La RFA, superada por la RDA, pero vencedora en ciclismo e h¨ªpica
Cuatro deportes completamente dispares tuvieron en los Juegos Olimpicos alg¨²n curioso paralelismo. La h¨ªpica y el ciclismo, por ejemplo, vieron a la RFA, cuarto clasificado en el c¨®mputo general de medallas, como vencedor parcial. En halterofilia y pentathlon moderno, por otro lado, la URSS tuvo nuevamente su ?cara? y su ?cruz?. Mientras en el deporte de las pesas no dio opci¨®n a su gran rival, Bulgaria, en el pentathlon, la descalificaci¨®n de su mejor hombre, Onischenko, en uno de los casos m¨¢s raros de juego sucio de todo ¨¦l olimpismo, s¨®lo Lednev pudo obtener la plata, y los sovi¨¦ticos se vieron apeados de la clasificaci¨®n por equipos.
Seg¨²n el cuadro de medallas totales de los pasados Juegos de Montreal, si las dos Alemanias, la RFA y la RDA, se juntasen deportiva mente, dominar¨ªan a los otros (los, ?grandes? del deporte mundial, la URSS y, USA. El reparto de medallas, oro, plata, bronce y total, que dar¨ªa as¨ª: 50, 37,_42 y 129 para los germanos; 47, 43, 35, y 125, la, URSS y 2, - 4, 3 5, 2 5 y 9 4, para, USAK. Es sintom¨¢tico.Naturalmente la aportaci¨®n de la RDA a ese imposible fondo com¨²n es de abrumadora mayor¨ªa sobre su vecina occidental. Exactamente de cuatro veces m¨¢s en las medallas de oro y casi tres en el total. Tambi¨¦n es significativo. La RFA plantea el deporte al estilo europeo occidental, y la RDA, al oriental. La diferencia de atenciones en ambos casos es clara. A, la pol¨ªtica de un pa¨ªs Ie interesa el deporte milis que a la del otro. Ha trabajado m¨¢s en ese sentido y as¨ª obtiene los frutos. No puede tener m¨¢s explicaci¨®n, porque los alemanes de un lado contin¨²an siendo la misma raza que los del otro.
Dos solitarios triunfos
Con todos estos planteamientos casi parece milagroso que existan deportes en la actualidad donde la RDA pueda ser superada por la RFA. Pero s¨ª los hay. Bien distintos adem¨¢s, como pueden serlo el ciclismo y, sobre todo, la h¨ªpica. En el primero, desde luego, la RDA tampoco dej¨® la oportunidad de ganar sus medallas y s¨®lo fue en el segundo donde la tradici¨®n se impuso. Tanto en los saltos de obst¨¢culos, con el casi legendario Alvin Shockemoehle, como en doma, con el equipo y sus dos mejores jinetes, Boldt y Klimke, y hasta en el concurso completo, donde Schults obtuvo el bronce, su superioridad fue grande. Quiz¨¢ su ¨²nica espina fuera el haberse dejado arrebatar la medalla de oro en el Gran Premio de Saltos de Obst¨¢culos por equipos, que le hubiera supuesto poner un brillante broche de oro a su actuaci¨®n en la ¨²ltima prueba de, los Juegos Ol¨ªmpicos. Francia, quiz¨¢ rem remorando el triunfo de Tokio en 1964 -que supuso entonces su ¨²nica medalla de oro-, venci¨® por delante de: los germanos. Induidablemente, con ella no paliaba la decepcionante actuaci¨®n ol¨ªmpica de nuestros vecinos, cuyo fracaso, a la vista de su mayor densidad deportiva, ha sido bastante mayor que el de Espa?a. Las cr¨ªticas, desde luego, han llegado hasta los m¨¢s altos niveles.
En cuanto al ciclismo, aunque haya habido sorpresas, como el triunfo del checoslovaco Tkac en la velocidad sobre 200 metros lanzados -el pseudoprofesional galo Morelon no pudo ganar su tercera medalla de oro consecutiva- la l¨®gica se impuso en la mayor¨ªa de los casos. La RFA, concretamente, demostr¨® una vez m¨¢s su supremac¨ªa en la persecuci¨®n y gan¨® los dos t¨ªtulos, el individual, por Braun, y por equipos. La URSS, en la contra reloj, de 100 kil¨®metros por equipos en carretera, reedit¨® su ¨¦xito de Munich, dentro de la m¨¢s pura l¨®gica, y en la prueba individual de fondo, tambi¨¦n en carretera, un sueco, Johansson, se mostr¨® arrollador Y, tal vez, heredero de los famoso hermanos Petterson, uno de los cuales, Gosta, fue el ¨²nico corredor de este pa¨ªs que triunf¨® despu¨¦s en el campo profesional.
En el kil¨®metro lanzado, finalmente, gan¨® el germano democr¨¢tico Geschke -faltar¨ªa m¨¢s-, en un alarde de potencia. La RDA, cuando se trata de lograr eso, no tiene rival.
Enorme, Alexeiev
Se presentaba, una vez m¨¢s, interesante el duelo URSS-Bulgaria en halterofilia. El peque?o pa¨ªs balc¨¢nico, que se le hab¨ªa venido subiendo a las barbas de una forma casi incre¨ªble al gigante sovi¨¦tico en los ¨²ltimos a?os, ten¨ªa otra oportunidad de hacerlo en Montreal. No la aprovech¨®, sin embargo. Dentro de un buen nivel de marcas, aunque casi sin records, la URSS domin¨® con igualdad de medallas totales, pero al vencer en cinco pesos por tres de los b¨²lgaros. El mejor hombre de ¨¦stos, sin duda, fue nuevamente el pesado Khristov, pero sin desentonar el recobrado Nourlklan, que bati¨® el record mundial de su compatriota Kirov, en los gallos.
De cualquier forma, la figura ya legendaria de Vasilli Alexeiev fue la que volvi¨® a resaltar con luz propia sobre el total de participantes. Aunque en los dem¨¢s pesos se han visto ya haza?as increibles- especialmente en el caso del pesado-medio, tambi¨¦n sovi¨¦tico, Rigert, considerado un¨¢nimemente como el mejor levantador mundial-, la presencia de los superpesados en la tarima de alzadas borra toda posible comparaci¨®n. Esos hombres de m¨¢s de 130 ¨® 140 kilos, aunque no levantan m¨¢s de dos veces su peso, como se hace en casi todas las dem¨¢s categor¨ªas, son, en cambio, los ¨²nicos capaces de izar sobre sus. hombros las mayores cargas logradas por hombre alguno.
El caso de Alexelev resulta, sin duda, apasionante. Ya veterano, pues pasa de la treintena de a?os con amplitud, ha sabido resistir a todos los nuevos valores que han surgido en la halterofilia mundial y, sobre todo, no ha cesado de subir el record del mundo en su movimiento favorito, el dos tiempos. Precisamente en ¨¦l, al obtener 255 kilos, bati¨® su ¨²ltima plusmarca. En la Arena Saint Michel, escenario del torneo de halterofilia, se volvi¨® a ver la alzada mayor de la historia de la halterofilia.
Alexeiev no tuvo en Montreal rivales de consideraci¨®n, pues hasta se impuso en arrancada ausente el b¨²lgaro Platchkov-, un movimiento que, con su volumen, no domina tanto, pero que ha perfeccionado tras haber ?adelgazado? un poco y mejorado as¨ª su velocidad de acci¨®n. De cualquier forma, dig¨¢moslo tambi¨¦n, el volumen del abdomen del sovi¨¦tico contin¨²a sin permitirle atarse los zapatos ¨¦l solo. Son los inconvenientes de ser un recordman del mundo tan particular.
Descalificaci¨®n, sonada
En el pentathlon moderno se produjo la ?cruz? sovi¨¦tica. Sin duda, una ?cruz? muy molesta y pesada. Onischenko, su mejor hombre y gran favorito, dej¨® fuera de combate al equipo por su descalificaci¨®n en la prueba de esgrima. Resulta casi inaudito que un sovi¨¦tico haga trampas en deporte, pero ya se ve que s¨ª. Aparte de su descalificaci¨®n ol¨ªmpica, su carrera deportiva, y hasta la privada en su pa¨ªs, han terminado tambi¨¦n, seg¨²n parece.
En el conjunto de las cinco pruebas de que consta esta modalidad tan peculiar, apta para militares sobre todo, se produjo tambi¨¦n la sorpresa de que ning¨²n sovi¨¦tico ni h¨²ngaro -¨¦stos se encuentran en plena renovaci¨®n de sus famosos Torok, Balezo y dem¨¢s- se llevara el oro individual. S¨®lo lleg¨® Lednev a la plata, pues el vencedor fue el polaco Pyclak-Peciak. Por equipos, con Checoslovaquia por delante de Hungr¨ªa para la plata, Gran Breta?a, otra sorpresa, se llev¨® el oro. La ca¨ªda de la URSS, pues, produjo muchas novedades. En realidad, fue de los pocos deportes en que esto ocurri¨®. La URSS, cada vez con menos permiso de la RDA, eso s¨ª, fue, en conjunto, el primer pa¨ªs de los Juegos de Montreal.
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