Y ahora, sube la gasolina
EL GOBIERNO puso en vigor ayer la segunda subida del precio de la gasolina en lo que llevamos de a?o, y quinta en, los ¨²ltimos 30 meses. La sorpresa, la falta de justificaci¨®n e Incluso la improvisaci¨®n, (no se repar¨® en que la fracci¨®n 0,75 no es operativa en el actual sistema monetario) caracterizan esta subida. En febrero el aumento se argument¨® en base a la devaluaci¨®n de la peseta, que encarec¨ªa los precios de los crudos. Ahora no hay devaluaci¨®n, ni hay aumento del precio internacional del petr¨®leo -vendr¨¢ con toda probabilidad en diciembre-, ni raz¨®n que no sea la necesidad de recaudar por la v¨ªa r¨¢pida unos miles de millones., que alivien el d¨¦ficit presupuestario del Tesoro.Agobiados por problemas heredados, los responsables de la pol¨ªtica econ¨®mica han sacado el afilado lapiz del contable y han comenzado a ara?ar partidas de gastos y a acelerar la presi¨®n en los ingresos para reducir sus n¨²meros rojos a niveles m¨¢s tolerables. Despu¨¦s de darle vueltas al libro del Tesoro, una de las soluciones para recaudar m¨¢s (4.000 millones en lo que queda de a?o) ha sido la gasolina, recurso f¨¢cil de efectos autom¨¢ticos y seguros.
Las clases medias, que han accedido al uso del coche en una sociedad en la que los servicios p¨²blicos han interesado poco y han contribuido a crear la necesidad del autom¨®vil, se ven ahora nuevamente castigadas, al parecer. como ¨²nica fuente de recaudaci¨®n indirecta de recursos para el Tesoro, mediante impuestos al consumo.
Para colmo, la medida se produce sin ofrecer nada a cambio. ?No hubiera sido m¨¢s edificante reforzar las inspecciones tributarlas con ¨®rdenes tajantes y severas para acercar un poco a la realidad esas c¨®micas declaraciones de renta que este a?o no se atreven ni a exponer a los ojos de los curiosos de las famosas listas? ?No ser¨ªa m¨¢s pol¨ªtico afrontar un programa en¨¦rgico de austeridad del sector p¨²blico o de m¨¢s racional utilizaci¨®n de los recursos de la Seguridad Social? No se trata de medidas espectaculares de reforma fiscal. que evidentemente este Gobierno no est¨¢ en condiciones de afrontarpero s¨ª de mayor eficacia de los actuales instrumentos recaudatorios.
Se ha recurrido al camino f¨¢cil de forzar el poder adquisitivo -ya muy mermado por la inflaci¨®n- de las clases medias y populares.
Se ha dicho hasta la saciedad que la soluci¨®n de los males econ¨®micos pasa por una nueva configuraci¨®n de la situaci¨®n pol¨ªtica. Pero mientras ¨¦sta tarda cada d¨ªa m¨¢s en llegar, vamos, en el otro cap¨ªtulo, de parche en parche tratando de contener lo incontenible, insuflando mal humor. descr¨¦dito y desgana entre los ciudadanos.
No decimos ni siquiera que no sea una medida necesaria subir la gasolina. Decimos m¨¢s bien que hay otras medidas m¨¢s evidentemente necesarias y urgentes que todav¨ªa no se tornan. Y que, a la postre, esta forma de hacer las cosas deber¨ªa estar ya pasada de moda en quienes prometen traer, y a noventa por hora, la democracia.
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