La se?ora de Callaghan intercede por una s¨²bdita brit¨¢nica encarcelada
La situaci¨®n que se vive en Sud¨¢rica desembocar¨¢ tarde o temprano en una guerra abierta y la culpa de ese enfrentamiento recaer¨¢ sobre el Gobierno de John Vorster, se deduce de dos declaraciones diferentes que ayer se hicieron en Londres.Por un lado, la diputado Helen Suzman, del Partido Progresista reformista sudafricano, opuesto al del primer ministro Vorster, dijo ante los micr¨®fonos de la BBC que una de las causas para que persista en su pa¨ªs el clima de violencia presente era la incapacidad mostrada por el Gobierno para estudiar y resolver los problemas de los negros.
Hasta ahora, dijo, las demandas de los negros han sido recibidas ¨²nicamente por el ministro de la Polic¨ªa. El jefe del Gobierno no ha dado se?al alguna de entender qu¨¦ es lo que est¨¢ pasando y qu¨¦ es lo que se le pide.
?Las quejas de la comunidad negra tienen su fundamento en el trato que durante muchos a?os han venido recibiendo. Vorster no parece darse cuenta de que esas quejas son genuinas, y no las puede resolver la polic¨ªa. Tambi¨¦n tiene que comprender que cuando tantos j¨®venes y adultos se manifiestan no lo hacen s¨®lo porque haya agitadores que los impulsan, sino porque ya no aguantan m¨¢s?.
Por otra parte, dice la se?ora Susan, la actuaci¨®n de la polic¨ªa, que ha causado la muerte de cerca de 200 personas en Soweto y de unas 30 en Ciudad del Cabo, ha sido ?verdaderamente desgraciada?.
En este mismo sentido se expres¨® en Londres un l¨ªder negro que, en una rueda de prensa, explic¨® que sus compa?eros han dejado de creer en la posibilidad de una soluci¨®n gradual del conflicto, ?porque el Gobierno de la minor¨ªa blanca no ha expresado ninguna intenci¨®n de poner algo de su parte para terminar con la discriminaci¨®n racial?.
Para los negros de toda condici¨®n, dijo, ?la ¨²nica salida es la lucha armada?.
La credibilidad sudafricana de cara a los brit¨¢nicos no ha decrecido s¨®lo a causa de los recientes incidentes de Ciudad del Cabo. Ayer la mujer del primer ministro Callaghan dirigi¨® una carta al embajador sudafricano en Londres manifest¨¢ndole su ?profunda preocupaci¨®n? por las condiciones en que se encontraba en una c¨¢rcel de Johannesburgo una s¨²bdita inglesa, detenida como sospechosa de haber llevado a cabo actividades terroristas. La mujer por la que se interes¨® la se?ora de Callaghan est¨¢ en avanzado estado de gestaci¨®n. Su marido, que es periodista, se encuentra tambi¨¦n en una c¨¢rcel sudafricana, acusado de igual delito. Esta circunstancia ha hecho que se intensifique la campa?a que en Inglaterra se sigue contra el r¨¦gimen que rige en Sud¨¢frica. Durante todo el d¨ªa y toda la noche, gentes que se turnan en vigilia permanente muestran su protesta ante la embajada que aquel pa¨ªs tiene en la capital inglesa, junto a la plaza de Trafalgar.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.