocupado por un grupo de unos 500 j¨®venes que exhibieron cuatro ?ikurri?as? o banderas vascas y varias pancartas alusivas a una amnist¨ªa sin exclusiones.
Los manifestantes rodeaban el monumento a la batalla de Vitoria, donde poco despu¨¦s colocaron una ?ikurri?a?. Aunque una parte del p¨²blico replic¨® con silbidos, pudieron escucharse gritos de ?amnist¨ªa danontzat?,(amnist¨ªa para todos), ?Pertur, gudari, ha muerto por Euzkadi?, y ?presoak kalera? (presos a la calle).
Los incidentes siguieron cuando el Celed¨®n termin¨® su recorrido y fue sustituido por una persona que result¨® ser el ex novillero Enrique Orive, que ha reemplazado en esta funci¨®n a Jos¨¦ Luis Isasi, quien decidi¨® declinar tal honor, debido a los acontecimientos de marzo y despu¨¦s de haber ejercido de Celed¨®n viviente por espacio de unos 20 a?os. La presencia de Enrique Orive fue acogida con algunos abucheos, que se hicieron m¨¢s insistentes cuando coloc¨® al alcalde el cl¨¢sico pa?uelo rojo.
Terminado el acto, el n¨²cleo de los 500 manifestantes se dirigi¨® hacia la calle Postas enarbolando ?ikurri?as? y pancartas y repitiendo los gritos ya se?alados. Alguna persona les hizo frente y en ese momento comenzaron a corear: ?Vosotros, fascistas, sois los terroristas.? Algunos grupos se colocaron una pancarta alusiva a la amnist¨ªa delante de la comitiva municipal, que se dirig¨ªa a la iglesia de San Miguel Arc¨¢ngel, con acompa?amiento de la banda y polic¨ªa municipal.
Una vez ante la iglesia, la polic¨ªa municipal impidi¨® que penetrasen en el templo, ante lo cual uno de los manifestantes se encaram¨® a un balc¨®n, donde coloc¨® una ?ikurri?a?.
El grupo, del que se hab¨ªan descolgado ya algunos efectivos, se dirigi¨® luego hacia la calle Dato, sin que hasta este momento hubiera hecho acto de presencia la fuerza p¨²blica.
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