Sender replica:
El notable especialista en cristianismo, se?or Jim¨¦nez Lozano, cuyo trato inteligente, tolerante y afable tuve ocasi¨®n de comprobar personalmente hace dos a?os cuando le pregunt¨¦ si era un loco que dec¨ªa que era cura, o un cura que se habla vuelto loco sin que se enfadara, ha escrito unas palabras generosas sobre mi libro Ensayo sobre el infringimiento cristiano.
Con una de cal y otra de arena, como Dios manda. La de cal se la agradezco de veras. En cuanto a la otra, tachando mis opiniones de anticuadas, creo que debo decirle que la idea de escribir esas p¨¢ginas naci¨® de mi contacto con profesores de religiones comparadas de diferentes universidades, todos muy al d¨ªa. Y que lo mismo respeto a los budistas que a los musulmanes y a los presbiterianos que a su gloriosa v¨ªctima Miguel Servet, mi paisano, con cuyas doctrinas se ha fundado la iglesia cristiana m¨¢s avanzada de los Estados Unidos: la Iglesia Unitaria. El misterio es el mismo para todos y no tiene otro nombre que ¨¦se: misterio.
Estoy seguro de que esto lo sabe muy bien el se?or Jim¨¦nez Lozano. Debo a?adir que el ritual de todas esas iglesias me parece igualmente respetable (aunque los unitarios no tienen ninguno concreto, sino la reuni¨®n dominical -d¨ªa del sol- para escuchar a alg¨²n orador que ni siquiera se viste de escarabajo egipcio ni de emperador romano).
En mi libro yo digo simplemerite cu¨¢l es mi idea de la gestaci¨®n y desarrollo del cristianismo, cu¨¢l ha sido el proceso de mi fe religiosa y en qu¨¦ consiste la solidez de mi fe. Es la m¨ªa una soluci¨®n intelectual, lo que no es extra?o, ya que la inteligencia es el ¨²nico don divino que nos separa de nuestros pobres hermanos inferiores en el reino de los vertebrados. La misma soluci¨®n que intu¨ªa Plat¨®n, que desarroll¨® Philon de Alejandr¨ªa y que probablemente vio Tom¨¢s de Aquino cuando se obstinaba en quemar su obra en lugar de publicarla. Afortunadamente no la quem¨®.
Probablemente y a nuestra manera cada uno de nosotros, digo el se?or Jim¨¦nez Lozano y yo, tenemos raz¨®n. Dios nos ha dado libertad para poder tratar de acercarnos a ¨¦l ?a nuestra manera?. Reglamentar esa libertad, capitalizarla y sobre todo monopolizarla me parece poco religioso.
Tal vez usted piensa lo mismo, aunque como buen espa?ol amigo de amigables discrepancias y contiendas se goce en considerandos, silog¨ªsticos y en disensiones amables.
Si no fuera as¨ª, tanto peor, y en el infierno nos encontraremos un d¨ªa.
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