En un ambiente de especulaciones se acerca a su desenlace la crisis del Gobierno franc¨¦s
?Ser¨¢ Chirac o no quien se sustituir¨¢ a s¨ª mismo al frente del Gabinete actual? La incertidumbre contin¨²a, despu¨¦s de la entrevista realizada ayer entre el presidente de la Rep¨²blica y su primer ministro.Ninguna informaci¨®n seria ha reemplazado por ahora las especulaciones. Algo, sin embargo, parece cierto, si son de fiar algunas reflexiones de medios pr¨®ximos al poder. El mano a mano entre Giscard y Chirac no fue concluyente en ning¨²n sentido. Parece que el presidente le expres¨® a Chirac su deseo de que contin¨²e como jefe del Gobierno. ?Pero, en qu¨¦ condiciones? Quiz¨¢s Chirac tenga que escoger entre la dimisi¨®n o el ?sometimiento?.
De seguir creyendo las mismas fuentes, Giscard, anteayer, dio de plazo a Chirac, para decidir sobre su porvenir, hasta el lunes pr¨®ximo, d¨ªa en que volver¨¢n a encontrarse.
En cualquier caso, antes de finales del mes en curso el problema pol¨ªtico franc¨¦s se cree que se habr¨¢ resuelto. Nadie concibe un plan de lucha contra la debilidad del franco y en favor del enderezamiento econ¨®mico con la hipoteca pol¨ªtica que ha paralizado, pr¨¢cticamente, el funcionamiento gubernamental. Varios ministros han adelantado su vuelta de vacaciones, otros se manifiestan inquietos; cada cual no piensa m¨¢s que en la inc¨®gnita pol¨ªtica actual.
Por otra parte, el presidente abandon¨® ayer, otra vez la capital para ir a una de sus residencias campestres, con el fin de concluir su ?carta de la sociedad liberal avanzada?, una especie de ?contra-programa com¨²n? sobre las perspectivas de la sociedad francesa. Nadie comprende c¨®mo le ser¨¢ posible poner en pr¨¢ctica este ?libro rojo? del giscardismo sin un Gobierno capaz de salir del marasmo actual.
No se excluyen sorpresas
Otro s¨ªntoma que anoche al menos, apoyaba la tesis del ?Chirac sucesor de Chirac?, fue la ausencia de ?posibles? en el campeonato de quinielas que preceden estos ?terremotos? pol¨ªticos en las democracias. La se?ora Vell, ministro de la Salud y el miembro m¨¢s popular del gabinete Chirac, que se cit¨® en alg¨²n momento como heredera del actual primer ministro, declar¨® rotundamente: ?Aunque se me hiciera una proposici¨®n en tal sentido, que no ser¨¢ el caso, la rechazar¨ªa?. Sobre los se?ores Barr¨¦, ministro de Comercio Exterior y Galley, ministro del Equipo, que tambi¨¦n fueron adelantados como eventuales primeros ministros, el silencio es total. Para cubrirse, sin embargo, los especuladores no excluyen las sorpresas, incluso las m¨¢s extravanges. Si en ¨²ltima instancia, Chirac dejase vacante el puesto, ?por qu¨¦ no podr¨ªa ocuparlo Fourcade, el actual ministro de Finanzas, ?u?a y carne? del giscardismo.
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