La nataci¨®n, un asunto entre USA (masculina) y la RDA
El actual programa ol¨ªmpico de nataci¨®n consta de 13 pruebas masculinas y otras tantas femeninas. Indice inequ¨ªvoco del enorme progreso del deporte acu¨¢tico ha sido que en Montreal solamente la plusmarca mundial de 100 mariposa masculino, y cuatro femeninas: las dos de espalda, 100 y 200, 100 braza y 200 mariposa han permanecido sin superaci¨®n. Nada menos que 21 r¨¦cords mundiales ha resultado un impresionante balance. Por naciones, una vez m¨¢s, la lucha se centr¨® entre USA y RDA. El resto de pa¨ªses, salvo individualidades importantes como los bracistas Wilkie, brit¨¢nico, y la sovi¨¦tica Koshevaia, quedaron a a?os luz de distancia. Australia, concretamente, en una baja forma alarmante, realiz¨® los peores Juegos Ol¨ªmpicos de su historia.
Que la nataci¨®n mundial en 1976 es un asunto enteramente entre Estados Unidos y Rep¨²blica Democr¨¢tica Alemana, es algo que salta a la vista y, sobre todo, que se ve¨ªa venir. El que en Montreal, XXI Juegos Ol¨ªmpicos, se hayan batido 12 r¨¦cords mundiales masculinos y nueve femeninos, de un total de 13 en cada caso, viene a confirmar que el deporte acu¨¢tico a¨²n no tiene cercanas las barreras. Sin ir m¨¢s lejos, mientras en el atletismo la fat¨ªdica de los diez segundos en los 100 metros lisos ya hace bastantes a?os que se super¨®, la de los 50 segundos en los 100 metros libres s¨®lo se ha batido por Jim Montgomery en la final canadiense.?Por qu¨¦ es l¨®gico el duelo, ya sin terceros en discordia, entre RDA y USA? Tiene una f¨¢cil explicaci¨®n. El dominio norteamericano en la parcela masculina es algo inobjetable desde hace mucho tiempo y salvo los esfuerzos de Jap¨®n y de Australia posteriormente, nadie ha podido romperlo, RDA, que aparte de planificar su deporte pens¨® en principio d¨®nde pod¨ªa destacar m¨¢s a nivel mundial, comprob¨® que la parcela femenina de la nataci¨®n era una especie de tierra sin explotar, con unas condiciones inmensas para mejorarla. Indudablemente no se equivoc¨®. Al margen ya de los posibles y probables m¨¦todos ?nov¨ªsimos? utilizados en el laboratorio de fabricaci¨®n de atletas, RDA simplemente ha profundizado, como es f¨¢cil comprobarlo, en la t¨¦cnica natatoria.
Ejemplos: En una reciente emisi¨®n de la televisi¨®n norteamericana se ha pasado una demostraci¨®n palpable de por qu¨¦ Shirley Babashoff no pod¨ªa ganarle nunca a Kornelia Ender. Descontada la superioridad f¨ªsica de la Ender -muy criticada, por cierto, no s¨®lo por la Babashoff, sino por todas las nadadoras USA, que no quieren perder su femineidad a costa de la musculaci¨®n con halteras, por ejemplo- en la salida de las pruebas sacaba a su rival un metro fundamental de ventaja. Cuando Shirley Babashoff todav¨ªa entraba en el agua, la alemana ya hab¨ªa dado una brazada y bat¨ªa con sus piernas. Despu¨¦s, en cada viraje de campana a los 50 metros, su superior perfecci¨®n tambi¨¦n le daba m¨¢s ventaja. El trabajo t¨¦cnico, pues, confirmado por, el profesor Rudi Schrammer, entrenador jefe de la nataci¨®n RDA, ha suplido ¨²ltimamente a los entrenamientos marathonianos e incluso a las pesas.
?Y la RDA masculina?
Si en el lado femenino la superioridad alemana fue apabullante, en el masculino su actuaci¨®n, en cambio, result¨® una decepci¨®n total. S¨®lo una medalla de bronce y a cargo de Roland Matthes, un hombre ya de vuelta de su largo reinado en la espalda, fue un pobr¨ªsimo balance. El gran derrotado, sin duda, fue el flamente recordinan de los 200 metros mariposa, Roger Pyttel, que no s¨®lo cay¨® ruidosamente derrotado por los tres norteamericanos, sino que perdi¨® incluso su plusmarca. En los 100 le ocurri¨® exactamente igual, aunque ah¨ª ya no perdi¨® ning¨²n r¨¦cord, pues se mantiene el ¨²ltimo logrado por Mark Spitz, en Munich.
?Qu¨¦ raz¨®n existe para tal diferencia entre los nadadores y nadadoras de un mismo pa¨ªs? La principal, sin duda, que Estados Unidos se vuelca totalmente en la parcela masculina y justo al rev¨¦s que en RDA les es m¨¢s f¨¢cil someter a los nadadores a las m¨¢s fuertes pruebas. En RDA ocurre lo contrario. Seg¨²n el propio Schrammer, las chicas son m¨¢s d¨®ciles para el trabajo. Desde luego, no hace falta que lo asegure. Se necesita una dedicaci¨®n incre¨ªble, aparte ya de ser una superclase, para ganar, caso de Komelia Ender, dos finales seguidas, las de 100 metros mariposa y 200 libres, con s¨®lo un descanso de breves minutos entre ambas. En efecto, el jueves, d¨ªa 22 de julio, a las 19,49 hora de Montreal, Kornelia Ender se lanzaba a la piscina ol¨ªmpica, y con 1-0-13, igualaba su r¨¦cord del mundo adem¨¢s de ganar la medalla de oro. A las 20,02, recib¨ªa dicha medalla en elpodium de vencedores. Aunque parezca incre¨ªble, a las 20,15 se lanzaba de nuevo en pos de su segunda medalla de oro de la jornada, la de los 200 metros libres, que ganaba tambi¨¦n en unos asombrosos 1-59-26, nuevo r¨¦cord del mundo. Era la segunda vez que bajaba de los dos minutos y sus ¨²ltimos 50 metros los realiz¨® en 28-88, s¨®lo 43 cent¨¦simas m¨¢s que el tiempo invertido por Brian Goodell al ganar su medalla de oro en los 400 metros libres masculinos. Realmente asombroso.
?Qu¨¦ marca hubiera conseguido en caso de nadar una de las dos pruebas solamente? En los 100 mariposa, desde luego, bajar nuevamente una barrera, la del minuto. Los entrenadores le hab¨ªan hecho un test previo de resistencia para comprobar si pod¨ªa con las dos pruebas y prefirieron -faltar¨ªa m¨¢s- dos medallas a un solo r¨¦cord del mundo. Kornelia -de todas formas- lo dio casi todo. Bati¨® uno e igual¨® el otro.
Pero el fen¨®meno Kornelia Ender, con toda su magnitud, no es un caso aislado. Lo de la Ender asombra por su longevidad y su mantenimiento al m¨¢s alto nivel. El caso de Petra Priemer, en cambio, parece casi anormal. Esta ni?a de 14 a?os, medalla de plata tras su compa?era con unos excelent¨ªsimos 56-49 -Ender hizo 55-65, nuevo r¨¦cord mundial- s¨®lo ten¨ªa de mejor marca en 1975 1-2-14. La mejora pues, ha sido de casi seis segundos en un solo a?o.
Aparte ya de las citadas, las haza?as se han sucedido en la piscina ol¨ªmpica de Montreal. En ella, precisamente, como en la mayona de nuevas piscinas construidas en el mundo, hay tambi¨¦n una raz¨®n para la mejora continua del deporte acu¨¢tico. La superior t¨¦cnica de los virajes y no digamos el deslizamiento en el agua o la preparaci¨®n f¨ªsica cada d¨ªa m¨¢s perfecta, han sido claramente favorecidas por unas condiciones ideales de suavidad en los bordes de las piscinas. Ello ha permitido, indudablemente, que las marcas se hayan mejorado sensiblemente con el empuje y el descanso de unos virajes en paredes mucho m¨¢s favorables cada vez.
En el lado femenino cabe destacar el ?triple? sovi¨¦tico en los 200 metros braza, que, unido al triunfo masculino en la misma prueba del brit¨¢nico Wilkie, hizo se?alar a ¨¦ste una frase no del todo exacta: ?La nataci¨®n es americana -le falt¨® decir masculina y RDA femenina-, pero la braza es europea.? Adem¨¢s, ¨¦l, escoc¨¦s, pero que estudia biologia marina en la Universidad de Miami, en Florida, no es que tenga actualmente una escuela muy europea que digamos. En el caso de las sovi¨¦ticas Koshevaia, Yurchenia y Rusanova, s¨ª, pues se sigue el ejemplo de nombres famosos como Galina Prozumenchikova, doble campeona ol¨ªmpica en Tokio y M¨¦xico. Finalmente, en los relevos 4x100 libres, las norteamericanas ganaron su ¨²nica medalla de oro en una especie de revancha-demostraci¨®n en el estilo clave de la nataci¨®n.
Ese mismo estilo en que el gigantesco Jim Montgomery fij¨® una fecha imborrable al descender por vez primera de los 50 segundos en los 100 metros. En los primeros 50 realiz¨® 24-14 y sus 49-48 suponen una velocidad de 7,26 km/h, es decir, como un marchador en atletismo. Ello suced¨ªa 54 a?os despu¨¦s de que Johnny Weismuller, el inefable Tarz¨¢n posterior, bajara por primera vez de la barrera del minuto. Montgomery, sin duda, colaborador importante despu¨¦s en las victorias de los dos relevos, 4x100 estilos y 4x200 libres, y bronce en los 200 individual, se convirti¨® en uno de los h¨¦roes natatorios de los Juegos. Otro fue el espaldista John Naber, que borr¨® definitivamente de las tablas de r¨¦cords a Roland Matthes, y que con los relevos sum¨® cuatro medallas de oro, el m¨¢ximo n¨²mero, igual que la Ender. Tambi¨¦n el fondista Goodell, que no s¨®lo gan¨® los 400 al semirrecuperado y ex an¨¦mico Tim Shaw, sino que en los 1.500 estuvo a punto de bajar de los 15 minutos. Fue otra marca impresionante. Sacar una media por cada 100 metros de un minuto pelado es para impresionar, no cabe duda.
As¨ª fue la nataci¨®n en Montreal, de impresi¨®n.
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