La Generalidad, enfrentada a los comunistas catalanes
Joan Manuel Serrat descansa este fin de semana en la Costa Brava, a caballo entre la casa de su abogado, Joaqu¨ªn Ruiz-Gim¨¦nez, en Palam¨®s, y la del empresario Oriol Reg¨¢s, en Llofriu. Ma?ana lunes regresa a Barcelona. El cantante tiene prisa por recuperar el tiempo perdido, pero antes desea reflexionar profundamente.
Joan Manuel Serrat est¨¢ algo perplejo. En escasas horas tom¨® la decisi¨®n de regresar inmediatamente a su pa¨ªs. Los once meses de exilio todav¨ªa conforman muchos de sus criterios.-Estoy agradecido a la oposici¨®n democr¨¢tica, por cuanto que ella, en sus acciones, ha contribuido decisivamente a hacer posible el regreso de algunos exiliados y el m¨ªo en particular. Sin embargo, no puedo ni deseo olvidar a aquellos con quienes he compartido estos once meses. Muchos de ellos, son refugiados pol¨ªticos que todav¨ªa no han podido tener la suerte que yo tengo de encontrarme de nuevo en mi tierra. Estoy dispuesto a plantear continuamente este tema y exponer que muchos exiliados son recibidos en los consulados espa?oles con el consabido -?vuelva usted ma?ana?-, al tiempo que, de hecho, se les contin¨²a negando el pasaporte. Todas las personas con quienes he compartido mi exilio son gente magn¨ªfica. La desgracia aglutina a las personas. Sin ellos este tiempo habr¨ªa sido incomparablemente peor. No los olvido.
Canciones diferentes
-?Qu¨¦ experiencia han representado estos once meses?
-Ha sido una experiencia amarga. A nivel personal me ha servido para hablar mucho conmigo mismo. Los descalabros, cuando no son definitivos, pueden resultar muy positivos. Esperemos que ello se traduzca, entre otras cosas, en unas canciones de car¨¢cter muy diferente que pienso dar a conocer pronto. ?Su contenido? imposible precisarlo. Ser¨¢n diferentes, muy ferentes, -creo yo-, de las anteriores, pero me es imposible definir en qu¨¦ consistir¨¢ la variaci¨®n. Miguel Hern¨¢ndez escribi¨® en sus ¨²ltimos a?os de vida, cuando estaba en la c¨¢rcel y en una situaci¨®n inenarrable, unas poes¨ªas llenas de pureza y de lirismo. En ellas estaba ausente toda amargura. Tambi¨¦n podr¨ªa darse el caso de que mis pr¨®ximas canciones reflejaran sentimientos aparentemente poco acordes con mi trayectoria personal de estos ¨²ltimos meses. Lo ¨²nico que puedo afirmar claramente es que estar¨¢n marcadas por mi ausencia de Catalu?a. Por otro lado, adem¨¢s, en todo este tiempo he escrito mucho pero no he concluido nada. Ahora es cuando tengo que pulirlo, lo cual, sin duda implicar¨¢ tirar a la basura muchos folios.
-?Cu¨¢les son sus actuales convicciones pol¨ªticas, y en concreto su situaci¨®n con relaci¨®n a Convergencia Socialista de Catalunya (CSC)?
-Estoy totalmente en la l¨ªnea de CSC. Me encuentro a su servicio, en el empe?o de crear un partido socialista de Catalu?a, hoy por hoy, inexistente. Amo a Catalu?a y soy partidario del socialismo. No hay ninguna contradicci¨®n entre ambas ideas. Hemos de impedir que el capitalismo catal¨¢n traicione a nuestro pueblo, como tantas veces ha hecho. Pese a todas las divergencias, estamos viviendo en Catalu?a -seg¨²n estoy empezando a comprobar-, un momento lleno de esperanza. El pueblo est¨¢ muy politizado, m¨¢s que nunca, y cuanto m¨¢s politizaci¨®n haya, mejor. Personalmente siempre he sido una persona que ha pose¨ªdo convicciones pol¨ªticas. Ahora no creo estar m¨¢s politizado que antes. Quiz¨¢s est¨¦ simplemente m¨¢s decidido a obrar en este terreno, sin que ello signifique que olvide mi condici¨®n b¨¢sica y determinante: el ser cantante.
Tarradellas y L¨®pez Raimundo
-?Cu¨¢l es su visi¨®n del momento pol¨ªtico?
-El gran tema en Catalu?a es la confrontaci¨®n entre Tarradellas y el dirigente comunista L¨®pez Raimundo. Las declaraciones de este ¨²ltimo contra Tarradellas me sorprendieron, ya que no estaban en la trayectoria pol¨ªtica anterior de L¨®pez Raimundo. Parec¨ªa como si las hubiese formulado de una manera forzada. Pienso en la posibilidad de presiones por parte de Santiago Carrillo.
-Los hechos que motivaron su exilio fueron presentados bajo diversas ¨®pticas en nuestro pa¨ªs, ?qu¨¦ pas¨® exactamente?
-Manifest¨¦ a la prensa mexicana mis criterios acerca de las circunstancias, que, en mi opini¨®n, concurr¨ªan en los consejos de guerra del pasado mes de septiembre. Habl¨¦ de lo que yo entiendo por violencia y tambi¨¦n me refer¨ª al marco pol¨ªtico, tanto espa?ol como internacional, en que aquellos hechos ten¨ªan lugar. Mi postura no fue -como afirmaron algunos-, de ayuda a M¨¦xico, sino de coincidencia con los pa¨ªses que ten¨ªan una actitud solidaria con los pueblos de Espa?a, y entre los que se encontraba M¨¦xico. Despu¨¦s vinieron los ataques de diversos medios oficiales. Se inici¨® el procedimiento judicial, y seg¨²n me dijeron, se propuso mi expulsi¨®n del sindicato. Frente a ello, jam¨¢s olvidar¨¦ el maravilloso comportamiento de compa?eros m¨ªos, particularmente de cantantes, artistas y actores de Madrid, quienes me expresaron su total solidaridad. Por mi parte, siempre rehu¨ª la posibilidad de soluciones individuales y consider¨¦ que mi problema ten¨ªa que plantearse dentro del contexto de una amnist¨ªa total.
Antes de despedirnos, abordamos un tema delicado. El de su biling¨¹ismo musical -Serrat canta indistintamente en catal¨¢n y en castellano-, y de los problemas de relaci¨®n personal que ello ha creado en ocasiones. Serrat se reafirma en su deseo de continuar cantando en ambas lenguas y, respecto a su anistad o enemistad con otros cantantes catalanes, manifiesta que Raimon se interes¨® por los problemas del exilio de Serrat de manera muy directa y generosa. A?ade que ello puede hacer posible una reanudaci¨®n de su desaparecida amistad.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.