Ratificado el acuerdo de revisi¨®n del Concordato
?El acuerdo de revisi¨®n del Concordato supone el comienzo de unas relaciones liberadas de privilegios, que si fueron v¨¢lidos en su momento, no lo son hoy, cuando la Iglesia y el Estado buscan la concordia en libertad, autonom¨ªa y mutua independencia?, dijo el ministro de Asuntos Exteriores, Marcelino Oreja,en la presentaci¨®n del acuerdo de revisi¨®n parcial del Concordato ante la comisi¨®n de Asuntos Exteriores de las Cortes, que ayer ratific¨® dicho acuerdo, seg¨²n recoge la agencia Europa Press.
En la misma sesi¨®n intervino el procurador se?or Thomas de Carranza, presidente de la asociaci¨®n pol¨ªtica ANEPA, quien se congratul¨® de la desaparici¨®n del Fuero eclesi¨¢stico, lament¨¢ndose profundamente sin embargo de la paralela renuncia del Rey al privilegio de presentaci¨®n de obispos, que, seg¨²n dijo ?cierra una etapa hist¨®rica de singular colaboraci¨®n y ayuda entre el poder temporal y el poder espiritual, que ha dado d¨ªas de gloria a ambas potestades. Despedimos con nostalgia, pero con realigmo, este viejo y f¨¦rtil privilegio?.La sesi¨®n se hab¨ªa iniciado a las seis de la tarde -con escasa asisatencia de procuradores-, con la intervenci¨®n del se?or Oreja al que acompa?aban en la presidencia el titular de la C¨¢mara, se?or Fern¨¢ndez- Miranda y el de la comisi¨®n, se?or Fueyo.
El ministro de Asuntos Exteriores explic¨® primero c¨®rno la iniciativa de la revisi¨®n del Concordato correspond¨ªa al Rey, en su deseo de lograr una mayor concordia entre la iglesia y el Estado, por lo que ya en enero el entonces ministro, se?or Areilza, comenz¨® las negociaciones con ese fin.
El se?or Oreja enumer¨® luego algunos de los motivos de revisi¨®n, del Concordato vigente: su inadaptaci¨®n a las estructuras actuales; las transformaciones de la sociedad espa?ola y las directrices del Concilio; as¨ª como los fallos que empezaron a advertirse a finales del decenio de los sesenta o las propias lagunas que ya en origen adolec¨ªa.
Se?al¨® despu¨¦s el se?or Oreja que entre las diversas alternativas planteadas (que iban desde la denuncia del Concordato hasta la regulaci¨®n unilateral de esta materia por parte del Estado), se eligi¨® por ambas partes la aprobaci¨®n de acuerdos sobre materias espec¨ªficas, de los que el primero, como prueba del deseo de concordia que anima a ambas partes, tendr¨ªa el significado de un acuerdo p¨®rtico en el que las renuncias a los respectivos privilegios desbloquear¨ªan las negociaciones futuras sobre todos los temas de las relaciones Iglesia-Estado.El ministro anunci¨® que el Estado no ten¨ªa intenci¨®n de prorrogar indefinidamente la vigencia del Concordato, y que por ello hab¨ªa se?alado a la Iglesia que en un plazo m¨¢ximo de dos a?os desaparecera el actu.al Concordato, de modo que ser¨¢ conveniente haber regulado con anterioridad todas las materias de las relaciones Iglesia-Estado.
En relaci¨®n con el art¨ªculo priitero del acuerdo, explic¨® que el Rey se reserva el privilegio de presentaci¨®n del purpurado que haya de ser vicario general castrense, por la propia especificidad del cargo y revel¨® que, aunque no se recoja en este texto, puede hablarse ya de acuerdo con la Santa Sede para evitar la designaci¨®n para la Seo de Urgel -cuyo titular es copr¨ªncipe de Andorra- de personas hacia las que existan objeciones por parte del Gobierno.
A continuaci¨®n, el se?or Oreja
invit¨® a los procuradores a que le formularan las preguntas que desearan. El procurador Roger Galles, expres¨® su preocupaci¨®n sobre el nombramiento del obispo de Seo de Urgel, a lo que el ministro reiter¨® lo dicho anteriormente sobre un futuro acuerdo; el marqu¨¦s de Valdeiglesias se interes¨® por el procedimiento de nombra miento del titular de Ciudad Real -que es el prior de las ¨®rdenes militares-, a lo que el ministro contest¨® que ser¨ªa el establecido en este acuerdo.
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